/ viernes 21 de junio de 2024

Casos y cosas de la experiencia | En el camino

“Aunque el cielo tiene muchas puertas, cada buscador debe encontrar su propia ruta”. (David R. Hawkins)

En esta ocasión comparto vivencias de un viaje planeado para fortalecer cuerpo y espíritu. Fue un encuentro con otros viajeros, a quienes hacía tiempo no veía ni charlaba con ellos en persona. En la reunión previa para tomar el vuelo que nos llevaría al destino final se dieron los abrazos, las muestras de afecto y el momento para intercambiar experiencias de los últimos acontecimientos. Fluía una energía grata y nutricia entre todos. Como afirma David R. Hawkins: “Para cada buscador hay comprensiones importantes que son clave para iluminar el camino y facilitar el éxito”.

Durante el vuelo, todos sentimos la hermandad que nos acunaba y regalaba la alegría de encontrarnos, aunque fuéramos en lugares separados. En el trayecto escribí un par de ideas de lo que experimentaba, y agradecí esta oportunidad de volver a ver a los demás en un par de horas. Es hermoso transportarnos de un lugar a otro con algarabía, intercambiar miradas y compartir esos pequeños detalles que nos nutren.

Después de un breve extravío, llegamos al lugar que se había preparado con amor para los participantes. Recibimos ese abrazo reseteador y la caricia suave y amorosa. Después de instalarnos, nos reunimos para cenar, e intercambiamos recuerdos y alegrías, lo que hacía tiempo no compartíamos por la distancia.

La mañana siguiente, al despertar era preciso agradecer lo recibido, y lo mejor fue hacerlo con una meditación frente al mar. Siempre me ha atraído la inmensidad del mar, su fuerza y misterio. Transcurrió el tiempo, el vaivén de las olas seguía envolviendo mi sentir y mi agradecimiento por estar en comunión con los demás. Agradecido también por el cuidado amoroso y profesional de la doctora Pily. Tras la meditación, siguió el desayuno y la preparación para el siguiente evento.

Nos dirigimos a la laguna de Chacahua, en Oaxaca, lugar que se puede vivir como paseo turístico o apreciarla en todo su contenido. Estaba sorprendido por los regalos de la naturaleza, por los momentos de comunión con los demás, y el descubrimiento de mis sensaciones, emociones y sentimientos. Seguimos desde ahí en lanchas hacia un lugar hermoso, sagrado, colmado de energía sutil y lleno de misterio. Llené mis sentidos de ese regalo del Universo, y agradecí la guía para estar ahí viviendo la experiencia.

Después fuimos testigos de la maravilla del amor entre la laguna y el mar. Como dos amantes, que en ocasiones se besan suavemente y otras con pasión; fue un regalo disfrutar esa fuerza común. Cada participante expresó sus impresiones del viaje, de nuevo celebré lo que este mundo tiene de bello. Después de juguetear un rato en el agua, regresamos a “casa”.

Agradezco lo vivido y compartido en ese lugar, las experiencias, preguntas, respuestas y orientaciones recibidas para, a mi vez, ofrecer un servicio personal y profesional impecable. Asimismo, la frescura de Andrea, Luna y Helen, bellezas que paso a paso regalaron su sonrisa, amor y disposición; tres bebés maravillosas, que pudimos disfrutar gracias a Karo, Rebeca y Marcia, quienes las compartieron. Reciban mi admiración por todo su esfuerzo, para estar y participar en nuestro evento. A cada asistente le agradezco sus aportaciones, entrega y pasión por continuar en nuestra formación. Desde luego, mi gratitud infinita a la doctora Pily: te abrazo.

En otro momento compartiré más experiencias vividas en este encuentro. Como dice, David R. Hawkins: “La verdadera generosidad no espera recompensas, porque no conlleva expectativas”.


