A partir del 17 de septiembre, el Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sonora (INAH), abrirá bajo las medidas de la nueva normalidad la zona arqueológica Cerro de Trincheras en Sonora.
Este sitio podrá visitarse de miércoles a domingo, de 9:00 a 16:00 horas, con una pequeña adecuación en su recorrido, pues no llegará hasta “El Caracol” sino hasta “El Mirador”, para mantener las disposiciones marcadas por las autoridades sanitarias; asimismo, en el Centro de Visitantes solo estará abierto el recorrido introductorio.
El público deberá de portar cubrebocas para su debida protección, asimismo se les tomará la temperatura en el acceso a la zona arqueológica.
El visitante deberá de guardar, en todo momento, una sana distancia y se recomienda la no asistencia de niños menores de 12 años y adultos mayores. Las visitas de grupo durante el recorrido, será de un máximo de siete personas.
Cerro de Trincheras, se suma a las acciones que el INAH se encuentra realizando para la reanudación gradual y ordenada de las actividades en espacios culturales: zonas arqueológicas y su red de museos, bajo las medidas que marcan los protocolos sanitarios, a fin de garantizar la seguridad y el bienestar de su personal operativo y de los visitantes.
La visita a estos espacios tiene como finalidad motivar que la sociedad se reencuentre con su patrimonio, pero el visitante debe recordar que aún estamos en una epidemia activa, por lo cual es de suma importancia respetar los lineamientos sanitarios y atender indicaciones del personal capacitado.
El INAH Sonora continúa trabajando en la investigación y divulgación, sobre esta zona prehispánica donde se construyeron terrazas con muros de piedras y los antiguos habitantes tuvieron sus casas y ramadas, y llevaron a cabo todas las actividades de la vida cotidiana; además, utilizaron áreas especiales, unas para ceremonias públicas-comunitarias y otras para rituales privados de acceso exclusivo a cierto grupo o a la familia dirigente.
Según las investigaciones que se han llevado a cabo por más de 20 años en la región del noroeste del estado, los primeros pobladores del continente americano llegaron a este territorio hace unos 13 mil años. Al formarse el desierto de Sonora, hace 10 mil años, estos cazadores y recolectores se adaptaron a las condiciones y enriquecieron su dieta con las plantas propias del desierto. La riqueza natural de la región permitió que la forma de vida arcaica permaneciera varios milenios.
Hace aproximadamente 3 mil 500 años, los pobladores conocieron el cultivo del maíz y utilizaron canales para regar. Los cuidados que requiere la agricultura trajeron consigo el surgimiento de los primeros asentamientos permanentes, conocidos como aldeas, las cuales tenían rasgos culturales comunes: elaboración de cerámica púrpura sobre rojo y construcción de muros o “corrales” en la cima de algunos cerros, así como terrazas o “trincheras” edificadas en las laderas. Por ello, se dice que estas aldeas forman parte de la tradición “Trincheras”.
Hace unos 700 años, esta zona se convirtió en el centro rector de las aldeas de agricultores que se asentaron en los valles de los ríos Magdalena, Altar y Concepción. Concentró una población de más de mil habitantes de 1300 a 1450. Cuando el control de los valles desde este pueblo se volvió imposible, las comunidades volvieron a vivir en aldeas dispersas.
Toda esta información podrá conocerse en el recorrido introductorio del Centro de Visitantes, que se encuentra en la zona arqueológica Cerro de Trincheras, así como en el recorrido de la misma, bajo las precauciones antes señaladas.