/ martes 22 de octubre de 2024

Columna Invitada/ Sonora es el corazón de México

Hace unos días se anunciaron los Premios Nobel 2024, con los cuales, año tras año, se reconocen las aportaciones de diferentes personas e instituciones a la humanidad en disciplinas como la física, química, medicina, literatura, economía y la paz.

En este contexto, me interesa recordar a Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, quien, desde una visión progresista, ha reflexionado sobre los efectos de la globalización y las instituciones del libre mercado, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En cuanto a la industria minero-metalúrgica, Stiglitz considera inconcebible que los países ricos en recursos naturales sean muy desiguales y defiende que la riqueza por la explotación del subsuelo debe reflejarse en bienestar social, mayor infraestructura pública y desarrollo tecnológico de los países extractivistas.

Reconoce la importancia de que los países mineros establezcan estrategias de crecimiento sostenible, a fin de que las ganancias obtenidas se reinviertan más allá de la extracción en otras áreas de la cadena productiva, así como en programas de desarrollo que favorezcan a la población.

Stiglitz propone que los gobiernos de esas naciones diseñen las instituciones, leyes y políticas necesarias para garantizar que la explotación de los recursos naturales favorezca a todas y todos. Por ejemplo, procesos de licitaciones competitivas y transparentes, igualmente, que los contratos garanticen que las ganancias extraordinarias se distribuyan equitativamente cuando los precios de los metales y minerales se elevan (Project Syndicate: 06/08/2012).

De acuerdo con el Anuario Estadístico de la Minería Mexicana 2022 (SGM Secretaría de Economía, 2023), la minería mexicana está entre las más importantes del mundo, con 16 metales y minerales ubicados en los diez principales lugares en la producción mundial. En 2022, con 417,380 empleos (2.8% más que en 2021), el país ocupó el noveno lugar mundial en producción de oro; por décimo cuarto año consecutivo, el primero lugar en plata, y el décimo lugar en producción de cobre.

El mismo informe coloca a Sonora como el segundo estado minero más importante del país; es primer lugar en la producción de cobre con 75.58% del total nacional y segundo lugar en oro con una producción de 25.69%. Además de los yacimientos de litio del estado, que ponen México a la vanguardia energética global en el marco del Plan Sonora.

Por ello, es fundamental que las reglas del juego institucionales favorezcan el desarrollo de la industria minera con una distribución equitativa de las ganancias, beneficios directos para las poblaciones donde yace esta actividad y protegiendo el medio ambiente.

Esta forma de ver las cosas no dista de la mirada de Joseph E. Stiglitz, quien además reconoce la urgencia de implementar medidas más progresistas en el capitalismo actual, que sean capaces de lograr un desarrollo sostenible en lo económico, sustentable ecológicamente y equitativo en lo social.

Tampoco dista de la visión del proyecto de nación de la Cuarta Transformación, que en este segundo piso refrenda la voluntad de diálogo con todos los actores políticos, económicos y sociales, entre ellos, los poderes públicos, las empresas nacionales y extranjeras (incluidas las pequeñas y medianas empresas), las personas trabajadoras, las organizaciones sindicales y, desde luego, las comunidades.

En este sentido, del 22 al 26 de octubre, Hermosillo será sede del 15 Congreso Internacional Minero Sonora 2024 “La minería somos todos”, donde participaré como presidenta de la Comisión de Minería del Senado de la República junto a representantes del sector, en un espacio de diálogo para el fortalecimiento de esta actividad tan importante para la economía sonorense y del país.

El propósito es que la minería se consolide como una fuente de desarrollo económico, con una mayor aportación al producto interno bruto, generadora de calidad de vida para las personas trabajadoras y sus familias, y responsabilidad empresarial ambiental.


Hace unos días se anunciaron los Premios Nobel 2024, con los cuales, año tras año, se reconocen las aportaciones de diferentes personas e instituciones a la humanidad en disciplinas como la física, química, medicina, literatura, economía y la paz.

En este contexto, me interesa recordar a Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001, quien, desde una visión progresista, ha reflexionado sobre los efectos de la globalización y las instituciones del libre mercado, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En cuanto a la industria minero-metalúrgica, Stiglitz considera inconcebible que los países ricos en recursos naturales sean muy desiguales y defiende que la riqueza por la explotación del subsuelo debe reflejarse en bienestar social, mayor infraestructura pública y desarrollo tecnológico de los países extractivistas.

Reconoce la importancia de que los países mineros establezcan estrategias de crecimiento sostenible, a fin de que las ganancias obtenidas se reinviertan más allá de la extracción en otras áreas de la cadena productiva, así como en programas de desarrollo que favorezcan a la población.

Stiglitz propone que los gobiernos de esas naciones diseñen las instituciones, leyes y políticas necesarias para garantizar que la explotación de los recursos naturales favorezca a todas y todos. Por ejemplo, procesos de licitaciones competitivas y transparentes, igualmente, que los contratos garanticen que las ganancias extraordinarias se distribuyan equitativamente cuando los precios de los metales y minerales se elevan (Project Syndicate: 06/08/2012).

De acuerdo con el Anuario Estadístico de la Minería Mexicana 2022 (SGM Secretaría de Economía, 2023), la minería mexicana está entre las más importantes del mundo, con 16 metales y minerales ubicados en los diez principales lugares en la producción mundial. En 2022, con 417,380 empleos (2.8% más que en 2021), el país ocupó el noveno lugar mundial en producción de oro; por décimo cuarto año consecutivo, el primero lugar en plata, y el décimo lugar en producción de cobre.

El mismo informe coloca a Sonora como el segundo estado minero más importante del país; es primer lugar en la producción de cobre con 75.58% del total nacional y segundo lugar en oro con una producción de 25.69%. Además de los yacimientos de litio del estado, que ponen México a la vanguardia energética global en el marco del Plan Sonora.

Por ello, es fundamental que las reglas del juego institucionales favorezcan el desarrollo de la industria minera con una distribución equitativa de las ganancias, beneficios directos para las poblaciones donde yace esta actividad y protegiendo el medio ambiente.

Esta forma de ver las cosas no dista de la mirada de Joseph E. Stiglitz, quien además reconoce la urgencia de implementar medidas más progresistas en el capitalismo actual, que sean capaces de lograr un desarrollo sostenible en lo económico, sustentable ecológicamente y equitativo en lo social.

Tampoco dista de la visión del proyecto de nación de la Cuarta Transformación, que en este segundo piso refrenda la voluntad de diálogo con todos los actores políticos, económicos y sociales, entre ellos, los poderes públicos, las empresas nacionales y extranjeras (incluidas las pequeñas y medianas empresas), las personas trabajadoras, las organizaciones sindicales y, desde luego, las comunidades.

En este sentido, del 22 al 26 de octubre, Hermosillo será sede del 15 Congreso Internacional Minero Sonora 2024 “La minería somos todos”, donde participaré como presidenta de la Comisión de Minería del Senado de la República junto a representantes del sector, en un espacio de diálogo para el fortalecimiento de esta actividad tan importante para la economía sonorense y del país.

El propósito es que la minería se consolide como una fuente de desarrollo económico, con una mayor aportación al producto interno bruto, generadora de calidad de vida para las personas trabajadoras y sus familias, y responsabilidad empresarial ambiental.


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