/ martes 10 de agosto de 2021

Tiempos y realidades | Olimpiadas atípicas

En las últimas dos semanas se realizaron los Juegos Olímpicos en Tokio con varias singularidades, la más visible fue que se consideraron los juegos de 2020 aunque se celebraron en 2021, ¿por qué? La pandemia que, alcanzó su punto culminante en 2020, impidió que se celebraran tal y como se tenían planeados. La persistencia de la pandemia, aunque en menor grado, impidió que se admitiera público en los vastos complejos construidos para albergar miles de asistentes. La falta de personas que ovacionaron trató de paliarse al incluir la participación de un DJ que ambientara, con música de fondo, los intermedios y/o momentos de descanso en los deportes de equipo o individuales.

Sin embargo, lo que me interesa destacar es la presencia de las mujeres. A diferencia de otras Olimpiadas, en esta la participación femenina se destacó no sólo por su intervención en los deportes sino por su papel como jueces, entrenadoras, comentaristas. Si bien es cierto que la presencia femenina se ha incrementado, todavía estamos lejos de la paridad de género algo que será difícil de lograr dado que la diferenciación de deportes entre género masculino y femenino continúa, a pesar de que las mujeres han demostrado destreza en las artes marciales, boxeo, levantamiento de pesas, baloncesto, futbol entre otros.

Lo que no ha cambiado de los Juegos Olímpicos son los comentarios sexistas de los locutores que transmiten el evento. La presencia de las mujeres en las Olimpiadas deben comentarse por su desarrollo en las mismas, no por su figura, cabello, vestimenta. En días pasados escuché comentarios tales como “a esta chica me la llevo al antro”, “esta mujer se lleva la medalla al mejor cabello”, “la sonrisa de esta competidora vale más que su desempeño”, “esta mujer nos ganó con su sonrisa y su belleza” entre los desafortunados comentarios que emitieron los locutores.

Es realmente molesto escuchar a estas alturas que los locutores sigan destacando los atributos físicos de una mujer por encima de sus capacidades físicas e intelectuales. Estos locutores deberían aprender de sus colegas femeninas que evitaron, al menos en los eventos que pude presenciar, comentarios sexistas y se concentraron en destacar los méritos deportivos de los participantes masculinos en los eventos que les tocó transmitir o comentar.

Espero que en las próximas Olimpiadas la presencia femenina siga en aumento y la actitud machista de los locutores vaya en decremento.


En las últimas dos semanas se realizaron los Juegos Olímpicos en Tokio con varias singularidades, la más visible fue que se consideraron los juegos de 2020 aunque se celebraron en 2021, ¿por qué? La pandemia que, alcanzó su punto culminante en 2020, impidió que se celebraran tal y como se tenían planeados. La persistencia de la pandemia, aunque en menor grado, impidió que se admitiera público en los vastos complejos construidos para albergar miles de asistentes. La falta de personas que ovacionaron trató de paliarse al incluir la participación de un DJ que ambientara, con música de fondo, los intermedios y/o momentos de descanso en los deportes de equipo o individuales.

Sin embargo, lo que me interesa destacar es la presencia de las mujeres. A diferencia de otras Olimpiadas, en esta la participación femenina se destacó no sólo por su intervención en los deportes sino por su papel como jueces, entrenadoras, comentaristas. Si bien es cierto que la presencia femenina se ha incrementado, todavía estamos lejos de la paridad de género algo que será difícil de lograr dado que la diferenciación de deportes entre género masculino y femenino continúa, a pesar de que las mujeres han demostrado destreza en las artes marciales, boxeo, levantamiento de pesas, baloncesto, futbol entre otros.

Lo que no ha cambiado de los Juegos Olímpicos son los comentarios sexistas de los locutores que transmiten el evento. La presencia de las mujeres en las Olimpiadas deben comentarse por su desarrollo en las mismas, no por su figura, cabello, vestimenta. En días pasados escuché comentarios tales como “a esta chica me la llevo al antro”, “esta mujer se lleva la medalla al mejor cabello”, “la sonrisa de esta competidora vale más que su desempeño”, “esta mujer nos ganó con su sonrisa y su belleza” entre los desafortunados comentarios que emitieron los locutores.

Es realmente molesto escuchar a estas alturas que los locutores sigan destacando los atributos físicos de una mujer por encima de sus capacidades físicas e intelectuales. Estos locutores deberían aprender de sus colegas femeninas que evitaron, al menos en los eventos que pude presenciar, comentarios sexistas y se concentraron en destacar los méritos deportivos de los participantes masculinos en los eventos que les tocó transmitir o comentar.

Espero que en las próximas Olimpiadas la presencia femenina siga en aumento y la actitud machista de los locutores vaya en decremento.