En los últimos meses es común que escuchar en todas partes alusiones a una nueva normalidad, misma que todas y todos estamos esperando, aunque a ciencia cierta no sepamos a qué se refiere exactamente esta nueva forma de volver a la normalidad, porque ya de suyo la expresión tiene algo de contradictoria, ¿cómo vamos a volver a algo nuevo que es normal? Tal vez la elección de esta frase se haya hecho con la intención de eliminar los temores o resquemores que pudiéramos tener si solamente se nos estuviera recordando que volveremos a un nuevo mundo, una nueva rutina, lo cual después todo es lo que va a suceder.
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Una pandemia como la generada por el Covid-19 que ha obligado a la población mundial a encerrarse en sus casas por meses sin que tengamos que enfrentar varias consecuencias.
En primer lugar, tendremos que estar, al menos en el mediano plazo, pendientes de los semáforos de prevención que nos indicarán qué nivel de prevención debemos tomar; las escuelas deberán implementar una serie de cambios que aseguren tanto la calidad como la seguridad de las y los estudiantes cuando vuelvan a sus clases presenciales. En el caso de que el regreso a las clases en aula tarden aún meses en reactivarse, entonces se deberá buscar la manera en que las y los alumnos puedan estudiar vía remota en todos los niveles y todas partes de la República.
En nuestra cotidianidad los efectos serán muy perceptibles sobre todo en nuestra presencia en lugares públicas donde una mayor cantidad de personas es lo deseable, por ejemplo, en los cines, teatros, arenas deportivas, restaurantes, bares, cafeterías. Otros lugares como las plazuelas e iglesias, los parques de diversión, los auditorios también deberán adaptarse, por lo menos en el mediano plazo, para recibir la cantidad adecuada de personas a las cuales pueda garantizárseles seguridad en relación a la infección por Covid-19.
Vale también preguntarse si con la nueva normalidad se acabará la escasez de artículos como desinfectantes en todas sus modalidades, medicamentos especializados e incluso artículos que dábamos por hecho que había en todas las casas como el alcohol para esterilizar heridas leves. La nueva normalidad, pues, no será tan normal como pareciera decirnos la frase, pero de que será nueva no hay duda.