La difusión de la historia se lleva a cabo desde varias vertientes y un de ellas es el cine. Probablemente todos hemos sido testigos en uno u otro momento de películas en las cuales se recrea algún acontecimiento histórico, o alguna historia que se desarrolla en un contexto histórico determinado. Hay múltiples ejemplos al respecto, que van desde las primeras décadas del siglo XX hasta la actualidad.
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En los filmes de época podemos ver desde la vida de un determinado personaje histórico como en las películas “Enrique V”, “La reina Virgen”, “Corazón valiente”, “María Antonieta”, “Yo la peor de todas”, “El último rey de Escocia” entre otras; también existen filmes que recrean determinados procesos históricos como “1492”, “La misión”, “La otra conquista”, “El cruzado” por mencionar algunas.
A pesar del gran número de películas que existen con temáticas históricas, no pocas veces sucede que la información histórica que se proporciona está tergiversada, o en el peor de los casos es totalmente errónea.
No es criticable que los guionistas hagan uso de licencias literarias para hacer más interesante la trama, ya que es imposible reproducir con exactitud el diálogo entre los personajes históricos puesto que no existen registros de los mismos, o en el caso de que hayan perdurado son fragmentarios y generalmente se limitan a frases, o recuento hechos por personas que escucharon el contenido de las conversaciones de segunda o tercera mano. Lo que sí considero inadecuado es poner en boca de los personajes diálogos acerca de eventos que no han sucedido.
Otro aspecto difícil de recrear en las películas históricas son los escenarios, ¿cómo recrear una batalla que implicó a miles de soldados? ¿Cómo construir un escenario realista de la toma de la Bastilla? En la actualidad muchas de estas cuestiones se resuelven con la tecnología de la animación, cada vez más sofisticada, y muy a menudo los actores actúan frente a una pantalla verde, en cuyo lugar los encargados de efectos especiales construirán los escenarios en los que debe desarrollarse la historia.
Sin embargo un animación por muy bien hecha que esté no puede sustituir los escenarios naturales, de modo que los cineastas se ven en la necesidad de seguir con la tradicional búsqueda de escenarios naturales acordes para sus películas, de modo, por ejemplo, que escenas de la película “Corazón valiente” se hayan filmado en Irlanda, aunque la historia que desarrolla la película ocurrió en Escocia.
