/ sábado 11 de marzo de 2023

Voz de vuelta | Salva

La violencia familiar y de género tiene un alto impacto en la sociedad. Enferma. Su efecto inicial en las víctimas: mujeres y hombres —niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos—, se propaga y traspasa las paredes de un hogar. Sale de casa y se instala en nuestra forma de enfrentar la vida, en el trabajo, en nuestras interacciones sociales y en la imposibilidad de ver futuros posibles, alentadores. Es un escenario doloroso. Cala en la paz social. Influye en las expectativas de la niñez, en los adolescentes, en las mujeres que cumplen tantos roles al mismo tiempo, en las y los ancianos que dedicaron su vida a trabajar y aspiran a un ciclo tranquilo y feliz. La violencia ejercida en casa es preocupante. ¿Cómo abatir esta violencia multifactorial?

De acuerdo a datos registrados en el C5i en Sonora (Centro de Control, Comando, Comunicación, Computación, Coordinación e Inteligencia), del primero de enero al 15 de noviembre del 2021, recibieron 3635 reportes por violencia contra las mujeres, 12,415 por violencia de pareja y 47,328 por violencia familiar; estamos hablando de 63,378 llamadas por violencia de género y 4,396 domicilios con reincidencia. Esto antes de Salva. Les cuento:

El año pasado tuve la oportunidad de entrevistar a personas directamente relacionadas con la aplicación del protocolo Salva, que significa Sistema de Atención a la Violencia Familiar y de Género, gracias al decreto de ley firmado el 21 de noviembre de 2021 por el Gobernador del Estado. Se trata de un mecanismo de atención integral de las denuncias por violencia familiar y de género al 911 para su seguimiento, impulsado desde la Secretaría de Seguridad Pública en coordinación con otras dependencias gubernamentales y la iniciativa privada. La intención de estas entrevistas era conocer experiencias en primera persona, el enfoque de esta misión, desde dónde se trabaja y con qué se han encontrado, además de compartir avances y logros.

¿Cómo funciona Salva? 1. Se recibe la llamada de emergencia por tema de violencia familiar, maltrato infantil, violencia a la pareja o a la mujer y se activa el protocolo; 2. El operador u operadora recibe la llamada y envía el caso a un primer respondiente, Policía Municipal o Estatal (ojo, antes la PE no atendía violencia familiar), capacitado y certificado para brindar atención para estos casos; 3. El primer respondiente llega al domicilio, aplica el protocolo de actuación policial y elabora el correcto llenado de Informe Policial Homologado, lo que se conoce como el IPH (otro avance importante); 4. El primer respondiente turna a un juez cívico o a un Ministerio Público, según el tipo de incidente; 5. El primer respondiente entrega el IPH para que sea capturado en la plataforma Salva (otra novedad); 6. Se canaliza el caso a las instancias gubernamentales colaboradoras (que tienen acceso a esta plataforma digital); 7. Se da seguimiento y acompañamiento a cada reporte.

La eficacia del protocolo evidentemente está directamente relacionada con la capacitación y el compromiso de todas las personas involucradas, por lo cual se entiende que como ciudadanos podamos tener nuestras dudas sobre su efectividad; sin embargo, puedo decirles que charlar con Zulema Boneo, Roberto Leyva, Yolanda Ballesteros, Karina Lerma, Martha Barreda, Juan Antonio Dueñas, Benjamín González, Diana Acosta, Elioth Romero, Amalda Almada, Gabriel González, Alejandra Olazábal, Porfirio Valencia y María Dolores del Río, me inspira a decirles que es un protocolo importante, innovador y lleno de retos. A un año del protocolo ya tenían 1,120 policías estatales capacitados en temas de género y violencia familiar, cuando antes ni siquiera atendían el tema porque eran problemas familiares a cargo de la municipal; hay arriba de tres mil policías municipales certificados, cadetes, policías procesales, operadores y supervisores que han participado en talleres permanentes de capacitación. A estas alturas muy probablemente ya rebasan las mil Zonas Salva y que la creación del Código Violeta (para identificar situaciones de alto riesgo) ha permitido lograr detenciones y acciones legales e identificar a personas con antecedentes penales, es alentador.

Si en la violencia familiar inician todas las violencias y es la razón principal para las llamadas al 911, hay que estar atentas y atentos a este Sistema.

