/ lunes 18 de noviembre de 2024

El Crítico 21/ GLADIADOR II: LA ALFOMBRA ROJA DE TRUMP

Han pasado veinte años desde el éxito de Gladiador ( Ridley Scott, 2000 ) y, aunque desde entonces existía la posibilidad de una secuela, tuvieron que transcurrir dos décadas para que dicha batalla llegara a buen puerto. Ahora, en ese arco de tiempo muchas cosas han cambiado: la revolución de la comunicación, el empoderamiento de la derecha y la era de la víctima como nuevo héroe, entre otros asuntos. Y tal parece que esta reciente entrega resume el espíritu de los tiempos que corren.

Gladiador II ( Ridley Scott, 2024 ) es la película que la victoria republicana de Donald Trump merece.

Bienvenida sea la reinvindicación de la masculinidad. El imperio de la testosterona habrá de prevalecer contra cualquier desviación que corrompe el curso del destino universal. Sea la mujer objeto de culto o deseo, pero siempre con la convicción de protegerla a fuerza de músculo, valentía y voluntad.

Así, Gladiador II se presenta más violenta, espectacular e, incluso, más entretenida que su solemne predecesora. Sin embargo, es necesario reconocer que para lograr sus propósitos ha sido indispensable colocarse en un nivel un poco debajo de la oscarizada cinta primigenia.

Gladidador II repite la historia original. Más de diez años después de la muerte del Emperador Marco Aurelio, el Imperio Romano continúa en su sendero de corrupción y decadencia. Hanus ( Paul Mescal ), hijo ignoto de Máximus ( Russel Crowe ), sobrevive rebelde al norte de África, hasta que la invasión imperial del general Marco Acacio ( Pedro Pascal ) trastoca la vida del joven arrebatándole, no solo la libertad, sino la existencia de la mujer amada.

La ira y el deseo de venganza será el fuego en el alma de Hanus, como en la primera cinta.

Ese odio llama la atención de Macrinus ( Denzel Washington ), quien lo compra, lo recluta y le admira, con lo que inicia una relación de mutua conveniencia, como en la primera película.

De esta manera, y hasta que la verdad se siente entre la trama, Gladiador II será una apología

Gladiador II tendrá entonces, carta blanca para saltar cualquier precisión histórica o natural. Esta producción exige que no cuestionemos monos salvajes – cuya genética resulta imposible de clasificar -, rinocerontes montados a pelo y tiburones en performance para recrear una legendaria batalla naval. Si lo que Ridley Scott quiere recordar es que la idea de “al pueblo pan y circo” se le debe al Imperio Romano, no hay duda que lo logró.

Roma es Las Vegas.

Intrigas, traiciones y tramas políticas forman el corredor de murmullos e intereses atractivos en Gladiador II. Y lo son porque en esta ocasión resultan más melodramáticos que en la primera entrega. Más cercana a la telenovela latinoamericana que a la tragedia griega, héroes, mártires y villanos surgen a rajatabla: la nobleza puede parecer cursi, pero la maldad y la hipocresía aportan un humor muy difícil de ignorar.

Por supuesto, Gladiador II es un divertimento de primera categoría que no decepcionará a los espectadores. Sus dos horas y media de proyección resultan livianas y entretenidas, gracias a la maestría del equipo cuyo líder sigue siendo Ridley Scott, a sus 86 años.

Un varón, de derechas, y de juventud avanzada, que convoca a los valores mas tradicionales de Hollywood para “poner orden” en un mundo confuso y convulsionado.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN

La vida de los doce Césares, de Suetonio. Las biografías de los emperadores romanos durante el primer siglo de su historia sigue siendo un texto referencial imprescindible para comprender el juicio de la historia y el valor del cotilleo y, quizás, el morbo por datos no necesariamente correctos.