En días pasados partió de este mundo el Lic. Arturo Soto Bermúdez, originario de Magdalena de Kino, Sonora, quien en vida fuera un profesional exitoso fundador de una de las instituciones todavía más sólidas en nuestro México, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), amigo personal de unos de los hombres más brillantes de este país, así como de los políticos más destacados Jesús Silva-Hersog Flores, al cual, gracias al Lic. Soto tuve el gusto de conocer y tener gratas charlas relacionadas con el presente, pasado y futuro político de nuestro País.
Posterior a su destacada labor como delegado del INFONAVIT, en el Estado de Sonora, Soto Bermúdez, colaboró de forma por demás eficiente en el gobierno de López Obrador, cuando este era jefe de gobierno en la Ciudad de México.
Fue en vida el Lic. Arturo Soto, gran lector, poseedor una extraordinaria y diversa biblioteca de la cual he podido beneficiarse en los últimos años, ya que generoso me competía sus valiosos libros para también poder recrearme en la lectura.
Esposo Soto Bermúdez de Tete Escobar, con la que compartió toda una vida, llena de aventuras y viajes, además de traer a este mundo a tres personas maravillosas, Mónica, José Arturo y Lizette.
Todavía recuerdo el día que conocí al Lic. Arturo, fue en una gran comida en el Restaurante Hunan, donde compartimos un delicioso Pato Laqueado, ese Pato que a Lozoya le costó volver a prisión, pero que a quien esto escribe significó el inicio de muchos años de gran convivencia y mucho más.
Tuve la suerte de que Arturo Soto Bermúdez fuera mi suegro, tuve también la suerte de casarme con su hija Mónica Soto y de traer al mundo a sus amados nietos Max y Patricio.
Fue mi suegro, un sonorense que trascendió a su querido Magdalena y que me brindó una familia de la mano de su esposa y sus hijos, por lo que siempre le estaré agradecido. También gracias a Arturo, pude conocer a quien con el tiempo se convirtió en uno de mis mejores amigos y maestros el Ing. Abelardo Rodríguez, con quien mi suegro se ha reunido para seguir compartiendo aventuras como en sus tiempos juveniles.
Su despedida en la Parroquia de Santa Elena de la Cruz, fue multitudinaria, llena de afecto, ocho sacerdotes, varios seminaristas, no cabía un alma, porque un alma grande y generosa se estaba despidiendo.
Su despedida fue tan grande como su vida y su legado en sus hijos y nietos lo seguirá siendo.
Gracias querido suegro por esta familia que me has regalado, espero estar a la altura de tu altura.
Descansa en Paz, ahora en compañía de tus padres, de tu hermano Armando, tu querido amigo Abelardo, tú tío Carlos entre tantas otras querencias que sumaste a lo largo de tu vida, que ahora están contigo en ese otro lugar.
Acá los que quedamos te recordaremos siempre.