Una esperanza de vida que está tardando en llegar a todos los mexicanos, por las estrategias equivocadas del gobierno.
La situación en México ante la pandemia es de las más terribles en el mundo, con una crisis severa y una tasa alta de mortalidad.
Nuestro país totaliza un millón 649 mil 502 casos confirmados de contagios por Covid-19 y 141 mil 248 muertes, pero en realidad pudieran ser el triple de muertes, según analistas.
México está en cuarto lugar en el mundo entre los países con mayor número de muertes, después de Estados Unidos —en primero— con 390 mil 195; de Brasil, con 207 mil; y de la India con 151 mil 918, esto en base a la información de la Universidad Johns Hopkins, una de las instituciones más confiables en el seguimiento por el Covid-19.
La misma universidad destaca que México es el país con la tasa de letalidad más alta entre los 20 países más afectados por la Covid-19, con el 8.8%.
Es decir, en México mueren poco más de 8 personas por cada 100 contagiadas.
Estos terribles datos en cuanto al grave problema por la epidemia en México hacen ver que se tienen que tomar decisiones rápidas para contener, pronto, la muerte que alcanzó ya a más de 141 mil mexicanos aceptados de forma oficial.
La llegada de las primeras vacunas contra el Covid-19 despertó la esperanza de vida en los mexicanos.
Sin embargo, hay una crisis que está cimbrando al sistema que implementó el gobierno de México para llevar a cabo la vacunación.
Al compararlo con otros países, nos damos cuenta que el mecanismo no es el más adecuado.
Guardando las debidas proporciones, en Estados Unidos, el presidente electo, Joe Biden, se comprometió en los primeros 100 días de su gobierno a vacunar a 100 millones de estadounidenses, es decir, a un millón de personas diarias.
En el vecino país "no se andan por las ramas" y van decididos tras el objetivo, con un plan de vacunación masiva, conscientes de que mientras más personas estemos inmunizadas podremos contener lo más pronto posible esta epidemia.
Y aquí en México, lo que hemos visto, desaciertos tras desaciertos, empezando por la famosa curva que nunca lograron aplanar, y una programación para la aplicación de la vacuna que no está del todo clara.
El gobierno federal incurre en errores tras errores como el no permitir vacunar a hospitales privados ni a médicos particulares, cuando a nuestra mente llega la imagen del estacionamiento en un estadio de Phoenix, Arizona, donde se está aplicando la vacunación, sin parar, las 24 horas, a miles y miles de estadounidenses sin bajar de su automóvil.
Y en México, aunque se anunció que la vacuna sería primero para el personal médico que está en la primera línea de batalla atendiendo a enfermos de Covid-19, se está aplicando a los siervos de la nación y lo presumen aún algunos funcionarios, regidores de Morena.
Esto evidentemente genera un enorme malestar social.
La renuncia de la responsable del plan de vacunación en México, Miriam Esther Veras Godoy, es otra señal de las fallas en el sistema.
Con la salud de los mexicanos no se debe jugar, mucho menos experimentar, como pareciera que el gobierno federal lo está haciendo.
Esa falta de claridad en la estrategia nacional va a costar más vidas, no sólo dinero y fracaso. Es cuando debemos preguntarnos ¿cuántas vidas más se perderán por esas equivocaciones de las autoridades federales?
Debemos ser críticos ante eso, sobre todo ante los últimos desaciertos que están teniendo los encargados en el tema.
Sigue a El Sol de Hermosillo en Google News y mantente informado con las noticias más recientes
Los mexicanos merecemos una mejor condición y un gobierno que trate con mayor respeto y seriedad lo que está sucediendo ante esta terrible pandemia que nos está arrebatando la vida a diario.