/ miércoles 19 de junio de 2024

El Podcast Escrito | La IA y la revolución educativa. Primera parte

Amigos lectores de este Podcast escrito, que gusto de estar con ustedes y compartirles estos pensamientos, en una primera parte de dos, sobre un tema que sinceramente me resulta fascinante. En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en diversos sectores, sí no te has dado cuenta, dale un poco de tiempo y verás cómo va transformando la manera en que vivimos y trabajamos. Uno de los campos donde su impacto será más notable y controvertido es la educación. La pregunta que debemos plantearnos no es si la IA debe integrarse en nuestros sistemas educativos, porque debe, sino cómo podemos hacerlo de manera que maximice sus beneficios y minimice sus riesgos.

La Inteligencia Artificial, si no estás familiarizado, son programas informáticos que hacen posible que un dispositivo ejecute funciones comparables a las de la mente humana, cómo escribir un libro, pintar, sintetizar, hacer ecuaciones, encontrar soluciones a problemas, operar una máquina, un vehículo o en todo caso enseñar.

La IA ofrece una capacidad sin precedentes para personalizar la educación. A través de algoritmos avanzados, puede adaptar el contenido y el ritmo de aprendizaje a las necesidades individuales de cada estudiante. Esto no solo promete mejorar el rendimiento académico, sino también fomentar una mayor motivación y compromiso. Imaginemos un aula donde cada alumno recibe una atención personalizada que se ajuste a su estilo de aprendizaje y ritmo de comprensión, literalmente una máquina de formación académica, esa es una visión atractiva que podría revolucionar la educación tal como la conocemos.

No obstante en este mundo y este México, hay pobres muy pobres, por lo que esta visión utópica tiene un lado completo, la desigualdad. La integración de la IA en la educación corre el riesgo de exacerbar las desigualdades existentes. Las escuelas con menos recursos podrían quedarse atrás, incapaces de implementar tecnologías avanzadas. Además, la dependencia excesiva en la tecnología podría deshumanizar la enseñanza, reduciendo la interacción entre estudiantes y profesores a meros intercambios digitales. La educación es, ante todo, un proceso humano, y la tecnología debe complementar, no reemplazar, esa dimensión fundamental.

De entrada, yo podría hasta romantizar la idea de un profesor sin prejuicios, pragmático, pero sí lo pensamos un poco son esos prejuicios los que le añaden cierta pasión a la enseñanza y son los que inspiran al estudiante a tomar una carrera u otra. La máquina haría muchas cosas bien, pero no sé sí inspiraría.

Otro aspecto crucial a considerar es la ética en el uso de la IA. Los algoritmos, por su naturaleza, pueden perpetuar sesgos existentes si no se diseñan y supervisan adecuadamente. Esto es particularmente preocupante en el contexto educativo, sobre todo con la lógica de que las empresas detrás de las IA y los algoritmos podrían sembrar ideas, y como lo comentamos, algoritmos cargados con las creencias de perpetuadas por el mundo de hoy podría resultar en una IA clasista o racista y eso es mucho más probable que pudiera ocurrir a la rebelión de las máquinas que vimos en Terminator y su Judgment Day. Seguimos la plática la próxima semana.

Amigos lectores de este Podcast escrito, que gusto de estar con ustedes y compartirles estos pensamientos, en una primera parte de dos, sobre un tema que sinceramente me resulta fascinante. En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en diversos sectores, sí no te has dado cuenta, dale un poco de tiempo y verás cómo va transformando la manera en que vivimos y trabajamos. Uno de los campos donde su impacto será más notable y controvertido es la educación. La pregunta que debemos plantearnos no es si la IA debe integrarse en nuestros sistemas educativos, porque debe, sino cómo podemos hacerlo de manera que maximice sus beneficios y minimice sus riesgos.

La Inteligencia Artificial, si no estás familiarizado, son programas informáticos que hacen posible que un dispositivo ejecute funciones comparables a las de la mente humana, cómo escribir un libro, pintar, sintetizar, hacer ecuaciones, encontrar soluciones a problemas, operar una máquina, un vehículo o en todo caso enseñar.

La IA ofrece una capacidad sin precedentes para personalizar la educación. A través de algoritmos avanzados, puede adaptar el contenido y el ritmo de aprendizaje a las necesidades individuales de cada estudiante. Esto no solo promete mejorar el rendimiento académico, sino también fomentar una mayor motivación y compromiso. Imaginemos un aula donde cada alumno recibe una atención personalizada que se ajuste a su estilo de aprendizaje y ritmo de comprensión, literalmente una máquina de formación académica, esa es una visión atractiva que podría revolucionar la educación tal como la conocemos.

No obstante en este mundo y este México, hay pobres muy pobres, por lo que esta visión utópica tiene un lado completo, la desigualdad. La integración de la IA en la educación corre el riesgo de exacerbar las desigualdades existentes. Las escuelas con menos recursos podrían quedarse atrás, incapaces de implementar tecnologías avanzadas. Además, la dependencia excesiva en la tecnología podría deshumanizar la enseñanza, reduciendo la interacción entre estudiantes y profesores a meros intercambios digitales. La educación es, ante todo, un proceso humano, y la tecnología debe complementar, no reemplazar, esa dimensión fundamental.

De entrada, yo podría hasta romantizar la idea de un profesor sin prejuicios, pragmático, pero sí lo pensamos un poco son esos prejuicios los que le añaden cierta pasión a la enseñanza y son los que inspiran al estudiante a tomar una carrera u otra. La máquina haría muchas cosas bien, pero no sé sí inspiraría.

Otro aspecto crucial a considerar es la ética en el uso de la IA. Los algoritmos, por su naturaleza, pueden perpetuar sesgos existentes si no se diseñan y supervisan adecuadamente. Esto es particularmente preocupante en el contexto educativo, sobre todo con la lógica de que las empresas detrás de las IA y los algoritmos podrían sembrar ideas, y como lo comentamos, algoritmos cargados con las creencias de perpetuadas por el mundo de hoy podría resultar en una IA clasista o racista y eso es mucho más probable que pudiera ocurrir a la rebelión de las máquinas que vimos en Terminator y su Judgment Day. Seguimos la plática la próxima semana.