elsoldehermosillo
Hermosillo23 de enero de 2025
Análisislunes, 2 de septiembre de 2024

Arrieros Somos / ¿Irá a llover, compa?

Síguenos en:whatsappgoogle

Autor: El Martínez

Ing. Miguel Ángel Martínes Figueroa

Ingeniero Agronomo Zootecnista, Escuela de Agricultura y Ganadería, Universidad de Sonora.

Cuando las chicharras cantan y los sapos callan… Ese es el preciso momento en que nace una sequía, es el tiempo de la muerte y la desolación, pero si el sapo canta, son tiempos y señales de que la vida renace de nuevo; son tiempos de lluvias.

¿Irá a llover, compa?

Los mezquites están bichis ingeniero, no hay sombra ni para las hormigas.Y para que lleguen las primeras lluvias todavía falta rato, dijo el Toñón Tanori de San Marcial.

Los demás de la bola, en la esquina de la calle; se veían preocupados ya que las equipatas de invierno nunca llegaron y el cordón de San Francisco a principios de octubre del año pasado, menos. Así que los pronósticos para la región eran muy sombríos…sí señor.

En otras regiones del Estado, era la misma canción. La seca estaba desatada y la quema de choyas, se dejaba oler en todo el contorno de los pequeños ranchitos y poblados. En especial cuando la gente recalaba a sus casas ardidos por el sol y las caras tiznadas al último café del día, después de eso, se servía la cena casi siempre de papas, frijoles, chiltepines y las infaltables tortillas de harina.

Ya para acostarse, se encendía el último cigarro, observándose desde el porche de sus casas; un lejano resplandor de relámpagos. Color rojizo que indicaban las débiles señales de posibles lluvias tempranas.

Daba miedo esperanzarse en la suerte de que cayera alguna llovizna y después ya no volviera a caer otra. Ya que las plántulas se quemarían rápidamente y después aunque se registrara un diluvio, no habría semillas suficientes para que saliera más zacate.

Por las mañanas, las vacas ya estaban con un bramerio en el corral; esperando ver salir al patrón para ir al potrero del choyal y seguirle a la quema de esa valiosa planta que resultaba un milagro en esos parajes de los matorrales sonorenses.

Llas reuniones de la raza después del desayuno eran en el pozo del pueblo, para cargar agua en tambos. ya que por las noches se había prohibido, por parte del municipio que se llenaran; con la consecuente amenaza de una fuerte multa de la autoridad. Más de una vez el comisario metió al tambo a quienes se saltaron la orden del Gobierno.

Como era de esperar, a esas alturas ningún represo en la región tenía agua y las norias se empezaban a arrastrar, solo los pozos más profundos contaban con el vital líquido.

El Gobierno y la ganadera del lugar, empezaban con sus planes contingentes y a tomar cartas en el asunto. Para apoyar a sus socios, aunque fuera con un poquito de alimento para aliviar la situación.

La desesperación y el desaliento era el sentir general de todos los productores, fueran chicos o fueran grandes. Descalificando como siempre las ayudas, el rescate de 15 millones de hectáreas de agostadero; no era cualquier cosa. No había dinero que alcanzara, se hacía lo que se podía; con lo que se tenía.

La mayoría ya habían vendido su ganado para comprar alimento y salvar sus hatos. Y muchas vacas ya habían muerto por la desnutrición, colgadas de los árboles o de los tecles con piolas o arneses improvisados. Habían llegado los tiempos de los cascarones de las flacas , de los choriceros o de la carne seca. muy temprano como las auras, llegaban estas gentes a levantar las ruinas de lo que quedaba de los animales; que habían muerto la noche anterior en los corrales echados o colgados de los cables. era la vil imagen de la ruina y de la desolación en estos campos de la muerte.

La Tostada, la Barcina, la Cuerno mocho, la Sonza , la Jabalina y una bola de nombres con las que se identificaban las vacas más queridas. habían sucumbido por efectos de la tremenda sequía de ese verano. Hasta Tío Chico casi se muere de una insolación cuata, cuando se le ocurrió subir al puerto de las choras al filo del medio día; sin ningún alma que lo acompañara, de no haber sido por el Macho Güero que ensillo ahí hubiera quedado.

