/ lunes 25 de noviembre de 2024

Horizontes Educativos / El diablo anda suelto: Los nuevos libros de texto

Por Alejandro Arrecillas Casas*

No es nada nuevo que en México la política educativa sea un tema que despierte tensiones y controversias. Sin embargo, actualmente vivimos un momento estelar en el marco de la 4T, ya que el debate se ha intensificado con la llegada de los libros de texto gratuitos y la implementación de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), construyendo un escenario de tensión bipolar marcado, de un lado, por posturas conservadoras, anacrónicas y religiosas que la han descalificado vehementemente y tildan a estos materiales de "adoctrinadores" y "pro-comunistas" y, del otro, por la defensa de la nueva visión centrada en el Humanismo Mexicano, que implica la tutela de la dignidad humana, el pensamiento crítico, la complejidad de la realidad, la revolución de las conciencias, la inclusión y la interculturalidad.

Para algunos sectores reaccionarios, los nuevos libros de texto y la NEM representan una amenaza a sus valores y creencias arraigadas. Desde posiciones conservadoras y religiosas, se argumenta que estos libros promueven una visión del mundo contraria a algunos principios morales y religiosos. Se señala, por ejemplo, la supuesta promoción de la “ideología de género” y la falta de enfoque en valores tradicionales/morales, así como la aceptación de otros tipos de familia que no sea la nuclear. Las y los detractores de los libros de texto han ido más allá, argumentando que estos materiales promueven una ideología de izquierda, atentan contra la moral y las tradiciones mexicanas, y buscan adoctrinar a los niños con una visión sesgada de la historia y la realidad. Algunos incluso han llegado a afirmar que los libros contienen mensajes satánicos y que su uso representa un peligro para la salud mental de los niños.

Sin embargo, es importante señalar las bondades que ofrecen estos nuevos materiales educativos. Los libros de texto de la NEM están diseñados para promover una educación más inclusiva, equitativa y actualizada. Incorporan enfoques pedagógicos modernos, contenidos más pertinentes a la realidad nacional y mundial, así como estrategias para fomentar el pensamiento crítico y la creatividad en los estudiantes, apostando al aprendizaje del sujeto, al reconocimiento de la diversidad y colocando en el centro a la comunidad.

Los intereses económicos, no escapan a esta disputa ideológica y política. Los medios masivos han contribuido a la desinformación y manipulación del debate. Varias cadenas de televisión han presentado una narrativa sesgada y alarmista sobre los nuevos libros de texto, alimentando el miedo y la desconfianza en la población, porque son “comunistas”, “ateos” y promueven conductas “inmorales”. Lo cierto es que el motivo central de su indignación es su participación en las editoriales que generaban ingresos millonarios por imprimirlos, de acuerdo con una investigación de Canal 14 reportada en diversos medios periodísticos.

La situación ha llegado al extremo de que en algunas entidades del país —como Chihuahua y Coahuila—, se han registrado casos de quema y prohibición oficial desde el gobierno, de distribuir los libros de texto de la NEM, escondiéndolos como productos nocivos. Esta acción no solo representa un retroceso en materia educativa, sino también un atentado contra el desarrollo integral de las y los educandos y de la libertad de pensamiento y expresión.

Recientemente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en la que cuestiona el daño y la vulneración de derechos humanos que se ha hecho a las y los alumnos en dichas entidades. Esta recomendación pone en evidencia la gravedad del problema y la necesidad de garantizar el derecho a una educación crítica, plural, libre de censura y discriminación.

En el caso de Sonora, el gobierno del estado distribuyó los libros en todas las escuelas de la entidad, pero algunos centros religiosos hicieron un fuerte llamado a las madres y padres de familia a rechazar el uso de los libros, lo cual hizo eco solo un pequeño sector del magisterio, pero no tuvo el efecto deseado. Tal vez, las y los docentes que no están de acuerdo con algunos contenidos y visiones, los utilicen, pero al llegar a los temas sobre sexualidad, perspectiva de género, diversidad sexual, tipos de familia, etcétera, simplemente pasarán las hojas para evitarlos o invisibilizarlos.

El debate en torno a los nuevos libros de texto y la Nueva Escuela Mexicana refleja las tensiones entre visiones del mundo divergentes en nuestra sociedad. Es fundamental promover un diálogo constructivo y respetuoso, basado en evidencia y en el interés superior de los niños, niñas y adolescentes y el desarrollo integral de las nuevas generaciones.

Y sí, el diablo anda suelto desde hace siglos atacando la herramienta más poderosa para la transformación social de un país: la formación de ciudadanas y ciudadanos libres y críticos.