Por un mundo de esperanza y paz. Buen fin de semana. Año 2024

Correo electrónico: ignacio.lovio@gmail.com

“Aunque el cielo tiene muchas puertas, cada buscador debe encontrar su propia ruta”. (David R. Hawkins)

En esta ocasión comparto vivencias de un viaje planeado para fortalecer cuerpo y espíritu. Fue un encuentro con otros viajeros, a quienes hacía tiempo no veía ni charlaba con ellos en persona. En la reunión previa para tomar el vuelo que nos llevaría al destino final se dieron los abrazos, las muestras de afecto y el momento para intercambiar experiencias de los últimos acontecimientos. Fluía una energía grata y nutricia entre todos. Como afirma David R. Hawkins: “Para cada buscador hay comprensiones importantes que son clave para iluminar el camino y facilitar el éxito”.

Durante el vuelo, todos sentimos la hermandad que nos acunaba y regalaba la alegría de encontrarnos, aunque fuéramos en lugares separados. En el trayecto escribí un par de ideas de lo que experimentaba, y agradecí esta oportunidad de volver a ver a los demás en un par de horas. Es hermoso transportarnos de un lugar a otro con algarabía, intercambiar miradas y compartir esos pequeños detalles que nos nutren.

Después de un breve extravío, llegamos al lugar que se había preparado con amor para los participantes. Recibimos ese abrazo reseteador y la caricia suave y amorosa. Después de instalarnos, nos reunimos para cenar, e intercambiamos recuerdos y alegrías, lo que hacía tiempo no compartíamos por la distancia.

La mañana siguiente, al despertar era preciso agradecer lo recibido, y lo mejor fue hacerlo con una meditación frente al mar. Siempre me ha atraído la inmensidad del mar, su fuerza y misterio. Transcurrió el tiempo, el vaivén de las olas seguía envolviendo mi sentir y mi agradecimiento por estar en comunión con los demás. Agradecido también por el cuidado amoroso y profesional de la doctora Pily. Tras la meditación, siguió el desayuno y la preparación para el siguiente evento.

Nos dirigimos a la laguna de Chacahua, en Oaxaca, lugar que se puede vivir como paseo turístico o apreciarla en todo su contenido. Estaba sorprendido por los regalos de la naturaleza, por los momentos de comunión con los demás, y el descubrimiento de mis sensaciones, emociones y sentimientos. Seguimos desde ahí en lanchas hacia un lugar hermoso, sagrado, colmado de energía sutil y lleno de misterio. Llené mis sentidos de ese regalo del Universo, y agradecí la guía para estar ahí viviendo la experiencia.

Después fuimos testigos de la maravilla del amor entre la laguna y el mar. Como dos amantes, que en ocasiones se besan suavemente y otras con pasión; fue un regalo disfrutar esa fuerza común. Cada participante expresó sus impresiones del viaje, de nuevo celebré lo que este mundo tiene de bello. Después de juguetear un rato en el agua, regresamos a “casa”.

Agradezco lo vivido y compartido en ese lugar, las experiencias, preguntas, respuestas y orientaciones recibidas para, a mi vez, ofrecer un servicio personal y profesional impecable. Asimismo, la frescura de Andrea, Luna y Helen, bellezas que paso a paso regalaron su sonrisa, amor y disposición; tres bebés maravillosas, que pudimos disfrutar gracias a Karo, Rebeca y Marcia, quienes las compartieron. Reciban mi admiración por todo su esfuerzo, para estar y participar en nuestro evento. A cada asistente le agradezco sus aportaciones, entrega y pasión por continuar en nuestra formación. Desde luego, mi gratitud infinita a la doctora Pily: te abrazo.

En otro momento compartiré más experiencias vividas en este encuentro. Como dice, David R. Hawkins: “La verdadera generosidad no espera recompensas, porque no conlleva expectativas”.


Por un mundo de esperanza y paz. Buen fin de semana. Año 2024

Correo electrónico: ignacio.lovio@gmail.com