Un primer paso, titubear entre muchas interrogantes mientras las partes de un todo, revolotean, se esconden, se trasforman, se mimetizan, conformando un proceso creativo. Enseguida, un silencio, tomar distancia ante el caos y la develación de algunas ideas, inmerso en ese ritual de buscar la verdad, no sin antes agotar a la duda. El ciclo incluye todas las interrupciones que la vida contemporánea nos ofrece.
Actualmente, las reflexiones y algunos ejercicios creativos realizados van en la búsqueda de la simplicidad, de lo básico en cuanto formas y colores, como un acto de depurar el exceso de información al que somos sometidos con imágenes, textos, películas, series, mensajes, memes y un sinfín de noticias a cada instante.
Esto nos brinda una pausa visual o un descanso elemental para contrarrestar esos excesos que recibe y percibe nuestro ser, composiciones sencillas que se conjugan alternando las figuras del triángulo, cuadrado y círculo, con colores básicos que no se alteran en una mezcla, permanecen en su estado natural del amarillo, rojo y azul. El camino apenas comienza en esta etapa.
Recurrir a las figuras y colores básicos en la realización de piezas artísticas no es una novedad, en mi caso, estos elementos son el pretexto de una búsqueda sencilla para depurar la imagen sin llegar al extremo del vacío. Un juego primario de acomodar las figuras y llegar a otras formas simples. Los materiales y las técnicas son básicos en la realización o construcción de la obra e intentar proyectar coherencia, calidad e impacto.
Para esta serie de trabajos utilizo pliegos de papel económico y lápices de colores para continuar en la línea de la sencillez y el acto primario de colorear sobre el papel, también utilizo platillas y sellos para dibujar y repetir las figuras más precisas. Como parte del proceso, realizo una serie de bocetos previos para afinar y obtener resultados lo más aproximado a mis ideas.
En las pausas de la ejecución de las piezas, el proceso creativo no se detiene y van apareciendo más inquietudes. Una idea hala a la otra. Un espacio para contemplar, escribir, meditar, deambular, leer y retomar la producción.
En este tren de ideas, empecé a escribir textos mínimos como haikús, resultado de la contemplación del momento. Estos breves textos los realicé con una máquina de escribir manual y creo que, en alguna etapa del proceso, estos textos se integrarán en futuras piezas.
Aquel primer paso, ahora se convierte en una caminata interminable de experimentación, con las limitantes originales del color y las figuras. Las conjugaciones pueden ser infinitas, solo hay que realizarlas para saber si el resultado es el indicado. Ese es un camino certero.
Miguel Guzmán Nieves
Artista visual y maestro de artes plásticas para niñas, niños y jóvenes en Casa de la Cultura de Sonora.