Las amenazas de Donald Trump en materia comercial calaron hondo en México y Canadá. Castigar con aranceles de 25% a las exportaciones mexicanas “hasta que se detenga el flujo migratorio y de drogas a suelo estadounidense” es una estupidez, pero el futuro presidente de EU lo puede hacer.
Pierre Trudeau, primer ministro canadiense contestó de la peor manera, diciéndose insultado por ser comparado con México y moviendo hilos políticos internos que pidieron sacar a México del Tratado noteamericano. Eso, a pesar de haber platicado con la Presidenta de México unos días antes en el G-20, donde le prometió unidad en este proceso.
Claudia Sheinbaum, a su vez, ha respondido con prudencia pero firme, revirando la amenaza con el anuncio de una guerra “arancel por arancel”. Incluso tomó el toro por los cuernos y le marcó a Trump, quien manipuló la llamada para decir que la mandataria le prometió cerrar la frontera, plegándose a los deseos del estadounidense, cosa improbable.
Esto ha puesto a trabajar horas extras en Canadá y en México a gobiernos y empresarios, asesorándose sobre lo que puede y no puede hacer la Casa Blanca a partir del próximo 6 de enero.
En México, el gobierno federal se inclina por considerar que el perfil idóneo para asesorarlo en una eventual guerra comercial norteamericana es Jesús Seade, ex representante de AMLO en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que en 2018 estaba a cargo del gobierno de Enrique Peña Nieto, y posterior subsecretario para América del Norte de la SRE.
La IP, a su vez, revisó quién le sabe al tema y todos los dedos apuntaron hacia un solo lado: los negociadores originales del TLC con Salinas de Gortari, los ex funcionarios que se hicieron a la sombra de Jaime Serra Puche y Herminio Blanco, un grupo que ya no está en el poder y cuyas ideas de la economía ya no son gobierno, pero que se mantienen fuertes en el sector privado, dentro de la banca y en el seno de importantes consejos de administración.
Cabe recordar que Herminio es el formador de perfiles como Luis de la Calle, Jaime Zabludovsky, Ildelfonso Guajardo, Juan Carlos Baker y muchos más. Los empresarios mexicanos están convencidos de que, al final del día, los que conocen la parte legal y tienen las relaciones con EU y Canadá para negociar son estos personajes, le pese a quien le pese. Conocen a todos allá y los recovecos legales del tratado.
Le podemos adelantar que los empresarios más pesados de este país están pasando la charola para eventualmente contratar los servicios de IQOM Inteligencia Comercial, la firma de Herminio Blanco y Jaime Zabludovsky.
Sin embargo, políticamente es imposible sentar a este grupo con el gobierno federal de la 4T. Trabajarían por separado, aunque, por paradojas del destino, pudieran acabar defendiendo los mismos intereses nacionales en 2025.
En el USB…
Y es precisamente una posible agresión comercial de Estados Unidos, o física, si es que se concreta el despropósito de la derecha estadounidense de “invadir” México para combatir a los grupos criminales, lo que pudiera generar un fenómeno de insospechada unidad nacional en torno a la Presidenta Claudia Sheinbaum en defensa de la soberanía, porque difícilmente habría sector político, económico o social, independientemente de su credo ideológico, que no repudiara dichas acciones. Salvo acaso, claro está, los desnacionalizados de la incipiente ultraderecha mexicana que han ido a rendirle pleitesía a Trump.