Francisco Méndez es arquitecto y fundador del colectivo Sangre del Desierto desde el año 2016, un grupo de artistas visuales urbanos conformado por cineastas, diseñadores gráficos, fotógrafos, entre otros profesionistas que unieron sus conocimientos para crear un impacto en la sociedad a través de murales inspirados en Sonora.
En noviembre de 2016, Francisco fue invitado a una exposición donde asistieron otros artistas, quienes -en su gran mayoría- provenían del movimiento grafiti, por lo que compartieron información acerca de las técnicas que utilizan con el aerosol, el objetivo de su trabajo y fue así como decidieron trabajar en conjunto y crear Sangre del Desierto.
“A raíz de eso, todos congeniamos tanto, conocimos nuestras ideas y pensamos en hacer algo en colectivo, unimos los poderes. Para esto, en enero de 2017 nos invitaron al Festival Alfonso Ortiz Tirado en Álamos y empezamos a exponer por dos años consecutivos y así nos siguieron invitando a más proyectos”, manifestó Francisco.
En el año 2020 se presentó la oportunidad de participar en el movimiento Adopta un camellón, que fue elegido por los integrantes del colectivo. Fue el puente 2010 ubicado en el Bulevar Rodríguez, ya que hay afluencia de automóviles y el trabajo es atractivo para los espectadores.
“Este lugar tenía muchas personas en situación de calle, es un punto donde pasa todo Hermosillo y así empezamos con la jornada de limpieza, en colaboración con Jóvenes en movimiento trabajamos en el proyecto, ellos enfocados en la limpieza y pintura de camellones, nosotros en el rescate del arte urbano, también esperamos colocar un jardín de polinizadores, plantas nativas del desierto”, compartió.
El colectivo señaló que el trabajo se realizó con apoyo de ambientalistas, movimientos políticos, artistas y público externo. Los murales se pintaron en un lapso de dos semanas y el objetivo principal es crear un impacto en la sociedad para cuidar de los espacios públicos de la ciudad.
“Involucramos a las personas en situación de calle para limpiar el lugar, les pagábamos la jornada del día y les dábamos lonche, eso creó un lazo entre la comunidad para que nos ayuden a proteger, para que no vandalicen los murales”, dijo.
Francisco mencionó que el equipo está satisfecho con el trabajo que ha realizado, por lo que no tienen un diseño en especial favorito, pues cada uno les lleva tiempo, esfuerzo, dedicación y mucho amor; sin embargo, el mural que ha tenido mayor impacto es el de las columnas ubicadas debajo del puente en el Bulevar Rodríguez.
“Plasmamos aquello que no se ve, que sucede en el desierto por ejemplo las etnias de Sonora, como son las ceremonias, los fariseos, también los animales que no son tan conocidos, representamos la flora y la fauna, el hombre de campo, es lo que queremos enaltecer nuestro estado”, expresó.
El objetivo principal del colectivo es que cada mural tenga un impacto en cualquier lugar, asimismo cumpla con una función como el rescate de espacios públicos y la limpieza de estos, también sea un mural atractivo para los sonorenses y turistas que visten la ciudad.
“Lo más importante es cómo nos vemos obligados a escuchar los interés de la gente y plasmarlo en los murales. Nos interesa el diálogo con otras asociaciones civiles que tengan una razón similar y quieran aportar algo a la comunidad o para ayudar a alguien”, señaló.
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Para finalizar añadieron que el respeto y cuidado de los patrimonios que tiene la ciudad es obligación de todos pues es algo que representa a los sonorenses. Asimismo, invita a las personas a que mantengan limpio los lugares que visiten para seguir generando la cultura del cuidado a los espacios públicos.