La reciente jornada electoral, llamada la elección más grande de la historia del país, sin duda trajo nuevos bríos de cambio y transformación para nuestra casa, Sonora.
Este no ha sido un camino fácil. Quienes han seguido nuestra trayectoria como militantes de Morena, saben que no somos de claudicar, por el contrario, construimos con propuestas y hechos, aún en medio de la adversidad.
En 2014 no se nos consideraba como parte del espectro político del Norte, por ser una propuesta emanada de la izquierda popular. Nuestros registros electorales dan cuenta de ello. No obstante, en ese entonces, entendimos que el electorado sonorense requería mucho más que una figura carismática al frente y nos pusimos a trabajar. Desde abajo y a la izquierda.
A lo largo de los años, hemos caminado no sólo una colonia, una sección electoral o un distrito federal en época de elecciones. Avanzamos por toda la entidad, tejiendo, formando redes y priorizando en todo momento el desarrollo de las y los sonorenses.
El resultado de ello se ha visto reflejado con Alfonso Durazo, ahora a la cabeza de la entidad como gobernador electo del Estado; y junto a las y los alcaldes, diputaciones federales y locales, las planillas de ayuntamientos, somos hombres y mujeres libres llenos de deseos, esperanza, ideas y alta formación democrática, y pensamos que, con el triunfo indiscutible de la 4T en Sonora, rompemos con las inercias de creer que el Norte es conservador e inamovible, además de que fragmentamos el círculo de violencia institucional, ejercido por años a través de la oligarquía estatal —esa que beneficiaba a unos cuantos—, mientras el pueblo seguía reivindicando derechos.
Hacemos lo imposible en tiempo récord, pues ese es el compromiso. No venimos “a ver si podemos”, venimos a refrendar lo que hemos hecho bien y porque la gente confía en nosotros.
Pero también debemos ejercer la autocrítica. Hoy les decimos a aquellos sectores que aún no sienten que un proyecto como el de Morena les represente, que trabajaremos aún más arduo para poner en la balanza aciertos y errores, libres de ideologías y sesgos, a favor de los derechos de todas las personas.
En días recientes, las jóvenes feministas sonorenses han vuelto a salir a las calles y no podemos sino retomar el compromiso de trabajar por mejores leyes que acerquen justicia para las víctimas. Mantengamos una escucha abierta y reconozcamos que la herida que tiene Sonora por sus hijas desaparecidas y asesinadas no cerrará espontáneamente si no hacemos un trabajo profundo.
Los tiempos que se avecinan para nuestro Estado requieren alta responsabilidad, por lo que será necesario dar vuelta a la página y permitir que las y los representantes electos hagamos el trabajo que nos toca. Dejemos atrás la confrontación y la dilación; no le hagamos el juego a los intereses que nos quieren dividir.
Les invito a que no compremos la idea de ser 2 Sonoras. Somos un Estado generoso, amigable, productivo, con altas posibilidades de mayor desarrollo. No nos ceguemos, sino más bien construyamos entre todos y todas el Sonora que merecemos.
Agradezco a los 64,289 votos que sustentan la victoria electoral para una servidora, que no es de nadie más sino del pueblo sonorense.
Sigamos avanzando, porque esta Casa llamada Sonora es de todas y todos, en su amplia diversidad.