Dr. Rolando Enrique Díaz Caravantes, profesor-investigador adscrito al Centro de Estudios en Salud y Sociedad de El Colegio de Sonora.
Fundado en 1936 y con una población actual de cerca de 2 mil habitantes, El Molino de Camou tenía hasta inicios de la década de 1990 una unidad de riego de agua rodada funcionando adecuadamente, cuando el entonces gobernador se le ocurrió que la mejor forma de evitar inundaciones para poder urbanizar el vado del río en la ciudad de Hermosillo, era construir una presa río arriba de la Abelardo L. Rodríguez, y en 1991 comenzaron las obras para El Molinito, presa ubicada a 25 kilómetros de la ciudad.
Allí comenzó el acabose en la cuestión del agua para El Molino de Camou, pues el lugar de donde derivaban el agua para riego, el yacimiento El Orégano, quedó atrapado en el vaso de la presa y ahora dependían de la CONAGUA para dar sus riegos, dependencia que les “soltaba el agua cuando quería”, lo cual perjudicaba sus cultivos, que en aquel entonces eran trigo, maíz, frijol y sorgo.
En 1996 comenzó una mayor dificultad que afectó desde El Molino de Camou hasta los ejidos Mesa del Seri y La Victoria, pues a partir de esa fecha, la presa El Molinito comenzó a ser utilizada ya no para prevenir inundaciones, sino para proveer de agua a la ciudad de Hermosillo. El problema fue que ahora el agua se retenía en la presa durante varios meses del año para soltarla en solo cortos períodos con el fin de recargar el acuífero Mesa del Seri-La Victoria que provee a la ciudad por medio de pozos.
Otro punto crítico fue cuando otro gobernador y el entonces presidente municipal construyeron en 2008 un acueducto desde la Presa El Molinito prometiendo que la ciudad de Hermosillo tendría agua por los próximos 50 años. Por supuesto esto no se cumplió, pues como bien sabemos la ciudad de Hermosillo sigue sufriendo por el abasto de agua debido a un crecimiento poblacional desmedido, propiciado por la industria inmobiliaria y una muy deficiente red pública con grandes pérdidas del vital líquido.
El acueducto afectó a las comunidades río abajo porque al estar entubada el agua del río Sonora ya ni siquiera se filtraba al subsuelo en ciertos períodos. Ahora no solo sufrían las tierras de cultivo, también comenzó a escasear el agua del pozo para uso doméstico.
Pero la historia no terminó allí. En el desastre minero de 2014 provocado por una mina de Grupo México, este ejido y su comunidad también fueron afectados, pues la presa El Molinito fue utilizada como contenedor de los desechos mineros, dejando sin agua al ejido por un año y con ello afectando la disponibilidad de este vital líquido para la comunidad. Además, por supuesto, con la afectación a la calidad del agua y a la salud debido a la contaminación.
El agua en El Molino de Camou está cerca y está lejos. Está cerca porque la presa El Molinito está a dos kilómetros río arriba de la comunidad. Está lejos porque esa agua está al servicio de la ciudad. Esta cercanía y lejanía han afectado la cantidad y calidad del agua de esta localidad al grado que las personas tienen que recurrir al uso de pipas para tener este recurso para beber y para sus tareas domésticas.
Agua de Hermosillo, responsable de proveer de agua a todo el municipio, pero cuya prioridad primera es la ciudad y no las localidades rurales, tiene años prometiendo soluciones, y al mismo tiempo culpando a las personas de la localidad del problema de escasez. El Molino de Camou es una comunidad viva y proactiva que está haciendo todo lo que está a su alcance; Agua de Hermosillo es quien no ha hecho su parte para solucionar el problema de esta localidad tan golpeada por las políticas hídricas que el mismo gobierno le impuso.
Desafortunadamente esta historia se puede repetir en todos los pueblos del río Sonora desde Banamichi hasta Ures de construirse la presa en Sinoquipe impulsada por el actual gobierno.