Trabajar desde casa ha supuesto una gran solución para muchas personas a lo largo del primer año de la pandemia de Covid-19, ya que al adaptarse a esta forma de trabajo se han podido conservar muchos empleos.
Sin embargo, la realidad es un tanto distinta para otras personas quienes, debido a su ámbito de trabajo les ha sido imposible realizarlo en casa; tal es el caso de aquellos que se dedican al arte de la danza.
“Hay que diferenciar a estos dos grupos de profesiones o actividades que tienen la oportunidad de continuar su trabajo desde casa, en trabajo remoto; y todo este grupo de artistas y de personas que tienen estudios de danza, escuelas dedicadas al arte; compañías de teatro, de danza de todo tipo. Todos los productores de teatro tuvieron que detener sus actividades, tuvimos que dejar de trabajar”, expresó Luis Mendoza, bailarín y aerealista profesional.
Recordó que el 15 de marzo de 2020 tuvieron su última presentación en un escenario; una semana después, comenzaron las restricciones sanitarias y el cierre de miles de espacios dedicados a las artes.
“No sabíamos que iba a ser la última vez que nos íbamos a subir a un escenario por más de un año… Hay afectaciones económicas, en nuestro físico y emocionales…”, dijo.
Una ‘nueva normalidad’ compleja
Luis comenzó su preparación en la danza hace casi dos décadas, cuando apenas tenía 13 años. Los últimos 12 ha trabajado de manera profesional en dicho arte, que cada día le apasiona más.
“Yo creo que hay un poderoso lenguaje en la danza y en la expresión artística. Lo que hacemos es importante porque nos deja conectar con las persona de maneras que otros oficios u otras profesiones no tienen, no comparten ese lenguaje que nosotros hablamos”, señaló.
A pesar de ello, comentó que el Internet y las redes sociales, así como otras plataformas digitales no han sido una herramienta útil para el gremio artístico, pues dar clases de danza en línea es algo complejo y no termina de sentirse tan bien como debiera.
“Hay muchos que tratamos de empezar a hacer algunas cosas virtuales, pero no conozco alguna escuela o alguna compañía donde el maestro o la maestra sintiera que en verdad estaba funcionando dar una clase o hacer un ensayo en línea”, apuntó.
En ese sentido, mantiene la esperanza de que la situación mejore conforme sigan avanzando los meses y más personas sean vacunadas. Tal vez para la segunda mitad del año, dijo, ya habrá posibilidades de que se presenten en algunos escenarios, al menos al aire libre.
Y es que la nostalgia de los escenarios se ha apoderado de muchos artistas, dijo, y con el estrés que les ha provocado la pandemia han perdido el entusiasmo y las ganas de seguirse preparando, por lo que han perdido la condición física, la cual es muy importante para poder realizar adecuadamente su trabajo.
“Trabajamos con nuestro cuerpo, y en la pandemia muchos agarramos unos kilitos de más y dejamos de hacer ejercicio; nos pasó de todo. De repente te cae el veinte de que no estás haciendo algo que por mucho tiempo utilizabas para expresarte, para sacar lo que traías adentro, para comunicar cosas nuevas y es un sentimiento que sí te puede poner muy triste y hacerte reflexionar muchas cosas, las afectaciones fueron por todos lados”, externó.
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Luis Mendoza también es profesor y eso le ha dado la oportunidad de poder solventar la falta de ingresos que recibía por su trabajo como bailarín; sin embargo, muchos de sus compañeros y compañeras sí tuvieron afectaciones económicas, por lo que espera que pronto puedan volver a la danza.