Se complica el quinto año de López Obrador, al entrar al último tercio de su mandato al Presidente se le agotaron las excusas y los pretextos. El culpar al fantasma neoliberal o a esa extrema derecha, el querer hacer creer que la inflación se debe a Walmart, Chedraui o Soriana es absurdo y el mandatario está fuera de lugar.
Los divididos mexicanos han dejado de creer en esas mañaneras que hoy día se han convertido en una metralla de justificaciones y acusaciones a quienes ni siquiera existen. Los fifís, los conservadores, los reaccionarios dejan de ser los malos.
El problema es real, la violencia, la ignorancia, la estupidez comienza a ganarle a los pretextos. El Presidente se ha convertido en un merolico, de esos que repiten y repiten pero ya no genera reacción alguna. Muchos, pero muchos mexicanos lo tachan de absurdo.
Sus discursos, sus señalamientos, sus acusaciones a quienes no le creen se han recrudecido, busca culpables de su inoperante actuar por debajo de las piedras, López Obrador está en su último tercio buscando mantener una popularidad de la cual se agarra con las uñas.
México está en problemas, la economía del país más deteriorada, la productividad en caída libre, los grandes capitales saliendo de forma alarmante, y las inversiones extranjeras detenidas esperando que se disipen los nubarrones de un gobierno inepto.
En efecto, la corrupción en su máximo esplendor, nunca como ahora se ha visto tanto despilfarro a caprichos presidenciales. Un Tren Maya que se convertirá en una enorme y larga tumba que marcará la historia del actual Presidente, un aeropuerto que quizá algún día tenga mayor movilidad, pero será opacado por la cancelación de un verdadero aeropuerto dejado al abandono por ese malestar presidencial.
Seguir regalando el dinero del trabajo de los mexicanos, también será un cuestionamiento más al Presidente, dar a adultos mayores o discapacitados es algo bueno, qué además no es nada nuevo se venía haciendo hace años, pero regalar dinero a jóvenes que se están acostumbrando a sólo estirar la mano no es lo correcto.
México, durante décadas, ha tenido problemas y muchos, pero siempre existieron dos rubros que los pasados gobiernos cuidaron mucho, me refiero a la salud y la educación, hoy han sido abandonados, lo bueno que existió en salud acabaron con ello y la educación pareciera que entre más ignorancia mayor tiempo de gobernar.
Así que la recta final de López Obrador no es sólo una crisis de su imagen pública, es un problema de todos los mexicanos, estamos lidiando con un política errónea, con un gobierno tramposo y mentiroso, y lo peor, con un presidente que se ve al espejo y se engaña, creyéndose sus mentiras.
México debe aguantar sólo dos años y lo que venga difícilmente será peor.
De ida
Después de la última balacera en Empalme surge la duda, ¿se debe de tener una capacitación a maestros y alumnos de qué hacer en caso de escuchar detonaciones?, esto lo digo porque cuando lo hizo un maestro como simulacro, le llovieron críticas y fue amonestado por la Secretaría de Educación y Cultura de Sonora. Días después en que el evento es real y las balas tronaban por fuera de una escuela de Empalme, una maestra de forma tranquila y serena, logra poner a salvo a su grupo.
Esa acción fue reconocida por toda una sociedad, de ahí la pregunta, es conveniente tener una capacitación y decirles qué hacer cuando escuchen las detonaciones. ¿Ustedes qué opinan?
De vuelta
La agencia Moody’s Analytics, empresa dedicada a la calificación e investigación del mundo financiero y económico habla de una inminente devaluación de nuestra moneda frente al dólar, una devaluación del 20% que pudiera darse al finalizar este año o en el siguiente, algo realmente delicado.
¿Cómo se llega a ese análisis?… Pues identificando el entorno económico del país y también conociendo lo que sucederá a nivel mundial con las monedas. Una devaluación del 20% tiene muchos años que no la vemos.
En caso de darse, lo que veremos es despidos de personal, cierre de empresas que hoy día tienen su deuda en dólares y una baja sensible en la calidad de vida de los mexicanos.
Aserrín
El alcalde de Cajeme, Javier Lamarque, se ha convertido en el peor presidente municipal de nuestro país, así lo ha llamado su propio pueblo, es impresionante cómo se ha regado ese calificativo a una persona que su apatía y falta de atención a los problemas lo está llevando a pasar a la historia… “El peor alcalde de México” nada fácil de lograr ese triste lugar verdad, sobre todo si recordamos que son 2 mil 446 los municipios existentes en todo lo largo y ancho del país.