Esta mañana Hermosillo, Sonora, la comunidad artística y cultural de esta región se despertó con la triste noticia del fallecimiento del maestro Luis Rey Moreno Gil, un músico y poeta siempre comprometido con las causas sociales, un personaje de esos incómodos para las burocracias culturales locales, que siempre se mantuvo desde la contracultura levantando su potente voz.
Su repentina partida ha dejado a sus colegas, amigos, alumnos y admiradores con mucho desconcierto y una profunda tristeza, pues con 70 años se veía con ganas de seguir creando y aportando desde su trinchera a que la vida cultural sonorense despertara del letargo y saliera de las enaguas del centralismo y oficialismo en Sonora.
Nació el 25 de agosto de 1953 en Cananea, Sonora, estudió Artes Plásticas y Música en la Universidad de Sonora y en la Escuela Nacional de Música, de la UNAM, donde formó parte de su coro. En la unison fundó el grupo cultural “Germen” y el “Conjunto Cuca Paah”, de música latinoamericana en 1971 y dirigió, junto con Pascual Mora, el suplemento “Decir Decir”, del diario El Sonorense.
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Luis Rey fue un dibujante, músico, cantante, ensayista político, teatrista, poeta y promotor de espectáculos como “Cuadros para una exposición” de 1981, en los que la danza, la música, el canto y la poesía se combinan. Su poesía se caracteriza por el lenguaje cotidiano que expresa tanto su descontento ante las realidades de la vida, como el amor sensual, fue uno de los artistas que más aportó a la cultura sonorense.
Se juntaron varios factores
La salud del maestro Luis Rey se había deteriorado un poco en los últimos meses y recibió atención médica que al parecer no fue la más indicada e incluso, un medicamento que le habían prescrito no estaba funcionando como esperaban y su cuerpo lo estaba rechazando, lo cual empeoró su condición.
Requería de unos estudios en particular, una endoscopia digestiva, que es una prueba que se utiliza para diagnosticar e iniciar el tratamiento de enfermedades del aparato digestivo superior: esófago, estómago y el duodeno, de esta forma se sabría exactamente lo que aquejaba al músico, pero ese estudio no se lo alcanzaron a realizar.
En redes sociales, gente cercana a él ha dado testimonio de una mala atención por parte de la institución médica que lo atendió, que no fue la adecuada y no fue ni en tiempo ni en forma y aseguran que debido a eso el cuerpo del maestro acabó por ceder, cosa que consideran se pudo haber evitado.
Se le va a extrañar
Las muestras de pesar y de cariño hacia este importante figura del ámbito cultural sonorense, han sido muchas y muy sentidas, sin lugar a dudas una persona que con gran sensibilidad alcanzaba a tocar muchos corazones por sus acciones desinteresadas y por supuesto, por su talento, en donde más se le conocía como músico y poeta y en esta obra refleja esos dos mundos perfectamente:
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En el aire de la Habana
Se respira cadenciosa la guajira
el candombito lindo
la pertinaz guaracha de los pobres
que los hace olvidar la pestilencia
de sus barrios bullangueros.
Y son cubanos que duermen y vigilan
que cantan y vigilan
que bailan y vigilan.
Y son jóvenes y niños
que ya van siendo hombres que atisban
si es la muerte que llega
o es la esperanza.
Y es el bello ancestral de las banquetas
y las casas lo que les quema los pies
y les estruja el alma.
¡Hace tanto que la Habana no se duerme toda!
se va turnando igual
los negros los mulatos
y los criollos vigilantes
se van turnando
llenos de hablares y coloreses
que no hará cola jamás
jamás nunca
para mirar rumbo al poniente
como se moja y se sumerge el sol
en su altamar.
Descanse en paz.
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