La ortodoncia, una rama de la odontología, desempeña un papel crucial en el diagnóstico, prevención y tratamiento de las irregularidades dentales y faciales; dicho de otra manera, se dedica a corregir los dientes y mandíbulas desalineados, conocidos colectivamente como maloclusiones con el objetivo de mejorar la función, la salud y el aspecto de los dientes y los maxilares.
El cumplimiento de lo anterior implica corregir problemas de mordida, dientes apiñados, problemas de espaciado y problemas de alineación de los maxilares y para ello se emplean diversos dispositivos como alineadores y retenedores para mover los dientes a sus posiciones correctas.
Un problema común que trata la ortodoncia es el apiñamiento dental, que se produce cuando no hay suficiente espacio en la boca para que los dientes se alineen correctamente ocasionando que se aglomeren en el espacio que tienen disponible.
Desde la perspectiva genética, son varios los genes que interactúan para determinar el tamaño de la mandíbula, el tamaño de los dientes y la estructura dental en general. Para empezar, cuando el tamaño de la mandíbula es inferior a lo que se pudiera considerar como normal, puede limitar el espacio disponible para que los dientes se desarrollen correctamente.
Asimismo, las discrepancias entre el tamaño de los maxilares superior e inferior, en las que también influye la genética, pueden provocar desalineación y apiñamiento. Por otra parte, los dientes supernumerarios (dientes adicionales) pueden causar apiñamiento ya que estos dientes adicionales compiten por el espacio.
Otro factor que conduce al apiñamiento y que puede tener origen genético es el momento de la aparición de los dientes primarios y permanentes ya que puede influir en el espaciado y la alineación de los dientes. De ahí que la corrección del apiñamiento dental mediante un tratamiento de ortodoncia es de suma importancia ya que, además de mejorar significativamente la estética de la sonrisa, posee múltiples beneficios para la salud vinculados a la función y la higiene bucal.
Los dientes apiñados pueden dificultar el mantenimiento de una higiene bucal adecuada, lo que aumenta el riesgo de caries y enfermedades de las encías. Al alinear los dientes correctamente, el tratamiento de ortodoncia hace que sea más fácil de limpiar los dientes con eficacia, reduciendo así la probabilidad de caries dental y la enfermedad periodontal (afección que se caracteriza por manifestar una infección en los tejidos que ‘sostienen’ a los dientes, la cual si no es tratada debidamente, se corre el riesgo de que se pierdan algunas piezas dentales).
Asimismo, unos dientes correctamente alineados mejoran la función de la mordida, facilitando la masticación y el habla de tal manera que a futuro se prevé la probabilidad de que surjan problemas como el dolor de mandíbula y trastornos de la articulación temporomandibular (articulación, que popularmente la asemejan a una bisagra, responsable de conectar la parte superior de la mandíbula con el cráneo).
Es por ello que es vital la intervención temprana ante cualquier anomalía, especialmente en niños, para poder guiar el crecimiento de la mandíbula y los dientes y evitar el desarrollo de trastornos y/o afecciones que deterioren el funcionamiento y salud dental.
Si bien son diversos y de alto impacto los beneficios de unos dientes bien alineados, estéticamente, además de ser agradable, puede aumentar significativamente la autoestima y la confianza de una persona. Recientemente, me he sometido a un tratamiento de ortodoncia y he de decir que si bien como todo cambio, toma tiempo acostumbrarse, estoy disfrutando el proceso y confío en que al final se alcanzarán los beneficios para mejorar mi salud de manera integral y brindar una sonrisa sana y aún más brillante.
Excelente fin de semana.