Por Armando Vásquez A.
Este miércoles a las cinco de la tarde en las instalaciones del sindicato municipal de Hermosillo que dirige Chava Díaz se va a realizar una asamblea en la que van a tratar, entre otros puntos, el hecho de paralizar las acciones del Ayuntamiento de Hermosillo mediante una huelga y toma de Palacio Municipal.
Este lunes y martes han llamado la atención de la población con el paro del flujo vial por la calle Rosales, actividad que van a continuar, alegando la falta del pago de un bono así como que la autoridad municipal no ha cumplido con la entrega de uniformes y pago de horas extras. Aunado a ello, alega el dirigente que el lunes le despidieron algunos agremiados por participar en la toma de calles.
A este Ayuntamiento le quedan quince días de Gobierno priista. ¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo pues la lógica indica que entrando Célida López –cuyo sindicato se le adhirió en campaña vía Lorenia Valle–, pueden acceder a ese y a cualquier beneficio que se les antoje?
A menos, claro está que pretendan hacer una demostración de fuerza pero contra la misma Célida López, la alcaldesa electa, con el fin de llegar a una posición en la cual él y su círculo rojo, logren algunas prebendas adicionales a lo que pactaron durante la campaña y que, por alguna razón que tiene que ver, con seguridad, con centavos, que de seguro le negaron.
¿A poco no suena más lógico esto que el simple hecho de hacer desmanes ante una autoridad que va de salida sin importarles la ciudadanía?
Bajo este contexto, pues los mensajes son más para Célida que para Angelina Muñoz. Así lo veo.
La salida de Pancho Búrquez al Partido Acción Nacional, conforme a sus palabras, obedeció a que perdió el rumbo y ya no le gustó. Pancho me cae muy bien llenaría más el ojo que dijera que se retira un año sabático por motivos de salud, todos le comprenderíamos al transitar por el ominoso camino del combate al cáncer, pero dejó abierta la puerta para pensar que los grupos de poder nacionales no le permitieron competir por un cargo dentro del Comité Ejecutivo Nacional de su ex partido.
La memoria periodística nos recuerda que efectivamente, fue hace poco más de veinte años que un puñado de empresarios coligados adueñados de Coparmex Sonora Norte –el sindicato patronal–, salieron a la luz pública como propietarios del PAN. Por cierto, cuando Casimiro Navarro les puso el dedo, simplemente lo corrieron en base a una declaración que dio sobre el tema y que se publicó en la prensa, esa fue la prueba que selló su futuro político por años.
Casimiro entonces habló de una elite que se había apoderado del partido y el alejamiento de las banderas sociales propias del albiazul, lo mismo que Pancho hoy.
Hay que recordar también que la entrada de la nata empresarial viene de por allá a principios de los ochenta, y tuvo tal éxito que llevó al empresario Manuel “Maquio” Clouthier a ser candidato del PAN por la Presidencia de la República en una historia ya conocida pero en cuyo movimiento sobresalieron personajes como Ramón Corral, Enrique Salgado (quien sustituyó al Pelón Rosas por la gubernatura del Estado en una jugada maquiavélica) y varios más.
Desde aquí nuestra solidaridad con el colega y amigo Milton Martínez, periodista a cargo de la corresponsalía de la Revista Proceso quien fue víctima de la delincuencia al sustraerle varios equipos de cómputo –sus herramientas de trabajo–, y una lanita guardada en su casa. Qué coraje, pero esperemos que encuentren lo que le robaron.
En fin, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
En ese marco de jugadas políticas, mucho tuvo que ver la Iglesia Católica cuando el nuncio Girolamo Prigione (7 de febrero de 1978-2 de abril de 1997) les hizo un llamado a la casta empresarial para que le entraran al quite en el rescate del país y se introdujeran de lleno en la política. En Sonora se reunió con esa nata y de allí surgieron cuadros entre los que, años después, estaba incluido Pancho Búrquez quien manejaba el Centro Empresarial del Norte de Sonora-Coparmex.
Pancho, apoyado en ese listado de empresarios, entre los que podemos contar a Faustino Fernández Aguilar, se hizo de un equipo que le siguió en casi toda su carrera política donde. Muchos de ellos como los Serratos, por ejemplos, estaban coligados con los grupos internos de la Iglesia Católica y de otros movimientos de derecha que aún son reconocidos a nivel nacional como el Dhiac, Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana que nació en 1975 y que en su momento dirigió el empresario sonorense y reconocido banquero –en su momento dueño de Banpaís–, Arcadio Valenzuela.
Cuando esa casta dorada tomó el poder, poco le importaron los liderazgos naturales dentro del PAN y ahora Pancho sufre lo que tanto a él como a otros –de llegar al poder y oprimir a quienes no estaban con ellos–, hicieron, pues vemos una carta en la que lastimosamente tacha al PAN de haber perdido el rumbo y que está presto para apoyar desde afuera los principios de libertad, dignidad y responsabilidad que se manejaban al interior de dicho instituto.
Olvidó a dos o tres días de dejar el Senado de la República que los cambios en cualquier organización se hacen desde adentro y que así como en su tiempo aplastaron liderazgos que consideraban que no debían crecer, ahora le toca estar en los zapatos de aquellos a quienes ahora están aplastando. Fue una posición acomodaticia la que tomó, en lugar de luchar desde adentro para mejorar a la institución de la cual vivió y comió durante tantos años.
Por cierto, ¿qué tanto faltará para olvidarse de los principios del PAN y adoptar los valores de la izquierda rara enquistada en Morena?
No, “pos” así no. ¿No cree usted?
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet, cuenta con posgrado en administración pública y privada.
Correo: archivoconfidencial@hotmail.com
Twitter: @Archivoconfid