El trabajo actoral es un proceso que tiene mucho de interiorización y de ritualidad, en un fenómeno catártico que llevado a sus más altos niveles ha producido algunas de las manifestaciones artísticas más emocionales que han quedado inmortalizadas en cámara o arriba de un escenario.
Para Carolina Molva y Anitza Palafox, formadas en la escuela de artes escénicas y audiovisuales CasAzul, esta pasión fue el detonante para encabezar el proyecto de Persona Estudio Actoral, asentado en la capital sonorense y dedicado a la formación de nuevos talentos escénicos, en una propuesta que busca romper ciertas “reglas” preconcebidas durante años en este rubro.
“Básicamente es explorarse a sí mismo en todas las dimensiones: mental, emocional, física y energética, que esta última es muy importante, porque el actor tiene que generar cierto magnetismo para que el espectador se enganche con él y para ese magnetismo se entrega una energía muy específica y es lo que nosotros ayudamos a desarrollar”, contó en entrevista Carolina Molva.
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La actriz hermosillense estudió Cine en la Santa Fe University of Art and Design, egresando de CasAzul Artes Escénicas Argos en 2017 y debutando en pantalla grande dos años más tarde, con la película coral Sonora.
Desde entonces, Molva ha participado en otros proyectos nacionales para Netflix, Disney y Amazon como Soundtrack, ¿Conoces a Tomás?, La casa de las flores e Historia de un crimen.
Alentada por las posibilidades descubiertas en su paso por la Ciudad de México, Molva regresa a su natal Hermosillo con la idea de tener un espacio que ofrezca un nuevo aproximamiento a la actuación y a la conciencia corporal, en lo que terminó siendo el estudio que ahora dirige.
Invita como socia y guía a Anitza Palafox, creativa y actriz de Colectivo Lo Que Viene del Sol, y arrancan sus primeros talleres el pasado mes de marzo, con algunos ejes temáticos que giran en torno al teatro, la actuación frente a cámara y el movimiento orgánico.
Talleres para todos
El enfoque de Carolina Molva y Anitza Palafox se adecúa a otras facetas de la vida, más allá del mundo de la actuación, y en sus talleres se han inscrito personas de diferentes profesiones como biólogos, músicos, gerentes de ventas y hasta ganaderos, en grupos no mayores a ocho participantes.
“Y de verdad nos sorprende, quien menos piensas que lo va a hacer mejor, es a los que más terminas aplaudiendo. Y no es limitante tu profesión”, reiteró la hermosillense.
“Desarrollamos esas técnicas que te permiten tener un mapa bien preciso de qué hacer a nivel corporal y por ende los demás se acomodan. Si tú pones el cuerpo de cierta manera y lo sabes usar, sabes respirar, sabes moverte a nivel óseo, muscular y articular, se empieza a generar algo a nivel emocional y mental, porque pensamiento-emoción están conectados, y por ende tu energía cambia.
“Nosotros nos encargamos de desarrollar esa conciencia, siendo guías de ese proceso para que sepan que están en un lugar seguro, para entenderse y explorarse como artistas, como actores, como humanos, porque incluso si no te vas a dedicar a esto, eso te sirve inmensamente para otras facetas de la vida”.
Molva contó la anécdota de algunos de los ejercicios de los primeros talleres que resultaron más orgánicos para los participantes principiantes, porque "a veces los actores profesionales batallan con la naturalidad o cierta verdad escénica, pues tienen muchas manías y formas de resolverlas, ideas preconcebidas de lo que es actuar y esa confianza puede llegar a estorbar a veces. Ser principiante no es desventaja en lo absoluto.
“El hecho de ser vulnerable y decir ‘No sé qué chingados está pasando’ te hace muy atractivo, porque eres honesto y todo el mundo conecta con eso, y lo usas y funciona. Si tú no usas esa emoción ella te va a usar a ti. Eso es lo que la gente ya no está tolerando: en la política y otros aspectos de la sociedad la gente ya no tolera el que alguien quiera disimular o simular algo. La gente dice: ‘¿Cómo estás? Nervioso, feliz, enojado… pero dame algo verdadero, hazlo con miedo, pero hazlo, vive la escena, no me la actúes’”.
Próximos proyectos
El trabajo actoral de Carolina Molva podrá apreciarse en las producciones de Amiga date cuenta y La vida en gris, mientras que Anitza Palafox hará lo propio en Helena (ambas actrices comparten crédito en la película The Devil’s Pitch, de próximo estreno).
Mientras tanto, actualmente están realizando trabajo de coacheo para los actores y actrices del film El espíritu de la hospitalidad, dirigido por Jorge Le Brun y protagonizado por Gabriela Aínza, con la producción ejecutiva de Francisco Barrera.
Su trabajo en la película del director hermosillense se enfoca particularmente en Rosalina Dórame, de 54 años, quien se desenvuelve como una de las protagonistas sin haber tenido experiencia previa en la actuación.
“Ella es una señora que no es actriz. Y ha habido avances muy grandes, la hemos estado acompañando y está trabajando el personaje ahí con nosotras y es muy impresionante ver su evolución”, destacó Molva.
“Maneja el tiempo y el espacio a su antojo, se ha aventado unos monólogos y unas improvisaciones que nos han sorprendido a todos. Ella llegó con carne y una tortilla y ahorita ya le echa crema y guacamole y limón, y eso es lo bonito”.
Para Molva, su trabajo con Rosalina Dórame le ha reafirmado que el progreso logrado en Persona Estudio Actoral es algo que se puede palpar y no una medida abstracta.
“Es algo que se refleja y que funciona. Obviamente depende mucho del compromiso de cada quien, pero como estamos hablando de adultos, en general ellos lo deciden y se comprometen y se involucran. Y para mí ha sido muy rico ver este proceso, desde ver cómo llega alguien al estudio, cómo se para, cómo mira, cómo respira, cómo habla… y su presencia cambia después de meses”.
Al final, el arte, el cine y cualquier otro trabajo tiene que ver con la comunidad y el apoyarse mutuamente, como confirma la actriz de 30 años.
“Al principio no ves los números ahí, se dan después de un proceso largo, pero primero es crear esta comunidad de personas que están interesadas en una actuación realista y que vayan dejando la idea de que actuar es llorar, o es ser intenso, gritar, o ser muy seguro de sí mismo… Cualquier forma de expresión artística te lleva al conocimiento de ti desde un lugar más profundo.
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“El cuerpo es la llave para todo, cómo lo colocas, cómo lo sostienes dice todo sobre ti y tiene que ver con tu historia personal, y eso es lo que exploramos para que salgas también de ti y que todos los personajes tengan variedad y no seas siempre tú con tus limitantes”.
Los interesados en sumarse a este proyecto pueden contactar a las responsables a través de sus redes sociales @personaestudioactoral o acudir al estudio ubicado Sierra Azul 106, colonia Loma Linda.
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