*Docente-Investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Subsede San Luis Río Colorado. Coordinador de Posgrado e Investigación. Miembro del SNI y del PRODEP. Correo electrónico: upns.aarrecillas@creson.edu.mx


Por Alejandro Arrecillas Casas*

No es nada nuevo que en México la política educativa sea un tema que despierte tensiones y controversias. Sin embargo, actualmente vivimos un momento estelar en el marco de la 4T, ya que el debate se ha intensificado con la llegada de los libros de texto gratuitos y la implementación de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), construyendo un escenario de tensión bipolar marcado, de un lado, por posturas conservadoras, anacrónicas y religiosas que la han descalificado vehementemente y tildan a estos materiales de "adoctrinadores" y "pro-comunistas" y, del otro, por la defensa de la nueva visión centrada en el Humanismo Mexicano, que implica la tutela de la dignidad humana, el pensamiento crítico, la complejidad de la realidad, la revolución de las conciencias, la inclusión y la interculturalidad.

Para algunos sectores reaccionarios, los nuevos libros de texto y la NEM representan una amenaza a sus valores y creencias arraigadas. Desde posiciones conservadoras y religiosas, se argumenta que estos libros promueven una visión del mundo contraria a algunos principios morales y religiosos. Se señala, por ejemplo, la supuesta promoción de la “ideología de género” y la falta de enfoque en valores tradicionales/morales, así como la aceptación de otros tipos de familia que no sea la nuclear. Las y los detractores de los libros de texto han ido más allá, argumentando que estos materiales promueven una ideología de izquierda, atentan contra la moral y las tradiciones mexicanas, y buscan adoctrinar a los niños con una visión sesgada de la historia y la realidad. Algunos incluso han llegado a afirmar que los libros contienen mensajes satánicos y que su uso representa un peligro para la salud mental de los niños.

Sin embargo, es importante señalar las bondades que ofrecen estos nuevos materiales educativos. Los libros de texto de la NEM están diseñados para promover una educación más inclusiva, equitativa y actualizada. Incorporan enfoques pedagógicos modernos, contenidos más pertinentes a la realidad nacional y mundial, así como estrategias para fomentar el pensamiento crítico y la creatividad en los estudiantes, apostando al aprendizaje del sujeto, al reconocimiento de la diversidad y colocando en el centro a la comunidad.

Los intereses económicos, no escapan a esta disputa ideológica y política. Los medios masivos han contribuido a la desinformación y manipulación del debate. Varias cadenas de televisión han presentado una narrativa sesgada y alarmista sobre los nuevos libros de texto, alimentando el miedo y la desconfianza en la población, porque son “comunistas”, “ateos” y promueven conductas “inmorales”. Lo cierto es que el motivo central de su indignación es su participación en las editoriales que generaban ingresos millonarios por imprimirlos, de acuerdo con una investigación de Canal 14 reportada en diversos medios periodísticos.

La situación ha llegado al extremo de que en algunas entidades del país —como Chihuahua y Coahuila—, se han registrado casos de quema y prohibición oficial desde el gobierno, de distribuir los libros de texto de la NEM, escondiéndolos como productos nocivos. Esta acción no solo representa un retroceso en materia educativa, sino también un atentado contra el desarrollo integral de las y los educandos y de la libertad de pensamiento y expresión.

Recientemente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en la que cuestiona el daño y la vulneración de derechos humanos que se ha hecho a las y los alumnos en dichas entidades. Esta recomendación pone en evidencia la gravedad del problema y la necesidad de garantizar el derecho a una educación crítica, plural, libre de censura y discriminación.

En el caso de Sonora, el gobierno del estado distribuyó los libros en todas las escuelas de la entidad, pero algunos centros religiosos hicieron un fuerte llamado a las madres y padres de familia a rechazar el uso de los libros, lo cual hizo eco solo un pequeño sector del magisterio, pero no tuvo el efecto deseado. Tal vez, las y los docentes que no están de acuerdo con algunos contenidos y visiones, los utilicen, pero al llegar a los temas sobre sexualidad, perspectiva de género, diversidad sexual, tipos de familia, etcétera, simplemente pasarán las hojas para evitarlos o invisibilizarlos.

El debate en torno a los nuevos libros de texto y la Nueva Escuela Mexicana refleja las tensiones entre visiones del mundo divergentes en nuestra sociedad. Es fundamental promover un diálogo constructivo y respetuoso, basado en evidencia y en el interés superior de los niños, niñas y adolescentes y el desarrollo integral de las nuevas generaciones.

Y sí, el diablo anda suelto desde hace siglos atacando la herramienta más poderosa para la transformación social de un país: la formación de ciudadanas y ciudadanos libres y críticos.

*Docente-Investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Subsede San Luis Río Colorado. Coordinador de Posgrado e Investigación. Miembro del SNI y del PRODEP. Correo electrónico: upns.aarrecillas@creson.edu.mx