Mucha información nos acosa diariamente y veo como la mayor parte de las personas se dejan llevar por las narrativas de quienes dominan la mayoría de los medios de comunicación, que acusan de desinformadores a cualquier otro medio o persona que transmita información diferente o contraria al discurso que ellos propagan. (Propaganda: Difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter político, religioso, comercial, etc., con la intención de que alguien actúe de una determinada manera, piense según unas ideas o adquiera un determinado producto.)
La 1er guerra mundial de la información arranca en 2019 al prepararse el terreno para la pandemia en 2020, de hecho, siempre nos han atacado en nuestras mentes con la manipulación, pero antes de 2019 no era tan fuerte la oposición del minoritario porcentaje de la población que no iba de acuerdo a las narrativas de los gobiernos e instituciones oficiales. Fue hasta 2020 cuando explotan las redes sociales con las teorías de conspiración, que es como los mencionados gobiernos, instituciones oficiales y sus medios llamaron a cualquier mensaje que vaya en contra de su actuar, sus comunicados o historia.
Durante ese año, también es cuando la oficialidad que gobierna acuña el término “negacionistas” término que algunas “amistades” me acomodaron y que orgullosamente acepté agradecido. El tamaño de lo que sucedió ese año, aunque mundial, la mayor parte de la humanidad solo captó el miedo que la narrativa oficial propagaba sincrónicamente en todo el planeta, en realidad muy pocos fuimos conscientes del ataque al que la humanidad fue sometida, pero al mismo tiempo, ese evento mundial ayudó a espabilar a millones de personas que no estaban seguras de que las mal llamadas teorías de conspiración eran reales o no.
En ese año, esas personas que mantenían secretas dudas de la realidad que vivíamos desde tiempos inmemoriales, recibieron de parte de la oficialidad el empujoncito que necesitaban para confirmar las dudas que albergaban calladamente para evitar la broma o el escarnio de parte de familiares, amigos o conocidos y empezaron a atar muchos cabos en otros temas.
Junto a este despabilamiento sobre las verdaderas intenciones de quienes gobiernan este plano, entramos también en un entendimiento de lo espiritual y su conexión con la realidad material, junto con la comprensión de la verdadera naturaleza de esos seres que gobiernan nuestro mundo y que ahora muchos empiezan a darse cuenta de que dicha naturaleza, humana, no es.
A finales de 2022, estos seres que comúnmente conocemos como “la élite”, se dieron cuenta que su estrategia no había logrado ni el 30% (Estimación personal, puedo estar errado, pero no por mucho) de lo que ellos tenían planificado y en el WEF World Economic Forum, declararon que el enemigo a vencer, no eran realmente las pandemias o mejor dicho SUS pandemias, si no “la desinformación” propagada por maliciosos influencers en las redes sociales.
Si ya veníamos sufriendo la censura quienes nos dedicamos a comunicar nuestros pensares, opiniones o inquietudes en las benditas redes sociales, a partir de finales de ese 2022, se nos declara la guerra y aunque ya teníamos dos años en guerra informativa, se oficializa y recrudece al iniciar 2023 al declarar a quienes ejercemos nuestra libertad de expresarnos, como principal obstáculo para el desarrollo de sus planes macabros. Ganamos la primera batalla y estamos en pleno y desencarnado despliegue de la segunda batalla.
Por eso todas esas informaciones que vuelan de arriba abajo, para un lado y para otro, miles de dedos que se apuntan entre sí culpándose unos a otros, llenándote de confusión y por no poder dilucidar quienes son los buenos y quiénes los malos. Mientras en tu cabeza, todo lo que te enseñaron que era la realidad, choca brutalmente contra las contradicciones que brincan frente a tus ojos. Algunas veces te posicionas de un lado y en otras del otro, hasta llegar al punto en quedarte en medio volteando para todos lados, sin entender porque los de izquierda se comportan como fascistas de extrema derecha y los de derecha salen con ideas de un gobierno mundial centralizado queriendo implantar un sistema que nombran como su agenda y la llaman 20-30 que más parece un comunismo futurista.
Mientras por otro lado salen a la luz que la pederastia se intenta normalizar y los religiosos callan. Al mismo tiempo que brota lo de la isla de Epstein, donde artistas, monarcas, políticos de primer nivel, científicos, etc. se revelan sus locuras desviadas y después de suicidar al tal Jeffrey Epstein creen que se libran los Clinton, los Obama, la monarquía inglesa con su principito Andrés y muchas más de las revelaciones… Pero llega su íntimo amigo Puff Diddy y ¡PUFF! De nada sirvió ayudar a Epstein a dejar este mundo.
El dólar no resultó ser tan poderoso y el poderío gringo y europeo es arrastrado a la cloaca por el desenfreno del sionismo israelí, que muestra que quienes siempre dijeron ser víctimas, resultaron ser unos psicópatas verdugos mitómanos incapaces de entender que sus mentiras ya están expuestas y siguen con el clásico discurso de que “estamos siendo atacados por los enemigos de la democracia” mientras se ve de manera obvia sus fraudes electorales y promoción de golpes de estado donde su democracia no les dio el conveniente triunfo.
¿Te sientes confundido por todo esto que está pasando en el mundo? Tienes todo el derecho de estar confundido.
Yo a través de lo que he venido aprendiendo sobre espiritualidad, he venido entendiendo diferentes aspectos que me enseñan a conocerme interiormente. Uno de ellos y que ha sido para mí el más complicado, es el desapego. Aprender a desapegarme de los seres que amo y cosas logré conseguir con mucho esfuerzo pero que nunca podré llevarme…
Pero toda esta confusión que de momento reina en el mundo, me está enseñando otro desapego que debo de entender… El desapego a los conocimientos que acumulé desde que llegué a este plano, debo dejarlos ir y reaprender de nuevo. Por eso estamos confundidos. Creíamos saber, cuando en realidad somos ignorantes ilustrados.
Entonces, desde mi más profunda ignorancia, te escribo mis observaciones, no para informarte, sino para inquietarte y que te des cuenta de que hay que reaprender todo y no es el fin del mundo, sino literalmente, el inicio de uno nuevo y nosotros… Somos los cimientos. 1CP