$200 pesos en la bolsa es mejor que nada, dijo el José de la Chu y quien quita que el Martinon de la tiendona se le ablandara el corazón y le diera dos pacas por ese dinero…Dios hace sus milagros.

Días después de un tremendo calorón, a mediados de junio; las mujeres sacaron a pasear al santo. y para que no fallara la petición de la lluvia, mejor sacaron a los dos santos; a San Isidro y a San Juan. Total ya casi era su día.

La procesión empezó en la puerta de l a iglesia y se dio 2 vueltas a la calle principal y a la calle de atrás, remachando la paseada en el mezquitón de la salida del pueblo, la que va pa’l río Matape.

Al regresar el santo a la iglesia, no faltó un borracho que le dió unos cintarazos a los santos. Nomas para que se acordaran que si no llovía les daría otros más… eso traería sus consecuencias dijeron las mujeres después de correrlo a peñascazos.

Paso el día 22, el 23 y el 24 de junio, pero de la lluvia ni señales, parecía que los santos habían fallado…Tata Dios se había olvidado de estos pueblos que aún luchaban por permanecer en esas comunidades rurales, aferrados a quien sabe que. No hay cosa más dolorosa para una comunidad, que el sentimiento de abandono y como dijo alguien…lo que no te mata, te fortalece; la vida sigue su curso y nadie va a venir a agarrar la horquilla por nosotros. Así que al estruendoso ruido del molino, entre paca y paca, le siguieron dando a la molienda de la pastura.

Ese día de finales de junio, desde temprano empezó a subir la nube. Y cada vez aquel yunque crecía más y más… es la sureña decía uno, no; decía otro… es la yaqueña. Esas llegan porque llegan, pa’ las 3 estará lloviendo decían otros. Los vientos de esperanza de lluvia eran general y el ánimo se filtraba en los pensamientos de cada persona esperando el primer relámpago y el tronido que antecede al milagro de la lluvia… Dios aprieta, pero no ahorca decía alguien más…. y así discurrían los comentarios de unos y de otros, era como si la vida dependiera exclusivamente de un inesperado tronido del cielo.

De pronto, aquel perro flaco de patas calludas salió como alma que lleva el diablo a meterse debajo en un viejo trocón abandonado. El rayo había caído en el pueblo y después de eso, se dejó venir el agua en un diluvio que duró horas o eso parecía ser…

Fue una noche de concierto de sapos y de grillos festejando el milagro de la lluvia… por fin Dios se había acordado de ellos..

En los días siguientes, la lluvia seguía cayendo como si hubieran abierto las llaves del cielo. Los represos se volvieron a llenar, los pozos se recuperaron, las praderas de buffel casi llegaban al pecho y los arroyos no dejaban de correr. Definitivamente había sido un año excepcional.

El mes de octubre en el cordonazo de San Francisco, el ciclo de lluvias del verano; cerró con un ciclón tardío que duró 3 días lloviendo.

En algunas partes de la región las gentes sacaron al santo de vuelta para que ya dejara de llover, en algunas casas se habían caído los techos de tantísima agua que cayó en esa temporada. Por cierto, los santos, se cobraban de algún modo los cintarazos del borracho…ni modo que nooo.

El garras, un personaje del pueblo, después de empinarse un tremendo caguamón, comentó… la sequía siempre será nuestra eterna compañera, con ella nacimos y con ella nos iremos…nadie cambiará nuestro destino…y se volvió a empinar su caguamón.

Los nombres de este humilde relato, son ficticios a excepción del Toñón Tanori de profesión varero y vaquero. Que aún vive en San Marcial, en el Estado de Sonora. Es también una contribución del mundo vaquero, en el entorno de las atávicas sequías; que en Sonora son esperadas como algo normal. Lidiar con ellas, es parte de su historia; es parte de su espíritu. y sin muchos aspavientos, la enfrenta con su arduo trabajo diario y mucha imaginación… un saco de comida significan para él poca ayuda, quizá nada. Pero en su mente queda grabado ese sentimiento, de que fueron tomados en cuenta y que su comunidad es importante…son los hombres sin rostro que hacen grande a Sonora.

Más Noticias