/ lunes 21 de octubre de 2024

El Crítico 21 / El último escape: ¡adiós, Glenda!, ¡adiós, Michel!

El 6 de junio de 1944, los aliados inclinaros a su favor la balanza de la Segunda Guerra Mundial al triunfar en el desembarco de Normandía, operación militar conocida como “El Día D” y cuyo objetivo era iniciar la liberación de Francia y el resto de Europa de la Alemania nazi.

Soldados británicos, norteamericanos y canadienses participaron en esta cruenta y sangrienta batalla.

Así, testimonios fílmicos – documentales y ficcionados – han creado un acervo histórico impresionante. Películas como El día más largo ( Darryl F. Zanuck, 1964 ) y, por supuesto Salvando al Soldado Ryan ( Steven Spielberg, 1998 ) dan cuenta de ello.

Por eso es notable la perspectiva que presenta El último escape ( Oliver Parker, 2024 ): he aquí una historia crepuscular sobre un anciano que decide salir de su casa de retiro con el propósito de asistir al aniversario setenta del desembarco de Normandía.

Se trata de Bernie Jordan ( Michel Caine ), miembro de la Real Marina Británica, un nonagenario afable y discreto sin demasiado asomo de patriotismo que comparte sus días con Renee, su esposa ( Glenda Jackson ), quien es más proclive al reclamo y que prefiere no ocultar lo que piensa y lo que siente.

Las semanas transcurren con relativa tranquilidad en el asilo. Sin embargo, cuando Bernie le anuncia a su mujer la decisión que ha tomado, a ésta solo le queda bendecirlo y esperar por su regreso.

Después de todo, ambos están en edad de aprovechar cada minuto de vida. Para ambos es importante aún tomar decisiones y tener la lucidez para enfrentar las consecuencias de sus actos.

Además, es necesario apuntar que El último escape está inspirada en un hecho real.

Hay que admitirlo. La carga nostálgica de esta película – ver por última vez reunidas en la pantalla a este par de actores – bien vale las casi dos horas de proyección. La experiencia es memoria. Conmoverse es inevitable. Y las comparaciones no son odiosas.

Recordamos entonces cintas como En el estanque dorado ( Mark Rydell, 1981 ), con Henry Fonda y Katharine Hepburn, o bien Derecho a elegir ( George Schaeler, 1983 ), interpretada por James Stewart y Bette Davis. Ambas producciones se proponen confeccionar una última oportunidad para reencontrar a dos viejas estrellas en el ocaso de sus vidas.

De esta manera, los argumentos deben tocar temas profundamente universales: la fragilidad humana, la reconciliación con nuestro pasado y, por supuesto, la muerte.

Todo esto se cumple, al calce, en El último escape. Esta es la crónica de un viaje postero, del geriátrico inglés a las playas francesas de Normandía, con una producción limpia y competente y la actuación de dos figuras colosales capaces de mantener, desde la fragilidad de su vejez, la potencia de un talento artístico eterno.

Glenda Jackson falleció al poco de concluir este filme y Michael Caine ya está en su retiro.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN.

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson. Divertida novela sobre un hombre centenario que escapa del asilo donde vive para experimentar, lo que podemos considerar, aventuras en el mundo exterior.

El texto suscribe la idea de vivir la vida al máximo

El 6 de junio de 1944, los aliados inclinaros a su favor la balanza de la Segunda Guerra Mundial al triunfar en el desembarco de Normandía, operación militar conocida como “El Día D” y cuyo objetivo era iniciar la liberación de Francia y el resto de Europa de la Alemania nazi.

Soldados británicos, norteamericanos y canadienses participaron en esta cruenta y sangrienta batalla.

Así, testimonios fílmicos – documentales y ficcionados – han creado un acervo histórico impresionante. Películas como El día más largo ( Darryl F. Zanuck, 1964 ) y, por supuesto Salvando al Soldado Ryan ( Steven Spielberg, 1998 ) dan cuenta de ello.

Por eso es notable la perspectiva que presenta El último escape ( Oliver Parker, 2024 ): he aquí una historia crepuscular sobre un anciano que decide salir de su casa de retiro con el propósito de asistir al aniversario setenta del desembarco de Normandía.

Se trata de Bernie Jordan ( Michel Caine ), miembro de la Real Marina Británica, un nonagenario afable y discreto sin demasiado asomo de patriotismo que comparte sus días con Renee, su esposa ( Glenda Jackson ), quien es más proclive al reclamo y que prefiere no ocultar lo que piensa y lo que siente.

Las semanas transcurren con relativa tranquilidad en el asilo. Sin embargo, cuando Bernie le anuncia a su mujer la decisión que ha tomado, a ésta solo le queda bendecirlo y esperar por su regreso.

Después de todo, ambos están en edad de aprovechar cada minuto de vida. Para ambos es importante aún tomar decisiones y tener la lucidez para enfrentar las consecuencias de sus actos.

Además, es necesario apuntar que El último escape está inspirada en un hecho real.

Hay que admitirlo. La carga nostálgica de esta película – ver por última vez reunidas en la pantalla a este par de actores – bien vale las casi dos horas de proyección. La experiencia es memoria. Conmoverse es inevitable. Y las comparaciones no son odiosas.

Recordamos entonces cintas como En el estanque dorado ( Mark Rydell, 1981 ), con Henry Fonda y Katharine Hepburn, o bien Derecho a elegir ( George Schaeler, 1983 ), interpretada por James Stewart y Bette Davis. Ambas producciones se proponen confeccionar una última oportunidad para reencontrar a dos viejas estrellas en el ocaso de sus vidas.

De esta manera, los argumentos deben tocar temas profundamente universales: la fragilidad humana, la reconciliación con nuestro pasado y, por supuesto, la muerte.

Todo esto se cumple, al calce, en El último escape. Esta es la crónica de un viaje postero, del geriátrico inglés a las playas francesas de Normandía, con una producción limpia y competente y la actuación de dos figuras colosales capaces de mantener, desde la fragilidad de su vejez, la potencia de un talento artístico eterno.

Glenda Jackson falleció al poco de concluir este filme y Michael Caine ya está en su retiro.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN.

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson. Divertida novela sobre un hombre centenario que escapa del asilo donde vive para experimentar, lo que podemos considerar, aventuras en el mundo exterior.

El texto suscribe la idea de vivir la vida al máximo