/ viernes 30 de abril de 2021

La crítica | El Sonido del metal

Una cinta que nos hace sentir la angustia de un baterista de heavy-metal que pierde la audición.

El Sonido del metal, la ópera prima de Darius Marder que anteriormente había realizado un documental, cuenta con las actuaciones de Riz Ahmed (Primicia mortal y Rogue One) que con su interpretación nos demuestra que puede con el peso de un papel protagónico tan exigente como el de Ruben, un baterista de Blackgammon, personaje principal de esta historia escrita por el mismo director y Abraham Marder, Ruben hace dúo con de heavy metal junto a su novia Lou (Olivia Cooke). La trama nos presenta la vida musical de los protagonistas hasta que Ruben empieza a perder la audición, por lo que se interna en una comunidad para gente que debe lidiar con la pérdida de la audición, durante el avance de la película vemos las distintas facetas que vive Ruben, iniciando con los conflictos de la negación de su problema de salud.

La película, que podemos ver por Amazon Prime Video, nos va presentando todo el proceso del duelo que siente el protagonista por la pérdida, y son esos momentos que como espectador vamos teniendo empatía con Ruben, ya que vamos viviendo todo el sufrimiento y coraje por la pérdida de la audición, después de dedicar toda su vida a la música al final sólo tiene movimientos y algunas intenciones de sonidos. Ahí radica la importancia de la edición del sonido y la representación del silencio en la edición de la película, por eso mismo obtuvo el premio Óscar a mejor sonido y mejor edición, cabe mencionar que 3 mexicanos fueron parte de la grabación del sonido de la cinta. Además El Sonido del Metal estuvo nominada en total a 6 premios Óscar, destacando la nominación a Mejor Actor para Riz Ahmed, creo que que lo vemos en la cinta es una excelente interpretación, algo que no habíamos visto del actor en anteriores trabajos.

El viaje que hace el protagonista para poder enfrentar su problema de salud comienza con una rabia contenida y frustración que van desapareciendo poco a poco, y al mismo tiempo comienza la aceptación al sentirse útil dentro de la comunidad a la que se adentra, pero siempre con la fiel esperanza de que su sordera será pasajera.

En El Sonido del Metal, Darius Marder busca adentrarnos en la mente de su protagonista y hacernos sentir lo que él siente en cada momento, y lo hace de una manera muy inteligente con la aplicación del sonido y los silencios, en todo momento vemos en la edición los cambios de sonidos, dependiendo quién está escuchando, va cambiando el punto de vista a través del sonido, de esa manera logramos entender mejor todas las sensaciones del protagonista, de cómo va viviendo su experiencia con el sonido, tenemos una excelente referencia de lo que vive y escucha cada personaje, y así logramos más empatía con los personajes y conectamos con su día a día.

Al final tenemos una excelente película, que trata no solamente de un músico, sino de cómo debemos enfrentarnos a nuestra realidad sin perdernos en el intento, una historia que nos obliga a observar a nuestro alrededor y entender, empatizar y apoyar a una comunidad que vive con nosotros. Lo mejor es la edición y por supuesto el sonido que se convierte en un protagonista más de la historia. Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.