Para descargar el libro, aquí la liga al QR: https://www.facebook.com/photo/?fbid=572416608264093&set=pcb.572416681597419


La violencia familiar y de género tiene un alto impacto en la sociedad. Enferma. Su efecto inicial en las víctimas: mujeres y hombres —niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos—, se propaga y traspasa las paredes de un hogar. Sale de casa y se instala en nuestra forma de enfrentar la vida, en el trabajo, en nuestras interacciones sociales y en la imposibilidad de ver futuros posibles, alentadores. Es un escenario doloroso. Cala en la paz social. Influye en las expectativas de la niñez, en los adolescentes, en las mujeres que cumplen tantos roles al mismo tiempo, en las y los ancianos que dedicaron su vida a trabajar y aspiran a un ciclo tranquilo y feliz. La violencia ejercida en casa es preocupante. ¿Cómo abatir esta violencia multifactorial?

De acuerdo a datos registrados en el C5i en Sonora (Centro de Control, Comando, Comunicación, Computación, Coordinación e Inteligencia), del primero de enero al 15 de noviembre del 2021, recibieron 3635 reportes por violencia contra las mujeres, 12,415 por violencia de pareja y 47,328 por violencia familiar; estamos hablando de 63,378 llamadas por violencia de género y 4,396 domicilios con reincidencia. Esto antes de Salva. Les cuento:

El año pasado tuve la oportunidad de entrevistar a personas directamente relacionadas con la aplicación del protocolo Salva, que significa Sistema de Atención a la Violencia Familiar y de Género, gracias al decreto de ley firmado el 21 de noviembre de 2021 por el Gobernador del Estado. Se trata de un mecanismo de atención integral de las denuncias por violencia familiar y de género al 911 para su seguimiento, impulsado desde la Secretaría de Seguridad Pública en coordinación con otras dependencias gubernamentales y la iniciativa privada. La intención de estas entrevistas era conocer experiencias en primera persona, el enfoque de esta misión, desde dónde se trabaja y con qué se han encontrado, además de compartir avances y logros.

¿Cómo funciona Salva? 1. Se recibe la llamada de emergencia por tema de violencia familiar, maltrato infantil, violencia a la pareja o a la mujer y se activa el protocolo; 2. El operador u operadora recibe la llamada y envía el caso a un primer respondiente, Policía Municipal o Estatal (ojo, antes la PE no atendía violencia familiar), capacitado y certificado para brindar atención para estos casos; 3. El primer respondiente llega al domicilio, aplica el protocolo de actuación policial y elabora el correcto llenado de Informe Policial Homologado, lo que se conoce como el IPH (otro avance importante); 4. El primer respondiente turna a un juez cívico o a un Ministerio Público, según el tipo de incidente; 5. El primer respondiente entrega el IPH para que sea capturado en la plataforma Salva (otra novedad); 6. Se canaliza el caso a las instancias gubernamentales colaboradoras (que tienen acceso a esta plataforma digital); 7. Se da seguimiento y acompañamiento a cada reporte.

La eficacia del protocolo evidentemente está directamente relacionada con la capacitación y el compromiso de todas las personas involucradas, por lo cual se entiende que como ciudadanos podamos tener nuestras dudas sobre su efectividad; sin embargo, puedo decirles que charlar con Zulema Boneo, Roberto Leyva, Yolanda Ballesteros, Karina Lerma, Martha Barreda, Juan Antonio Dueñas, Benjamín González, Diana Acosta, Elioth Romero, Amalda Almada, Gabriel González, Alejandra Olazábal, Porfirio Valencia y María Dolores del Río, me inspira a decirles que es un protocolo importante, innovador y lleno de retos. A un año del protocolo ya tenían 1,120 policías estatales capacitados en temas de género y violencia familiar, cuando antes ni siquiera atendían el tema porque eran problemas familiares a cargo de la municipal; hay arriba de tres mil policías municipales certificados, cadetes, policías procesales, operadores y supervisores que han participado en talleres permanentes de capacitación. A estas alturas muy probablemente ya rebasan las mil Zonas Salva y que la creación del Código Violeta (para identificar situaciones de alto riesgo) ha permitido lograr detenciones y acciones legales e identificar a personas con antecedentes penales, es alentador.

Si en la violencia familiar inician todas las violencias y es la razón principal para las llamadas al 911, hay que estar atentas y atentos a este Sistema.

Para descargar el libro, aquí la liga al QR: https://www.facebook.com/photo/?fbid=572416608264093&set=pcb.572416681597419