/ lunes 28 de octubre de 2024

El Crítico 21 / Las Bestias: La Cultura del resentimiento 

La palabra “cultura” tiene un origen campesino. Habla de, sembrar, cultivar y cosechar todo aquello que admite la expresión humana. En cambio, “civilización” es algo mucho más amplio, pues entre otros asuntos, describe legislaciones y gobiernos que regulan la convivencia ciudadana.

Cultura es costumbre. Civilización es ley.

En esos términos, Las Bestias ( Rodrigo Sorogoyen, 2023 ) es un filme punzante, sensible y vigoroso que puede considerarse dentro de lo mejor que ha producido la cinematografía española en los últimos años. Estamos ante una película de devastadora actualidad que exhibe como xenofobia, ignorancia y, sobre todo, resentimiento social, son mezcla letal de la violencia.

Y la violencia, lo sabemos muy bien, sólo conoce un camino: hacia arriba.

Las Bestias se presenta como un thriller. Toma elementos del western y se sostiene gracias al suspense y los giros de tuerca dentro de un argumento magistral que no tiene un solo cabo suelto. Además, actuaciones muy por encima del promedio dan a este drama su categoría de imperdible en poco mas de dos horas de proyección que bien valen una misa.

Antoine ( Denis Menochet ) y Olga ( Marina Fois ) son un matrimonio francés que ha llegado a la campiña gallega a vivir, a rehabilitar cabañas abandonadas – para promover el turismo rural – y a trabajar la tierra, para cosechar lo que la tierra les puede dar. La pareja se muestra amable y educada, sin saber que solo esta circunstancia puede despertar la animosidad de los vecinos.

En el centro del conflicto está el deseo de los lugareños por vender sus tierras a una compañía de energía eólica dispuesta a invertir en el sitio, pero a un precio mucho más bajo del valor de las propiedades.

Eso lo sabe Antoine, pero, aunque lo explica, no logra convencer a sus colindantes de que lo que se ofrece no es una oportunidad para salir de la miseria, sino una trampa para malbaratar el patrimonio.

Por eso, el francés se convierte en el enemigo. Viene de fuera y trata de imponer su capricho a los residentes. Después de todo, ¿quién llegó primero? ¿Quién ha sufrido la miseria, el maltrato, el olvido y la indiferencia del resto del mundo?

Así, el odio obnubila el razonamiento y provoca un ambiente hostil y amenazador cuya escala aumenta a medida que avanza la trama, haciendo que el espectador considere inminente una tragedia rural.

Además, existe en Las Bestias una sorpresa en el guión. Digna de ser comentada, aunque jamás revelada. El amor y la determinación de Olga tomarán un sorpresivo protagonismo que culminará en la más extraordinaria sororidad que confirman el adagio universal: “detrás de un gran hombre, está una gran mujer”.

Galicia reaccionó a este filme. Algunos columnistas publicaron que era injusto presentar esa dicotomía de franceses cultos y civilizados frente a nativos ignorantes, embrutecidos y violentos. Olvidaron que Las Bestias está basada en hechos reales.

Y que el resentimiento social es lo de hoy.

QUE LEER ANTES O DESPUÉS DE LA FUNCIÓN.

Las viñas de la ira, de John Steinbeck. Los Joad ya no pueden pagar el arrendamiento de sus tierras en Oklahoma y viajan a California. Es la gran depresión norteamericana y lo que se ofrecía como una “tierra prometida” en realidad está muy lejos de serlo. Trasciende una de las principales líneas de esta extraordinaria novela: “En el corazón de los hombres crecen los frutos de la ira y se vuelven más y más pesados, hasta que están listos para su cosecha”.