Es evidente que la medicina actual tiene progresos indiscutibles: se han erradicado algunas enfermedades, se ha logrado establecer el tratamiento de otras que antes se consideraban incurables, se ha podido mantener la salud y controlar padecimientos crónicos, así como mejorar la calidad de vida de cientos de seres humanos. Todo va evolucionando, y sigue su curso, no vemos la vida de la misma manera que hace 20 o 50 años.
Los recursos tecnológicos modernos para el diagnóstico y tratamiento son muchos más que los que el médico tenía hace 50 años. El resultado es que ha aumentado el promedio de vida, que en nuestro país hace 100 años estaba en alrededor de la cuarta década de la vida, y hoy se encuentra alrededor de la séptima década.
La esperanza de vida al nacer también ha aumentado en forma considerable. Estos logros se deben a diversos factores: un mejor conocimiento de la historia natural de las enfermedades, la aplicación de grandes adelantos científicos en ciencias básicas como la bioquímica, la biología molecular, la farmacología y la genética.
Ha habido increíbles progresos en la tecnología médica para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, y aunque limitados aún, se ha avanzado respecto a los recursos de medicina preventiva y de educación para la salud.
En las regiones donde existen buenas condiciones socioeconómicas, es evidente que éstas son, sin duda, un factor en la mejoría de la salud de sus habitantes, pero aún si consideramos que en nuestro país hay grandes áreas donde aún es lacerante la pobreza, los adelantos de la medicina actual han mejorado los índices de morbilidad y mortalidad en estos lugares.
Es evidente que el resultado de los cambios en la medicina de las últimas décadas es muy positivo. ¿Qué sucede con los médicos? Existen buenas proyecciones a futuro para la salud, se habla incluso del programa casa por casa para los adultos mayores y su atención médica integral, también se habla de contratación de médicos para las zonas más apartadas de la urbanización, y también servicio médico regular 24/7, es decir los días inhábiles ya no tendrán en función solo el servicio de urgencias sino todos los servicios.
Suena bien, pero ¿es posible? ¿Qué dicen los médicos? Pues resulta que la situación y modus de vida del médico también va evolucionando, y cambiando constantemente. ¿Para bien? Definitivamente sí, creo yo.
Recientemente un artículo de The Wall Street journal sobre la mentalidad y ética laboral de los jóvenes médicos desató la discusión en el ambiente tuitero (sí, yo también le digo twitter y no “X”) El artículo menciona cómo difiere la mentalidad entre un médico mayor y un médico joven.
Mientras el médico mayor prioriza su trabajo siendo todos unos workaholics, el médico joven prioriza su salud mental; y está bien. Hoy la salud mental es tan importante como el bienestar físico, la conducta y el ambiente de los jóvenes hoy en día los llevan a desarrollar trastornos depresivos, síndromes de burn out, adicciones incluso intentos de suicidio.
Las cargas laborales ya no son vistas tan “saludables” para ellos, hoy ven poco viable laborar largas jornadas de trabajo, mientras que el médico mayor, lo toma como algo normal, 24, 36 horas de trabajo sería algo casual para las generaciones anteriores y claro, recompensado por un sueldo mayor.
Cuando hablan del tema de salud en nuestro país se menciona el tema de los salarios, las prestaciones laborales y la seguridad para el personal destinado en zonas de alta violencia.
De los contratos laborales que no sean temporales, sino permanentes o del personal de salud que no está basificado y que lleva años trabajando por honorarios. ¿Por qué se sigue mencionando eso después de tantos años? Porque la mayoría de los médicos no lo tiene.
No se puede lograr un equilibrio entre la vida personal y la vida laboral si para pagar renta, alimentación y servicios básicos, tienen que trabajar en dos trabajos o 12 horas (y a veces más) sin prestaciones.
Es difícil lograr un equilibrio y un balance cuando se normaliza la carga laboral excesiva y subsanando las deficiencias del sistema de salud para “alcanzar metas de productividad” o hacer procedimientos “con lo que hay” o recetar “lo que hay” o alargar jornadas laborales, precisamente…como se hacía antes.
Dr. César Álvarez Pacheco
cesar_ap@hotmail.com
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora