La Academia de Arte Dramático de la Universidad de Sonora, es sin duda alguna una de las principales formadoras de artistas sonorense, por sus aulas han desfilado un sin número de jóvenes interesados en los reflectores y las candilejas. Sería imposible enumerar la cantidad de egresados que han pisado los foros por primera vez gracias a su estancia en esta escuela, algunos ya no están con nosotros, otros no se dedicaron de manera profesional al arte y muy pocos siguen en esta actividad, ya como maestros de la propia academia o de la licenciatura en artes, o bien como integrantes de otros grupos o encabezando los propios, lo que ha permitido dar a conocer el arte teatral a lo largo y ancho de nuestro estado e incluso han recorrido buena parte del país.
Durante el período como rector del ingeniero Norberto Aguirre Palancares, la Universidad de Sonora recibe el edificio del Museo y Biblioteca del Estado, y es en ese inmueble en donde se asientan por muchos años las cuatro academias de arte de nuestra institución: La Academia de Música, creada en 1948, la de artes plásticas en 1951 y las de danza y teatro que abren sus puertas en 1954.
La Académica de Arte Dramático se inaugura oficialmente el 2 de febrero de ese año, y es el maestro Alberto Estrella, pionero del teatro hermosillense, quién funge como su director. El maestro Estrella realiza una destacada labor dirigiendo y presentando en diversos espacios obras de teatro que eran reconocidas y aplaudidas por su alto nivel artístico.
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Durante su período como director, que concluye en 1976, tras su jubilación, el trabajo del maestro es arduo y constante pudiendo estrenar y realizar temporadas con un gran número de obras, algunas de las cuales son: Petición de mano (primera obra montada por la academia), El crimen de insurgentes, Tres en Josafat, Yocasta o casi, La tía de Carlos, La Casa de Capodimonte, Rosita la Soltera, Los hijos de Eduardo, El gran Teatro del mundo, Un millonario Feliz, Los enemigos no mandan flores, entre muchas otras.
El período del maestro Estrella termina, pero no la historia de la Academia de Arte Dramático, ya que al frente de la misma, como director, queda el maestro Oscar Carrizosa, quién continúa siendo hasta la actualidad maestro de la misma, en aquel entonces apoyado por Arturo Merino y Luis Enrique García, una planta docente que con los años se incrementó con la contratación de los maestros Oscar Fernández, Miguel Ángel Arballo, Arturo Velázquez, Vicente Benítez y Jorge Rojas, entre otros.
Luis Enrique García, además de ser maestro de la Academia de Teatro fue nombrado, a la renuncia del maestro Estrella, director del Instituto de Bellas Artes, instancia que cobijaba a las cuatro academias de arte. Como director de Bellas Artes, Luis Enrique, hace llamar a Jorge Velarde Soto, escenógrafo oficial del departamento y un excelente director teatral que había creado la Compañía Sonorense de Teatro.
La razón: pedirle que, a partir de ese año, la Compañía fuera representativa del teatro universitario y es así que, en abril de 1976, nace la Compañía Universitaria de Teatro, con la que Jorge Velarde, cosechó grande éxitos, montando obras de autores nacionales e internacionales de reconocido prestigio, que eran aplaudidas por el público que asistían a cada una de las presentaciones.
Entre las obras que fueron presentadas por la Compañía Universitaria de Teatro, en un período muy importante para el teatro universitario, de 1976 al 2001 (cuando la compañía desaparece a la jubilación de Jorge Velarde), podemos mencionar: Vine, vi y mejor me fui, (obra invitada a la Primera Muestra Nacional de Provincia y seleccionada como una de las mejores), Equus, La Muerte de un Viajante, Camino Real, La Señorita Julia, Moctezuma II, Las mariposas son libres, Señora, El viento en las ramas del Sasafrás, El cuarto de Verónica, Dulces Compañías, El Burgués Gentilhombre, El Zoológico de Cristal, Divinas Palabras, La Mandrágora, entre muchas otras.