“Lo que más aprecio es tener esa oportunidad de ayudar a los artistas a visibilizarse hacia la comunidad”, afirma en entrevista Ivette Valenzuela tras haber obtenido el Gold Award de los Graphis Posters Awards.

La artista y diseñadora gráfica sonorense fue reconocida por su trabajo en los carteles promocionales de la temporada musical de la Orquesta Filarmónica de Sonora y el 41 aniversario del Colegio de Sonora, llevándose a casa por tercera ocasión (las dos anteriores en 2012 y 2022) el premio del certamen internacional con base en Nueva York que celebra la excelencia creativa y artística alrededor del mundo en los ámbitos del diseño, la publicidad, la fotografía y la ilustración.

“Es un gran compromiso y por supuesto que atesoro cada palabra que la gente me ha escrito y las llevo conmigo”, puntualiza sobre los elogios recibidos de colegas, amigos y familiares.

“Y más que creérsela es buscar qué sigue. Estos certámenes son muy buenos para la proyección de Sonora porque estás lado a lado con otros carteles internacionales. Es estar con un diseño que promociona a un artista local junto a los diseños de la serie American Horror Story y tienen el mismo peso para un jurado que a veces ni conocemos hasta que llega el día de la premiación”.

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Aprendizaje diario

Originaria de Cananea y egresada de la licenciatura de Diseño Gráfico por la Universidad del Noroeste de México, Ivette Valenzuela se unió hace 30 años al Instituto Sonorense de Cultura como diseñadora de cubiertas de libros, con una línea de trabajo que también incluye ediciones de libros, revistas, catálogos y carteles para festivales de danza, música, ferias del libro, muestras de cine y teatro, así como contenidos para museos y bibliotecas.

Además de los tres Gold Awards, su vitrina también presume de la Medalla de Oro Carlos Lozano (2010) y su obra ha formado parte de exposiciones colectivas en México, Australia, Bulgaria, Bolivia, Brasil, Colombia, Corea, Croacia, Grecia, Indonesia, Taiwán, Sudáfrica, Panamá, Perú, Polonia, Turquía, Venezuela y Estados Unidos.

Aún con todo ello, Valenzuela no pierde ese nervio y esa pasión por el aprendizaje diario que usa como combustible de su creatividad, tal como dejó de manifiesto en el diseño del 41 Aniversario del Colson, el cual rindió homenaje a la pintora chilena radicada en Sonora, Helga Krebs.

“Fue todo un reto porque conocí a Helga en vida, cuando estaba en la universidad por allá de 1993 ó 1994. Y después de tantos años le tengo que hacer un cartel tributo y fue una macro responsabilidad para mí”, confiesa sin tapujos.

“Obviamente tuvimos reuniones con la gente del Colegio de Sonora y con personas de la Fundación Helga Krebs y al final fue una experiencia muy enriquecedora. Igual da nervio, ¿no? Hacer un diseño para una persona que admiras tanto y que marcó al arte sonorense de manera tan fuerte, no nada más a los pintores, sino a artistas de otras disciplinas”.

El cartel en cuestión muestra el rostro de la pintora conformado por su propia obra, en un diseño vectorial donde están presentes otros elementos icónicos que enriquecieron su trabajo.

“Su obra estuvo guardada por algunos años y las nuevas generaciones no conocían a Helga, entonces para mí qué mejor que conozcan a la persona con este tributo para ella”.

La cananense advierte que todos los procesos tienen su particularidad, pero todo empieza tomar forma desde el momento en que le dicen el nombre del proyecto a trabajar.

“Empieza a rodar dentro de mi cabeza y esas horas no se pagan y creo que son las más arduas. Para mí sigue la investigación: leer sobre el tema y entrevistarme con un experto, como si fuera una micro tesina, impregnarse del conocimiento, de las referencias visuales y por supuesto las charlas con el creador, músico, bailarín, actor, quien fuere.

“Después de eso hay que sentarse a diseñar con todo esto en la cabeza. Para mí el problema viene cuando estoy en siete proyectos a la vez. Muchas veces ha influenciado, algo que estoy haciendo para música rebota en algo que estoy haciendo para artes visuales, y viceversa. Las ideas no salen solas, todo gira en torno a esa gran biblioteca visual y de contenidos que cada quien consume a lo largo de su vida”.

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La obra de Valenzuela se caracteriza por su versatilidad y la búsqueda incesante de nuevas formas y herramientas que puedan ser empleadas en el diseño, donde lo mismo presenta una vibración de una docena de colores hasta algo de corte más minimalista con tintes en blanco y negro.

“Siento que a veces la forma en la que diseño se parece mucho a la forma en que comemos: a veces tengo un mes donde se me antoja el dulce y otro donde se me antoja algo salado. Me gusta mucho explorar, nunca me conformo. Me dicen que me hago auto complot, porque siempre que hago un diseño pienso que no es suficiente, que se queda corto.

“Sobre todo cuando es un proyecto que ya conozco, como una coreografía de Antares, que sé que va a ser impecable, con mucha disciplina y muy bella, muy fuerte, con sentido social o de protesta. Entonces siempre estoy explorando en un aprendizaje constante”.

Nuevos Proyectos

“Me gusta la transmedia, pero también me gusta el material que puedes tener en la mano antes de entrar a un concierto, a una obra. Me gusta mucho trabajar con las herramientas y las técnicas análogas. Obviamente todo termina en una salida digital, pero tengo cajas acumuladas con pruebas, texturas acrílicas, acuarelas… “, apunta la artista que está cerca de terminar la Maestría en Diseño Editorial en la Universidad Gestalt de Diseño en Xalapa, Veracruz.

En ese sentido, señala que quisiera ver su obra impresa por las calles de la ciudad, en un afán de que los artistas ahí promocionados tengan un mayor alcance en la comunidad.

“El diseño es la cara del evento cultural y sí llega a otros lugares. Tenemos al mejor grupo de danza contemporánea de México, tenemos a escritores y muchos otros creadores que merecen tener mayor visibilidad en el país. No hay que quedarse cortos.

“Los temas solitos se dan y he tenido la fortuna de trabajar a lo largo de mi vida con tantos creadores, de todas las disciplinas. He aprendido de ellos. Y es un aprendizaje continuo. Es lo que dirige mi trabajo. Las posibilidades que tenemos para trabajar en el diseño de la cultura son infinitas”.

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