/ lunes 14 de octubre de 2024

Horizontes Educativos / Atención al estudiante sordo en educación superior

Fabiola Osuna Rojas*

De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el estado de Sonora cuenta con más de 8,000 personas sordas. Esta comunidad ha enfrentado barreras para el aprendizaje y la participación, así como falta de oportunidades para el trabajo y el acceso a la educación superior. En este sentido, la Escuela Normal Estatal de Especialización (ENEE) atiende desde hace algunos años a alumnos con discapacidad auditiva. Esta discapacidad no es “el problema”, sino las barreras que emanan del entorno y el currículo, que dificultan una educación equitativa y de calidad. Las características de los alumnos sordos no deben ser un obstáculo para el acceso y permanencia en una institución de educación superior, más bien representan un área de oportunidad para que éstas adquieran estrategias diversificadas e innovadoras para atender la diversidad en los procesos de enseñanza aprendizaje.

La ENEE de Providencia, ubicada en Cajeme, Sonora, atiende a la diversidad desde hace algunos años brindando atención a estudiantes con distintas discapacidades, entre ellas la discapacidad auditiva. Para ello, se realizan ajustes razonables que permiten a los alumnos sordos el acceso a los aprendizajes, por ejemplo, la utilización de recursos visuales tecnológicos, el uso de su primera lengua (Lengua de Señas Mexicana [LSM]) y/o la ayuda de un intérprete, la construcción de andamiajes del contenido relevante de las unidades de aprendizaje para la comprensión de la información, la utilización de imágenes, el apoyo para ampliar el vocabulario educativo en LSM y en español, el empleo de instrucciones paso a paso y de forma clara, entre otros. Siguiendo los lineamientos normativos vigentes, se brinda la oportunidad a todas las personas que deseen cursar sus estudios en nivel superior.

Para lograr los objetivos académicos se deben dar las mismas oportunidades a todas y todos y es necesario enfocarse en eliminar o disminuir la desigualdad educativa y proporcionar atención a las personas con discapacidad auditiva. Esto significa un gran desafío al atender a esta población ya que se deben considerar las características, los estilos y ritmos de aprendizaje así como su lengua natural para el logro del máximo potencial educativo y de esta forma puedan construir sus conocimientos y saberes. Al detectar las barreras para el aprendizaje y la participación que enfrentan, los docentes realizan ajustes en la planificación en cada uno de los cursos.

La inclusión no es solamente tener al alumno dentro del aula sin hacer nada. Va más allá, como el respetar las diferencias que puede tener para la apropiación de aprendizajes. Las escuelas de nivel superior deben establecer rutas que permitan al alumno sordo la oportunidad de desarrollarse emocional, social y académicamente, por ello la importancia de implementar estrategias diversificadas para alcanzar los rasgos del perfil de egreso de la Licenciatura en Inclusión Educativa y de Educación Especial. La educación es un medio para adquirir y ampliar conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, lo que lleva a una transformación del individuo y el mejoramiento de la sociedad, por lo cual es relevante dar la oportunidad a todos los estudiantes que deseen realizar estudios profesionales, atendiendo así la inclusión educativa.

Un desafío en todas las instituciones de nivel superior es dominar la Lengua de Señas Mexicana (LMS), por ser el puente de comunicación entre el mundo oyente y el sordo. En relación a la atención del alumno sordo, es esencial mantener un canal comunicativo para los procesos de enseñanza-aprendizaje en su primera lengua. Una de sus dificultades es que se encuentran inmersos en un contexto diferente al de ellos, en donde se dificulta la interacción y la comprensión de la información (en español) al ser minoría y en ocasiones no se cuenta con un intermediario de la LSM que pueda generar ese puente para la comunicación.

Otro desafío es la profesionalización docente en relación a los ajustes razonables. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) los “ajustes razonables son las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular, para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales”.

Una recomendación importante para realizar los ajustes razonables es la detección de las barreras para el aprendizaje y la participación que los alumnos pueden enfrentar, ya que así lo señala la educación inclusiva. Se sabe de antemano que esto es un gran reto para el docente, por lo que deben buscar las estrategias adecuadas que den respuesta al logro de las competencias que requieren los estudiantes para desempeñarse como docentes. Al encontrarse en formación tienen derecho de ser atendidos con maestros capacitados para brindar los conocimientos necesarios, de tal forma que al egresar ellos también sean agentes de enseñanza para los alumnos que atenderán, quienes tendrán los mismos derechos a una educación de calidad.

Las instituciones de nivel superior deben contar con un protocolo para la atención a la diversidad que permita al docente llevar a cabo una intervención justa y equitativa para el desarrollo de las competencias y habilidades necesarias que solicita el perfil de egreso del nivel superior. Este protocolo es relevante por tres razones: para dar seguimiento de forma oportuna, para que tengan éxito en la universidad y favorecer su inserción laboral.

*Doctora en Docencia por el Instituto del Desierto de Santa Ana (IDESA). Actualmente es profesora de la Escuela Normal Estatal de Especialización (ENEE). Correo electrónico: fabyosuna@hotmail.com