Dra. Zulema Trejo Contreras, Profesora - investigadora de El Colegio de Sonora
En medio de la celebración del Día de las Madres, un evento destinado a honrar a las mujeres que desempeñan el rol materno, un colegio de adscripción religiosa ha causado revuelo al optar por una forma de entretenimiento que ha levantado más de una ceja: la presencia de un estríper en sus instalaciones.
La controversia no se ha hecho esperar. Mientras algunos argumentan que cada institución tiene la libertad de celebrar este día de acuerdo con sus propios criterios, otros cuestionan si un espectáculo de este tipo es apropiado dentro de un ambiente educativo, especialmente en un colegio donde se supone se fomenta la formación de los estudiantes, tanto intelectual como moralmente.
Es innegable que el día de las madres es una fecha especial que merece ser celebrada de diversas formas, pero ¿dónde trazar la línea entre la celebración lúdica y el respeto por los valores que una institución educativa debería inculcar?
Las escuelas, especialmente aquellas con una orientación religiosa, tienen la responsabilidad no solo de impartir conocimientos académicos, sino también de servir como modelo de valores y principios éticos. En este sentido, el espacio educativo no parece ser el adecuado para la presentación de espectáculos que, más allá de su carácter festivo, podrían resultar inapropiados o incluso contraproducentes en términos de la formación de los alumnos.
La decisión de las autoridades de este colegio de optar por un estríper como parte de la celebración del Día de las Madres ha sido, sin duda, poco afortunada. Más allá de las intenciones de entretener y sorprender a las madres presentes, es importante considerar el impacto que este tipo de acciones puede tener en la percepción de la institución como un espacio de educación integral y respeto por los valores éticos.
Es momento de reflexionar sobre el papel de las instituciones educativas en la formación de las generaciones futuras y la importancia de preservar un ambiente de respeto, dignidad y valores en todas las actividades que se realizan en su seno. La libertad de celebrar el Día de las Madres no debe ser motivo para descuidar la responsabilidad de educar con integridad y coherencia.