Hay dos tipos de influencia. Y si aspiras a ser un líder, debes comprender la diferencia.
La influencia transaccional se usa a menudo en organizaciones jerárquicas convencionales, es decir, de arriba hacia abajo y se centra en aquellas tareas a realizar. Este tipo de líder suele ser directo y al grano.
La influencia transformadora tiene sus raíces en la empatía y, a menudo, se ve en organizaciones más planas. Este tipo de líder se basa en animar y apoyar para motivar e inspirar a los demás.
A medida que las organizaciones tradicionales de arriba hacia abajo se aplanan, la influencia transformadora se vuelve cada vez más importante.
Para dominar el arte de la influencia, debes:
1) crear una relación de confianza con tu equipo
2) convertirte en un oyente activo y respetuoso
3) comprometerte con tu equipo
4) dar un excelente ejemplo
¿Dónde te ves dentro de 5 años? ¿Aspiras a guiar y tener responsabilidades con colaboradores a tu cargo? ¿Te imaginas impulsando el cambio?
Si lo haces, deberás dominar el arte de la influencia, una habilidad que, como cualquier otra, se puede aprender.
La influencia se puede definir como la capacidad de afectar el carácter, el desarrollo o el comportamiento de alguien más, y requiere desarrollar una fuerte conexión emocional contigo mismo y con los demás. Aquellos que dominan el arte de la influencia a menudo son hábiles para detectar y aprovechar las emociones que impulsan las acciones de las personas. Esto explica por qué la influencia es parte fundamental del liderazgo. Detrás de cada gran líder hay un ejército de seguidores que actúan en apoyo de su misión o causa.
¿Cuáles tres líderes se te vienen a la mente? ¿Son músicos, deportistas, políticos, comunicólogos? ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo han logrado influir en ti?
A lo largo de la historia, los líderes han dominado el arte de influir en otros a través de dos grandes enfoques, y curioso es que esas prácticas continúan vigentes hoy en día.
El primer enfoque, transacción, enfatiza transacciones reales y procesables entre un líder y sus subordinados. Se enfoca en mejorar una situación inmediata determinando los pasos que deben tomarse en el corto plazo. En el segundo enfoque, la transformación, los líderes actúan como modelos a seguir y motivadores que ofrecen visión, entusiasmo, aliento, impulso moral y satisfacción a los seguidores.
Los recientes estudios manifiestan que la influencia transaccional y transformacional continúan siendo las dos formas más frecuentes en que los líderes ejercen su poder sobre los demás.
Antes de que puedas dominar el arte de influir por ti mismo, debes comprender ambos.
Influencia por transacción
Los ejecutivos, o las personas en posiciones de autoridad, a menudo usan la influencia transaccional en los lugares de trabajo con una estructura jerárquica de arriba hacia abajo, lo que significa que las personas en la parte superior de la empresa, es decir, los directores ejecutivos o la alta gerencia, toman decisiones clave sobre las que actúan los demás en el resto de la organización. Como tal, este enfoque tiene éxito en situaciones de crisis, así como en proyectos que requieren procesos lineales y específicos.
Ya sea que se haga a regaños o con promesas, los líderes que utilizan la influencia transaccional no necesariamente construyen un vínculo personal con sus subordinados. Muchos de los líderes que encuadran en este estilo, aceptan una falta de conexión personal, y les resulta difícil afectar el comportamiento de las personas a través del tiempo, al menos sin parecer autoritarios y causar estrés a sus equipos de trabajo. Por lo tanto, podemos concluir, que si bien la influencia por transacción es útil, solo funciona a corto plazo.
Influencia por transformación
Existen otros líderes que hacen las cosas alentando, apoyando y yendo más allá con sus equipos de trabajo. La influencia transformadora es más sensible y por lo general, se utiliza en lugares de trabajo con una estructura plana. A diferencia de las organizaciones de arriba hacia abajo, donde las personas en la parte superior retienen la mayor cantidad de información… y poder, aquellas con estructuras planas fomentan la resolución de controversias y la colaboración en equipo al eliminar las capas jerárquicas dentro de la organización, dando como consecuencia residual, menos informes directos y también menos “líderes”.
Para los líderes del futuro, que probablemente trabajarán dentro de estructuras cada vez más planas, esta información sugiere que es más importante dominar la influencia transformadora que la transaccional, y es fácil ver por qué aquellos que aspiran a liderar y ser agentes de cambio estarían más inclinados a desarrollar este tipo de habilidades blandas y conexión con sus semejantes. La noción tradicional de liderazgo se está extinguiendo a medida que el mundo avanza hacia formas de trabajo más ágiles y participativas, y las organizaciones tradicionales de arriba hacia abajo evolucionan hacia entornos más parejos.
Así pues, cuatro formas de dominar el arte de la influencia, ahora y en futuro próximo:
1.- Establece una buena relación con las personas en las que deseas influir. Si eres gerente por primera vez, dedica tiempo a conocer a tu equipo, genera confianza y fortalece las conexiones interpersonales. Es posible que debas restablecer sus expectativas y darles una razón para ser optimistas.
2.- Conviértete en un oyente activo en lugar de un vocero. Las personas quieren ser dirigidas por personas que les agradan, pero eso no significa que debas convertirte en amigo de todos. Como cabeza de grupo, ser querido es estar preocupado, comprometido y empático con las necesidades de tu equipo, como su líder, no como su amigo. Recuerda que a menudo tú eres el punto de contacto con el resto de la organización, y es tu trabajo mantenerlos al tanto del panorama general, escucharlos y brindarles los recursos que necesitan para tener éxito.
3.- Comprométete con tu equipo. Si no estás comprometido con tu equipo, ¿por qué deberían seguirte? Encuentra maneras de mostrarles a los demás que estás comprometido con ellos a nivel grupal e individual. Esto se logra compartiendo tu visión de cómo se ve el éxito para todos, por qué sus roles son vitales para alcanzarlo y crear esas oportunidades de crecimiento en el camino.
4.- Enfócate y da un excelente ejemplo. El simple acto de apreciar a los miembros de tu equipo, ya sea a través de unas pocas palabras de elogio al final de una semana difícil o reconociendo su papel fundamental en un proyecto reciente, puede marcar una gran diferencia en su motivación.