/ viernes 16 de agosto de 2024

Bio-Informando / De Georgia a Sonora

El vino ha viajado a través del tiempo conectando culturas, religiones y economías de todo el mundo. Su historia amplia y diversa abarca milenios y se remonta a las primeras civilizaciones que elaboraron este elixir a partir de la vid.

Al explorar las raíces de la elaboración del vino, la búsqueda nos lleva hasta más de 8.000 años atrás y su posterior evolución y distribución a regiones como Sonora donde la tradición se une a la innovación en el afán de obtener la copa perfecta.

Los primeros indicios de producción vinícola nos llevan a la región del Cáucaso meridional, concretamente al actual país de Georgia; aquí los antiguos pobladores empezaron a cultivar uvas y a fermentar su zumo en vasijas de arcilla conocidas como qvevris alrededor del año 6000 a.C. en las cuales se han podido identificar la presencia de ácido tartárico, un marcador clave del vino, lo cual ha situado a esta región como la cuna del vino, un título que el país ostenta con orgullo hasta el día de hoy.

Cabe señalar también que el uso de estas vasijas para la elaboración del vino encontradas en Georgia sigue vigente y esta práctica ha sido reconocida por la UNESCO como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A medida que la elaboración del vino se extendía por el mundo antiguo, encontró un lugar de veneración en Egipto. Hacia el año 3000 a.C. el vino se almacenaba en jarras en las tumbas de los faraones para su uso en la otra vida; un dato adicional e interesante de estas jarras es que algunas contaban con etiquetas que detallaban la ubicación del viñedo y el año de cosecha ofreciendo así una visión de la sofisticación de la elaboración del vino en el antiguo Egipto.

El viaje del vino desde estos antiguos orígenes hasta la era moderna es un testimonio de su perdurable atractivo. A medida que la viticultura se extendía por Europa y más tarde por el Nuevo Mundo, cada región añadía su propio toque al arte de la elaboración del vino.

En la actualidad, países como Francia, Italia y España son reconocidas por sus viñedos centenarios, mientras que regiones más recientes como California, Australia y Chile han dejado su sello particular en la escena vinícola mundial.

Al centrar nuestra atención en México, un país que si bien es ampliamente conocido por otro tipo de bebidas como el tequila y el mezcal, el vino tiene un número considerable de adeptos. Si bien regiones como Baja California se asocian desde hace tiempo con el vino mexicano, el estado de Sonora es uno de los principales productores de uva industrial.

Como bien sabemos, Sonora es conocido por su clima desértico y caluroso donde las temperaturas pueden superar los 40 °C en los meses de verano. A pesar de estas difíciles condiciones, algunas zonas de Sonora poseen microclimas sorprendentemente adecuados para la viticultura.

La combinación de días cálidos y noches más frescas en estas regiones permite el cultivo de variedades de uva resistentes al calor, como Syrah, Cabernet Sauvignon y Tempranillo.

Agosto es un mes crítico para los viticultores de Sonora ya que el intenso calor suele provocar la maduración temprana de las uvas, por lo que es esencial que los viticultores vigilen cuidadosamente las viñas y vendimien las uvas en el momento propicio ya que como parte de los retos a enfrentar está que las condiciones extremas pueden intensificar los sabores de las uvas, dando lugar a vinos con un carácter distinto.

Aunque la industria vinícola de Sonora está aún en pañales en comparación con las antiguas regiones vinícolas del mundo, encierra un gran potencial; los viticultores del Estado están experimentando con técnicas de riego innovadoras y prácticas sostenibles para mitigar los efectos del clima desértico y así favorecer el florecimiento de este recurso tan valioso y ancestral.

Buen fin de semana.


El vino ha viajado a través del tiempo conectando culturas, religiones y economías de todo el mundo. Su historia amplia y diversa abarca milenios y se remonta a las primeras civilizaciones que elaboraron este elixir a partir de la vid.

Al explorar las raíces de la elaboración del vino, la búsqueda nos lleva hasta más de 8.000 años atrás y su posterior evolución y distribución a regiones como Sonora donde la tradición se une a la innovación en el afán de obtener la copa perfecta.

Los primeros indicios de producción vinícola nos llevan a la región del Cáucaso meridional, concretamente al actual país de Georgia; aquí los antiguos pobladores empezaron a cultivar uvas y a fermentar su zumo en vasijas de arcilla conocidas como qvevris alrededor del año 6000 a.C. en las cuales se han podido identificar la presencia de ácido tartárico, un marcador clave del vino, lo cual ha situado a esta región como la cuna del vino, un título que el país ostenta con orgullo hasta el día de hoy.

Cabe señalar también que el uso de estas vasijas para la elaboración del vino encontradas en Georgia sigue vigente y esta práctica ha sido reconocida por la UNESCO como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

A medida que la elaboración del vino se extendía por el mundo antiguo, encontró un lugar de veneración en Egipto. Hacia el año 3000 a.C. el vino se almacenaba en jarras en las tumbas de los faraones para su uso en la otra vida; un dato adicional e interesante de estas jarras es que algunas contaban con etiquetas que detallaban la ubicación del viñedo y el año de cosecha ofreciendo así una visión de la sofisticación de la elaboración del vino en el antiguo Egipto.

El viaje del vino desde estos antiguos orígenes hasta la era moderna es un testimonio de su perdurable atractivo. A medida que la viticultura se extendía por Europa y más tarde por el Nuevo Mundo, cada región añadía su propio toque al arte de la elaboración del vino.

En la actualidad, países como Francia, Italia y España son reconocidas por sus viñedos centenarios, mientras que regiones más recientes como California, Australia y Chile han dejado su sello particular en la escena vinícola mundial.

Al centrar nuestra atención en México, un país que si bien es ampliamente conocido por otro tipo de bebidas como el tequila y el mezcal, el vino tiene un número considerable de adeptos. Si bien regiones como Baja California se asocian desde hace tiempo con el vino mexicano, el estado de Sonora es uno de los principales productores de uva industrial.

Como bien sabemos, Sonora es conocido por su clima desértico y caluroso donde las temperaturas pueden superar los 40 °C en los meses de verano. A pesar de estas difíciles condiciones, algunas zonas de Sonora poseen microclimas sorprendentemente adecuados para la viticultura.

La combinación de días cálidos y noches más frescas en estas regiones permite el cultivo de variedades de uva resistentes al calor, como Syrah, Cabernet Sauvignon y Tempranillo.

Agosto es un mes crítico para los viticultores de Sonora ya que el intenso calor suele provocar la maduración temprana de las uvas, por lo que es esencial que los viticultores vigilen cuidadosamente las viñas y vendimien las uvas en el momento propicio ya que como parte de los retos a enfrentar está que las condiciones extremas pueden intensificar los sabores de las uvas, dando lugar a vinos con un carácter distinto.

Aunque la industria vinícola de Sonora está aún en pañales en comparación con las antiguas regiones vinícolas del mundo, encierra un gran potencial; los viticultores del Estado están experimentando con técnicas de riego innovadoras y prácticas sostenibles para mitigar los efectos del clima desértico y así favorecer el florecimiento de este recurso tan valioso y ancestral.

Buen fin de semana.