/ miércoles 24 de julio de 2024

Democracia y Debate | Alito, bienes raíces

Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, no le están saliendo alas, le están saliendo raíces y no de esas que sirven para alimentar un árbol que crece torcido, raíces de esas que se venden y se compran, bienes raíces para ser más claros, y hablando de claridad se observa un oscuro futuro en lo que toca Alito con todo y sus raíces, con todo y sus bienes que le están ventilando como males.

No solo se ha adueñado del PRI, lo ha dirigido en el peor momento electoralmente hablando, Alito suma derrota sobre derrota, que vende, intenta vender como victoria, lo cual ni él puede creerse.

Ante el cúmulo de mentiras y bienes, se suma ahora la triste y lamentable historia que se está inventando, se señala y se auto nombra como víctima, él es el que ha recibido un partido en ruinas, él nada ha tenido que ver, el solo lo recibió así y nada pudo hacer en estos años pasados, pero ahora resulta que, si le dan más años, ahora si va a poder hacer algo.

Alito sueña con ser el Verte o el PT, todo parece que su objetivo es vender su pequeño porcentaje al mejor postor para sobrevivir no como partido nacional, no como partido heredero de la Revolución Mexicana, más bien como un partidito que se ofrece a un partidote para que hagan de él lo que quieran siempre y cuando lo dejen seguir viviendo.

Para lograr tan pequeños planes, dignos de una mente pequeña y de ideas pequeñas hay quienes le estorban, esos que piensan, esos que tienen ideas grandes, esos que han logrado victorias, aciertos y también fracasos y desaciertos, pero que con dignidad las han aceptado y siguen sumando y colaborando para intentar comenzar de nuevo. Resulta que al pequeño Alito, los otros, las otras, los que hicieron historia, buena, mala o regular, le estorban.

Alito quiere su 10%, quiere su partidito para él y unos cuantos.

Esos pensamientos, lo que algunos llaman ideología, ideales, historia, logros, instituciones, no le importan, en la era de Alito, lo que importa es Alito y venderse bien, venderse caro para estar viviendo de lo que sobre, de lo que caiga de la mesa.

Alito, el pequeño campechano está escribiendo su propia historia política y será una historia breve, pequeña con poco que decir al respecto, más que recordarle, será señalado por sus bienes que no son tales, por sus raíces que no son profundas.

Alito solo tiene bienes raíces.



Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, no le están saliendo alas, le están saliendo raíces y no de esas que sirven para alimentar un árbol que crece torcido, raíces de esas que se venden y se compran, bienes raíces para ser más claros, y hablando de claridad se observa un oscuro futuro en lo que toca Alito con todo y sus raíces, con todo y sus bienes que le están ventilando como males.

No solo se ha adueñado del PRI, lo ha dirigido en el peor momento electoralmente hablando, Alito suma derrota sobre derrota, que vende, intenta vender como victoria, lo cual ni él puede creerse.

Ante el cúmulo de mentiras y bienes, se suma ahora la triste y lamentable historia que se está inventando, se señala y se auto nombra como víctima, él es el que ha recibido un partido en ruinas, él nada ha tenido que ver, el solo lo recibió así y nada pudo hacer en estos años pasados, pero ahora resulta que, si le dan más años, ahora si va a poder hacer algo.

Alito sueña con ser el Verte o el PT, todo parece que su objetivo es vender su pequeño porcentaje al mejor postor para sobrevivir no como partido nacional, no como partido heredero de la Revolución Mexicana, más bien como un partidito que se ofrece a un partidote para que hagan de él lo que quieran siempre y cuando lo dejen seguir viviendo.

Para lograr tan pequeños planes, dignos de una mente pequeña y de ideas pequeñas hay quienes le estorban, esos que piensan, esos que tienen ideas grandes, esos que han logrado victorias, aciertos y también fracasos y desaciertos, pero que con dignidad las han aceptado y siguen sumando y colaborando para intentar comenzar de nuevo. Resulta que al pequeño Alito, los otros, las otras, los que hicieron historia, buena, mala o regular, le estorban.

Alito quiere su 10%, quiere su partidito para él y unos cuantos.

Esos pensamientos, lo que algunos llaman ideología, ideales, historia, logros, instituciones, no le importan, en la era de Alito, lo que importa es Alito y venderse bien, venderse caro para estar viviendo de lo que sobre, de lo que caiga de la mesa.

Alito, el pequeño campechano está escribiendo su propia historia política y será una historia breve, pequeña con poco que decir al respecto, más que recordarle, será señalado por sus bienes que no son tales, por sus raíces que no son profundas.

Alito solo tiene bienes raíces.