/ lunes 3 de agosto de 2020

Visión económica | Lo que el Gobierno puede y debe hacer, Parte I

Sin anticipar la gravedad e intensidad de la sorpresiva crisis socioeconómica mundial, y que impacta duramente a nuestro país, causada por la grave pandemia de coronavirus y por el abrupto desplome de los precios internacionales del petróleo, la cual ahorita están considerando todos los analistas de los medios; ya desde antes teníamos esbozado el título que compartimos en esta ocasión.

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Lo habíamos pensado con el significativo tema de las estrategias y propuestas de política económica que sugeriríamos para este año 2020. Lo anterior considerando que ya transcurrieron 15 meses de la administración federal, y aún más ahora frente a una inesperada crisis como la actual, la mejor estrategia que puede instrumentar el Estado, esto es Gobierno y sociedad.

Pero hasta hoy el Estado, específicamente el Gobierno federal en este caso, no tiene margen de maniobra, por lo que debe intensificar de inmediato todas las acciones posibles para fortalecer los sectores de seguridad, salubridad y educación, en virtud de que constituyen los cimientos o pilares básicos del crecimiento productivo y bienestar o desarrollo socioeconómico.

Debido a la actual crisis económica que algunos equiparan con las peores que hemos padecido en aquellos años de 1976-1977,1982-83,1994-95, 2007-08, cuando la producción de todos los satisfactores que necesita la población cayó a tasas negativas del Producto Interno Bruto, PIB, mayores al menos del 5%, y ahora de nuevo ya se estima que el presente bienio 2019-2020, también será de recesión o nulo crecimiento del producto.

Además, la crisis económica se evidenció claramente esta semana, ya que similar a las monedas de los países emergentes, nuestro peso se devaluó respecto al dólar estadounidense, de un nivel de 18 pesos por dólar hasta superar las 22 unidades por cada billete verde.

En este negativo entorno internacional, los economistas del Gobierno hoy están recurriendo a la aplicación de las mismas recetas macroeconómicas utilizadas en crisis anteriores, tales como el aumento que se acaba de aplicar de las coberturas cambiarias de 20 mil millones de dólares hasta los 30 mil millones.

Lo anterior, con la ilusión de que el incremento en la oferta de dólares fortalezca al peso y la paridad cambiaria; aunque, como lo hemos atestiguado en las crisis anteriores, estos dólares sólo benefician a los ricos sectores bursátiles financieros que lo primero que hacen es fugarlos del país y enviarlos a sus matrices en el extranjero.

Respecto a los múltiples impactos muy negativos de la crisis económica, es conveniente esperar unas semanas más para analizar el comportamiento inicial de los principales indicadores macroeconómicos.

En este mes, hasta el momento sólo observamos el irracional caos y pánico de los paranoicos agentes económicos y sectores productivos, ante la sorpresiva emergencia sanitaria y energética, que genera incertidumbre desestimulándose la inversión.

Ahora de forma inmediata, lo que el Gobierno puede y debe hacer es redireccionar todos sus recursos escasos, hacia las más grandes e importantes prioridades nacionales de inversión, fundamentalmente en el Sector Salud para enfrentar al Covid-19. Continuará…

Sin anticipar la gravedad e intensidad de la sorpresiva crisis socioeconómica mundial, y que impacta duramente a nuestro país, causada por la grave pandemia de coronavirus y por el abrupto desplome de los precios internacionales del petróleo, la cual ahorita están considerando todos los analistas de los medios; ya desde antes teníamos esbozado el título que compartimos en esta ocasión.

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Lo habíamos pensado con el significativo tema de las estrategias y propuestas de política económica que sugeriríamos para este año 2020. Lo anterior considerando que ya transcurrieron 15 meses de la administración federal, y aún más ahora frente a una inesperada crisis como la actual, la mejor estrategia que puede instrumentar el Estado, esto es Gobierno y sociedad.

Pero hasta hoy el Estado, específicamente el Gobierno federal en este caso, no tiene margen de maniobra, por lo que debe intensificar de inmediato todas las acciones posibles para fortalecer los sectores de seguridad, salubridad y educación, en virtud de que constituyen los cimientos o pilares básicos del crecimiento productivo y bienestar o desarrollo socioeconómico.

Debido a la actual crisis económica que algunos equiparan con las peores que hemos padecido en aquellos años de 1976-1977,1982-83,1994-95, 2007-08, cuando la producción de todos los satisfactores que necesita la población cayó a tasas negativas del Producto Interno Bruto, PIB, mayores al menos del 5%, y ahora de nuevo ya se estima que el presente bienio 2019-2020, también será de recesión o nulo crecimiento del producto.

Además, la crisis económica se evidenció claramente esta semana, ya que similar a las monedas de los países emergentes, nuestro peso se devaluó respecto al dólar estadounidense, de un nivel de 18 pesos por dólar hasta superar las 22 unidades por cada billete verde.

En este negativo entorno internacional, los economistas del Gobierno hoy están recurriendo a la aplicación de las mismas recetas macroeconómicas utilizadas en crisis anteriores, tales como el aumento que se acaba de aplicar de las coberturas cambiarias de 20 mil millones de dólares hasta los 30 mil millones.

Lo anterior, con la ilusión de que el incremento en la oferta de dólares fortalezca al peso y la paridad cambiaria; aunque, como lo hemos atestiguado en las crisis anteriores, estos dólares sólo benefician a los ricos sectores bursátiles financieros que lo primero que hacen es fugarlos del país y enviarlos a sus matrices en el extranjero.

Respecto a los múltiples impactos muy negativos de la crisis económica, es conveniente esperar unas semanas más para analizar el comportamiento inicial de los principales indicadores macroeconómicos.

En este mes, hasta el momento sólo observamos el irracional caos y pánico de los paranoicos agentes económicos y sectores productivos, ante la sorpresiva emergencia sanitaria y energética, que genera incertidumbre desestimulándose la inversión.

Ahora de forma inmediata, lo que el Gobierno puede y debe hacer es redireccionar todos sus recursos escasos, hacia las más grandes e importantes prioridades nacionales de inversión, fundamentalmente en el Sector Salud para enfrentar al Covid-19. Continuará…