/ lunes 12 de septiembre de 2022

Democracia y debate | ¿Por qué habla la Maestra?

1ª parte

¿Me recuerda? Pregunta el periodista, como buscando su aprobación, “sí, lo recuerdo”, contesta la Maestra, provocando que los ojos del periodista se iluminen, de inmediato cambia el tono de la conversación, que iniciaba con la formalidad prevista y continúa con un rostro relajado del periodista.

La Maestra lo recuerda, sí, ella, la mujer más poderosa de América, lo recuerda a él y lo aprueba, “tiempos” dice ella; Así es tiempos que no terminan de irse, los protagonistas están en todos lados, los dueños de aquél tiempo son hoy todavía actores principales en estos tiempos.

Son esos comunicadores, que ella recuerda, son también esos políticos que señala, es la persecución de antes, es el encono de ahora, es el conflicto de siempre, es el poder.

¿Recuerda a Manuel Bartlett? Pregunta, el comunicador, “sí”, responde ella tajante, no entendía la pluralidad de México (Bartlett), descalifica la Maestra a ese político de antes y de ahora, fueron momentos críticos, difíciles, apunta.

Éramos (vuelve al pasado) en esa época más de 750 mil maestros en la calle.

Carlos Salinas, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard, siguen los nombres del pasado, de los tres últimos, uno ya no está, otro está en desgracia y el último es corcholata.

Sigue hablando ahora ella de Marcelo, “nunca lo voy a olvidar”, así lo dice, con claridad, “entablé con Marcelo una relación amistosa”.

¿Por qué regresa?, pregunta a la Maestra, “porque soy una mujer congruente”, responde ella. Lo cual es verdad, verdadera. La Maestra es congruente con ella misma, es congruente con su origen, con su historia, con su realidad, con su propia esencia de animal político puro.

No hay nadie enfrente, nadie está frente al poder, ella fue el poder, ella lo enfrentó, ganó y perdió, hoy que nadie está frente al poderoso, que hay un gran vacío de contrapoder, aparece ella, que fue poder y también contrapoder.

Los medios la buscan, sigue siendo nota, sigue siendo motivo de análisis y reflexión, sigue siendo motivo de encono, crítica y burla, sigue siendo ella. La Maestra, la del poder.