Estimamos leyentes de este Podcast escrito, que extraños tiempos para ser un votante, que extraños tiempos para ser votado. Vivimos en una época donde la política global parece más turbulenta y polarizada que nunca, que complejo ambiente de rechazo el que se vive en Venezuela, el que se vive en USA y el que se vive aquí mismo en nuestro México, todo ellos nos hace volver a una pregunta de siempre, ¿Por qué querer ser gobernante?, es tan difícil creer en la vocación y tan fácil considerar las conspiraciones guiadas por la ambición.
Los eventos recientes subrayan una realidad inquietante: ser un líder político legítimo en la actualidad es una tarea monumentalmente difícil. Las sociedades están fragmentadas, con las clases bajas a menudo apoyando movimientos populistas, mientras que las clases medias y altas claman por la protección de la democracia y el estado de derecho. Esta división no solo se refleja en las urnas, sino también en la vida cotidiana, donde las opiniones políticas se han vuelto un punto de tensión constante.
En este ambiente convulso, es válido preguntarse: ¿por qué alguien querría ser votado? ¿Qué motiva a una persona a querer ser gobernante en un marco tan complejo y desafiante? Para algunos, la política es una vocación, una llamada al servicio público que busca mejorar la vida de los ciudadanos y llevar justicia a las estructuras de poder. Sin embargo, en tiempos como estos, esa motivación puede verse empañada por las realidades del poder: la lucha constante por la legitimidad, el riesgo de la violencia, y la presión de mantener la cohesión social.
Los desafíos para un líder actual no solo radican en la gestión de políticas públicas, sino también en navegar un terreno lleno de desconfianza, polarización y, a menudo, violencia. La responsabilidad de guiar a una nación en tiempos de crisis es inmensa, y las decisiones que se tomen pueden tener consecuencias duraderas. Entonces, ¿por qué asumir este rol?
Para algunos, la respuesta puede estar en la oportunidad de marcar una diferencia significativa en momentos críticos. La posibilidad de liderar un cambio positivo y de ser una fuerza estabilizadora en tiempos de incertidumbre puede ser una motivación poderosa. Otros pueden sentirse impulsados por el deseo de proteger y fortalecer el poder por el poder, la institución que represente el mando.
Reflexionar sobre estas preguntas es esencial para los votantes. En un panorama político tan complejo y polarizado, es crucial considerar no solo las políticas y promesas de los candidatos, sino también sus motivos y principios. ¿Están realmente comprometidos con el servicio público, o buscan el poder por el poder mismo? ¿Tienen la capacidad de unir a una nación dividida, o son más propensos a profundizar las brechas?
Un día, probablemente, entendamos la profunda reflexión que requiere la elección de líderes en estos tiempos turbulentos, por lo pronto habremos de echarle actitud a los tiempos venideros y seamos proactivos, ya.