/ sábado 22 de junio de 2024

Remembranzas | ¿Cuándo me volví invisible?

Hace aproximadamente 14 años toqué el tema de la población adulta y ahora parece que se ha vuelto a poner de moda. La primera pregunta obligada es: ¿Cuántos adultos mayores hay en México? Se hacen censos y se hablan de más de 10 millones de adultos mayores y que esa cifra tiende a crecer conforme la vida del adulto mayor se prolonga de acuerdo a los tratamientos médicos avanzados..

Hace poco leí que un anciano se quejaba de que ya no se acordaba ni de la fecha en que vivía, “ya no hay nada que me lo recuerde…decía, los calendarios grandes y bonitos ya desaparecieron igual que todas las cosas antiguas y hasta yo me he ido borrando sin que nadie se diera cuenta. Estoy convencido que soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, sus niños corren a mi alrededor de uno a otro lado sin tropezarse conmigo, ni me escuchan, ni me hablan, ni me ven, para todos ellos es como si yo, ya no existiera más”

Qué bueno que haya autoridades que se preocupen de ese problema, que entiendan que los que ya estamos en la curva de bajada, hace algunos años íbamos de subida recorriendo el camino que tarde o temprano también ellos tendrán que recorrer sin ninguna duda.

Parece que al fin nuestros legisladores empiezan a comprender que amar, cuidar y respetar a los ancianos es un acto de justicia… de ninguna manera hay que hacerlos que se sientan invisibles que ya no cuentan para nada.

En lo personal, he caminado mucho para llegar a donde estoy, he gozado y sufrido, “he hecho camino al andar” y no me gustaría que pisotearan mis veredas, me sentiría satisfecho si les sirvieran a otros para hacerles más liviana la jornada y más ligero su andar.

Ojalá y hubiera más disputados y senadores que apoyaran esa iniciativa y que le agregaran la suspensión de causante en Hacienda al llegar a los 65 años para suprimir definitivamente las obligaciones fiscales y darles más facilidades para que no dejen su vida productiva. Y a mis 84 años de vida, sigo y seguiré insistiendo en ese punto porque “soñar no cuesta nada” y ruego porque el foco de la sapiencia se les prenda a nuestras autoridades y que no se les apague nunca. ¡Qué así sea!

Si por tener esa… ¡idea!

muchos piensan que estoy loco,

me sentiré satisfecho

si nuestras autoridades…

¡Con la fuerza del Derecho!

puedan prender ese “foco”


Correo electrónico: ayaxalba@hotmail.com

Hace aproximadamente 14 años toqué el tema de la población adulta y ahora parece que se ha vuelto a poner de moda. La primera pregunta obligada es: ¿Cuántos adultos mayores hay en México? Se hacen censos y se hablan de más de 10 millones de adultos mayores y que esa cifra tiende a crecer conforme la vida del adulto mayor se prolonga de acuerdo a los tratamientos médicos avanzados..

Hace poco leí que un anciano se quejaba de que ya no se acordaba ni de la fecha en que vivía, “ya no hay nada que me lo recuerde…decía, los calendarios grandes y bonitos ya desaparecieron igual que todas las cosas antiguas y hasta yo me he ido borrando sin que nadie se diera cuenta. Estoy convencido que soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, sus niños corren a mi alrededor de uno a otro lado sin tropezarse conmigo, ni me escuchan, ni me hablan, ni me ven, para todos ellos es como si yo, ya no existiera más”

Qué bueno que haya autoridades que se preocupen de ese problema, que entiendan que los que ya estamos en la curva de bajada, hace algunos años íbamos de subida recorriendo el camino que tarde o temprano también ellos tendrán que recorrer sin ninguna duda.

Parece que al fin nuestros legisladores empiezan a comprender que amar, cuidar y respetar a los ancianos es un acto de justicia… de ninguna manera hay que hacerlos que se sientan invisibles que ya no cuentan para nada.

En lo personal, he caminado mucho para llegar a donde estoy, he gozado y sufrido, “he hecho camino al andar” y no me gustaría que pisotearan mis veredas, me sentiría satisfecho si les sirvieran a otros para hacerles más liviana la jornada y más ligero su andar.

Ojalá y hubiera más disputados y senadores que apoyaran esa iniciativa y que le agregaran la suspensión de causante en Hacienda al llegar a los 65 años para suprimir definitivamente las obligaciones fiscales y darles más facilidades para que no dejen su vida productiva. Y a mis 84 años de vida, sigo y seguiré insistiendo en ese punto porque “soñar no cuesta nada” y ruego porque el foco de la sapiencia se les prenda a nuestras autoridades y que no se les apague nunca. ¡Qué así sea!

Si por tener esa… ¡idea!

muchos piensan que estoy loco,

me sentiré satisfecho

si nuestras autoridades…

¡Con la fuerza del Derecho!

puedan prender ese “foco”


Correo electrónico: ayaxalba@hotmail.com