La vida del pintor Vincent Willem Van Gogh transcurrió del 30 de marzo de 1853 al 29 de julio de 1890, pero el legado, los reflectores y la fama llegaron después de su muerte.
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Van Gogh pintó casi 900 obras y es considerado uno de los artistas más famosos en el mundo, sus cuadros han captado la mente y profundizado el corazón de millones de personas sin importar que tan lejana o cercena al arte se encuentren.
Su obra más expuesta y famosa es La noche estrellada, la fama que adquirió esta pintura después del fallecimiento de su autor fue máxima, ya que en vida solo vendió una pintura.
La noche estrellada se considera una de las imágenes más conocidas en la cultura moderna, fue plasmada durante su estancia en un manicomio en Saint-Rémy-de-Provence de Francia.
Además que es uno de los grabados más reproducidos y deseados, hasta tiene una canción interpretada por Don McLean.
Pero Van Gogh es más que esta obra, su colección abarca paisajes, autorretratos y detalles espectaculares que resalta con la simplicidad y la magia que solo él sabía impregnar en cada uno de sus cuadros.
Las secciones de pinturas de los girasoles son ejemplos perfectos. No sólo puede hacer una conexión mental entre el nombre del artista y la pintura pero también entre el artista y su influencia en el desarrollo de arte.
Lo que más llama la atención del público son sus colores vibrantes que expresan emociones muchas asociadas con la vida de los girasoles: de amarillos brillantes en las flores a tonos áridos de mustio y muerte; todas las etapas son presentadas.
Vincent van Gogh murió a la edad de 37 años, se suicidó y su carrera como pintor terminó, pero empezó su legado como “el gran pintor del futuro” que inspiraría al mundo.