/ sábado 23 de septiembre de 2023

Voz de vuelta | Preguntas

1

Una compañía teatral construye una propuesta escénica en comunidad. Teje redes que unen a servidores públicos, artistas, comunicadores y gente del pueblo: el párroco, el director de la escuela, la alcaldesa, la trabajadora social y más. Las funciones arrancan, la comunidad observa, expresa su opinión, convive, vuelve a casa, pasa la voz. ¿Cómo se mide el impacto de lo realizado?, ¿cuáles son los indicadores para saber su efecto y las posibilidades por explorar?, ¿aplican aquí los indicadores tradicionales: cuántas personas, cuántas mujeres, cuántos hombres, edad? ¿Quiénes están registrando el antes, durante y después?, ¿el Gobierno, las empresas, los periodistas, los artistas involucrados que además de actuar o dirigir, realizan labores administrativas, de gestión y relaciones públicas? ¿Cómo podremos transformar algo si no analizamos todo el proceso?

2

Un colectivo pequeño de artistas organiza un ciclo de conciertos, se esmera en la organización, en los trámites para llevar invitados, en los diseños, la promoción en redes sociales y medios de comunicación. Sin embargo, la angustia por la venta de boletos es latente. Su costo es accesible, pero la respuesta es lenta, a veces solo hay silencio. ¿Ofrecen un mal producto? No, al contrario, hay calidad. ¿Hablamos de un auditorio con cientos de butacas? No, se trata de un centro cultural con cupo limitado, hermoso, cálido. ¿Las entrevistas en medios de comunicación y la difusión en redes sociales es garantía de taquillas agotadas? ¿Invertir en publicidad hará la diferencia? ¿es un problema aislado?

3

Comunicar a través del cine es su vocación. Mover conciencias, emocionar, contar historias. Los equipos y procesos para lograr una película son costosos, llevan su tiempo, se requiere dedicación, disciplina, constancia y un montón de experiencia, además de talento. A unos días de estrenar, una empresa de cine en esta ciudad sigue esperando el recurso ganado un par de años antes. Trabajan para lograr el reconocimiento en festivales y muestras para seguir haciendo cine y acceder a nuevos recursos que les permitan seguir haciendo lo que ama. ¿Cine? Sí, cine hecho en Sonora, tan valioso como el que apreciamos en las plataformas que pagamos cada mes.

4

La gestora cultural regresa conmovida y emocionada sobre lo que sucede en Medellín, Colombia, donde se han difuminado aquellas fronteras entre lo cultural, el arte, la comunidad, la empresa y su conexión con otros ámbitos de interés común como el medio ambiente, la diversidad, el urbanismo, entre otros. Ampliar la mirada te hace valorar lo que tienes, pero a veces, te enseña que por estos rumbos falta un montón por hacer y no necesariamente por falta de dinero. Cómo no celebrar la existencia de la colección editorial de una feria del libro que incentiva a personas de todas las edades a escribir una historia que se imprime por miles para ser leída en el metro; o la recreación de cuentos clásicos adaptados al entorno, no solo con la escritura, sino con el arte plástico. ¿Por qué seguimos armando solo eventos?, ¿cuándo vamos a aprovechar la creatividad que sí existe y las oportunidades que tenemos para transformar nuestro entorno?

El tiempo pasa, el ciclo de los relevos generacionales vuelve a cumplirse y cada quien busca la manera de resolver en lo inmediato para lograr que la desazón se desdibuje y le dé espacio a la esperanza de avanzar pese a todo.


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Una compañía teatral construye una propuesta escénica en comunidad. Teje redes que unen a servidores públicos, artistas, comunicadores y gente del pueblo: el párroco, el director de la escuela, la alcaldesa, la trabajadora social y más. Las funciones arrancan, la comunidad observa, expresa su opinión, convive, vuelve a casa, pasa la voz. ¿Cómo se mide el impacto de lo realizado?, ¿cuáles son los indicadores para saber su efecto y las posibilidades por explorar?, ¿aplican aquí los indicadores tradicionales: cuántas personas, cuántas mujeres, cuántos hombres, edad? ¿Quiénes están registrando el antes, durante y después?, ¿el Gobierno, las empresas, los periodistas, los artistas involucrados que además de actuar o dirigir, realizan labores administrativas, de gestión y relaciones públicas? ¿Cómo podremos transformar algo si no analizamos todo el proceso?

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Un colectivo pequeño de artistas organiza un ciclo de conciertos, se esmera en la organización, en los trámites para llevar invitados, en los diseños, la promoción en redes sociales y medios de comunicación. Sin embargo, la angustia por la venta de boletos es latente. Su costo es accesible, pero la respuesta es lenta, a veces solo hay silencio. ¿Ofrecen un mal producto? No, al contrario, hay calidad. ¿Hablamos de un auditorio con cientos de butacas? No, se trata de un centro cultural con cupo limitado, hermoso, cálido. ¿Las entrevistas en medios de comunicación y la difusión en redes sociales es garantía de taquillas agotadas? ¿Invertir en publicidad hará la diferencia? ¿es un problema aislado?

3

Comunicar a través del cine es su vocación. Mover conciencias, emocionar, contar historias. Los equipos y procesos para lograr una película son costosos, llevan su tiempo, se requiere dedicación, disciplina, constancia y un montón de experiencia, además de talento. A unos días de estrenar, una empresa de cine en esta ciudad sigue esperando el recurso ganado un par de años antes. Trabajan para lograr el reconocimiento en festivales y muestras para seguir haciendo cine y acceder a nuevos recursos que les permitan seguir haciendo lo que ama. ¿Cine? Sí, cine hecho en Sonora, tan valioso como el que apreciamos en las plataformas que pagamos cada mes.

4

La gestora cultural regresa conmovida y emocionada sobre lo que sucede en Medellín, Colombia, donde se han difuminado aquellas fronteras entre lo cultural, el arte, la comunidad, la empresa y su conexión con otros ámbitos de interés común como el medio ambiente, la diversidad, el urbanismo, entre otros. Ampliar la mirada te hace valorar lo que tienes, pero a veces, te enseña que por estos rumbos falta un montón por hacer y no necesariamente por falta de dinero. Cómo no celebrar la existencia de la colección editorial de una feria del libro que incentiva a personas de todas las edades a escribir una historia que se imprime por miles para ser leída en el metro; o la recreación de cuentos clásicos adaptados al entorno, no solo con la escritura, sino con el arte plástico. ¿Por qué seguimos armando solo eventos?, ¿cuándo vamos a aprovechar la creatividad que sí existe y las oportunidades que tenemos para transformar nuestro entorno?

El tiempo pasa, el ciclo de los relevos generacionales vuelve a cumplirse y cada quien busca la manera de resolver en lo inmediato para lograr que la desazón se desdibuje y le dé espacio a la esperanza de avanzar pese a todo.