No es necesario escuchar tercera llamada para saber que la obra ha iniciado. El público calla y escucha. Entra a escena Manuella Rábago, quien interpreta al único personaje en escena.
Teté se muestra como una mujer hablantina y vivaracha que no duda en platicar con el público para salvar su trabajo y proteger a su jefe, un doctor que está por presentar un libro. El hilo y los temas van avanzando conforme la trama y la espera.
El personaje se adentra en sus recuerdos y revela cómo desde pequeña veía los patrones de violencia presentes en sus abuelos, que después llegaron a sus padres y ella que había jurado nunca repetirlos cae en la misma situación.
De esta manera Teté desmiente el escrito que formuló el doctor para el que trabaja. Tras leer varios capítulos comenta cómo los patrones de conducta violentos han estado presentes en la sociedad.
Teté no está de acuerdo con lo que pasa y aunque siempre ha renegado de lo que ocurría a su alrededor nunca estuvo de acuerdo en ser la mujer de la casa, la que no se viste como quiere, la que no disfruta de un baile y el adorno de un marido.
Métete Teté, que te metas Teté es una historia para crear conciencia, para abrir los ojos y estar alerta, para no repetir las historias de abuelos y padres, es una puesta para hombres, mujeres y jóvenes, es un evento para recomendar y pasar de boca en boca para que toda la sociedad conozca la historia de Teté.
Al finalizar la obra se abre una charla entre público, actriz y producción para externar lo que se piensa de este tema tan delicado pero tan presente en la vida.