Uno de los proyectos culturales más importantes del Estado de Sonora, es el realizado en el municipio de Trincheras, donde por más de 35 años la arqueóloga mexicana María Elisa Villalpando Canchola ha estado trabajando.
Originaria de Santa Rosalía, Baja California Sur, Elisa descubrió su pasión por la arqueología gracias a su padre, con quien solía visitar distintos vestigios por mero gusto, por lo que una vez terminada su preparatoria en Ciudad de México decidió estudiar en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Su primer acercamiento con Sonora fue cuando la invitaron a participar en una serie de investigaciones en el entonces Centro Regional del Noroeste, trabajos que le sirvieron para realizar su tesis de titulación “Correlación arqueológico-etnográfica en Isla San Esteban”.
Te puede interesar: Cráneos ovalados: el extraño hallazgo en Sonora que dio pie a teorías alienígenas
“Llegué con proyectos que empezaron orientados a lo que me interesaba en aquel momento, que eran los grupos de cazadores, recolectores y pescadores, entonces yo me orienté a trabajar sobre las islas del Golfo de California y de ahí pude hacer mi tesis de licenciatura en Isla San Esteban”, relató.
Con el paso del tiempo y ya con un espacio en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la arqueóloga se fue interesando en conocer más sobre las culturas agrícolas del desierto de Sonora.
En ese lapso fue cuando se “enganchó” con todo lo que tiene que ver con la tradición del Cerro de Trincheras.
“Empecé trabajando en el 85 en un proyecto junto con el doctor Randall McGuire, que ha sido mi colaborador durante ya casi 40 años y empezamos en el 85 con un reconocimiento muy amplio de lo que sería la tradición Trincheras para decidir hacia donde nos enfocaríamos”, apuntó.
Para el año 1991 realizaron un reconocimiento de superficie, una práctica en la que se recorren los lugares, se “mapea” y se va realizando un historial de los sitios y materiales arqueológicos encontrados.
Dicha tarea tomó alrededor de un mes, sin embargo, el procesamiento de toda la información duró varios años, se obtuvieron tesis y se publicaron varios libros tanto en español como en inglés, pues era un proyecto binacional.
Ya para el 95 se empezó con el proyecto de excavación del cerro con participación de alumnos de Estados Unidos y México, encontrándose varios de los vestigios que hoy en día se encuentran en exhibición.
“Hubo un impasse entre los proyectos binacionales, pero seguimos interesados siempre en el conocimiento de la tradición Trincheras y cómo desde esos años habíamos nosotros dicho, ‘si en algún momento se llegara abrir un sitio arqueológico en Sonora, creemos que será el Cerro de Trincheras’”, dijo.
Las condiciones se fueron dando mientras transcurría el tiempo, hasta que llegó el 2006, año en que se propuso por parte de la Coordinación Nacional de Arqueología trabajar en la apertura de dos zonas arqueológicas en la entidad: La Pintada y el Cerro de Trincheras.
¿Quieres recibir noticias directo en tu celular? Suscríbete aquí a nuestro canal de WhatsApp
La ventaja de abrir la zona en Trincheras es que ya se tenía años de investigación, por lo que María Elisa junto con un gran equipo de trabajo realizaron todos los preparativos para recibir a todas las personas interesadas en conocer la tradición.
“Nos llevó varios años porque empezamos en el 2007, pero fue hasta el 2011 que se pudo abrir la zona arquelogica para visitantes, estuvimos adecuando todo lo que era andadores, planeando lo que se iba a presentar y tratando de que los recursos fueran suficientes para tener un centro interpretativo, el complemento de la zona arqueológica”, expresó.
¡Regístrate y accede a la edición digital de nuestro semanario!
Pensando en voz alta con...
Elisa Villalpando
Arqueóloga
¿Principal rasgo de tu carácter?
Soy muy enérgica.
¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
Perfecta no existe pero uno hace lo posible por acercarse a un estado de felicidad.
¿Qué es lo que más te desagrada de la sociedad?
La intolerancia.
¿Tu gran miedo?
Intento superar los miedos que tenga, pero no tengo identificado uno como tal.
¿Cuál es tu estado de ánimo actual?
Tranquila
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Los collares y los anillos no pueden faltar, siento como que no me vestí si no me los pongo.
¿Personas a las que admiras?
Admiro muchísimo a Beatriz Braniff, que fue la primera arqueóloga que llegó acá a Sonora, y admiro muchísimo a mi nieta por esta capacidad que tiene de ver el mundo.
¿Qué palabras o frases utilizas con más frecuencia?
Lo tenemos que hacer.
¿Qué o quién es el gran amor de tu vida?
Yo creo que ahora mi nieta y mi hija.
¿Qué talento te gustaría tener?
Me gustaría mucho saber cantar, admiro mucho a las mujeres que cantan, yo soy muy desentonada.
Si pudieras cambiar una cosa de ti ¿Cuál sería?
El que pudiera contenerme a decir las cosas como las pienso.
¿Dónde te gustaría vivir?
Cerca del mar.
¿Tu pasatiempo favorito?
Leer.
¿Música favorita?
Voy cambiando con el tiempo, pero me gustan mucho las voces muy graves de los hombres y de las mujeres, me gusta mucho Lila Downs.
¿Cuál crees que es tu mayor logro?
Creo que haber podido hacer arqueología y haber aportado al conocimiento.