La octava entrega de “Mujeres en los archivos de Sonora”, es de una de las mujeres más jóvenes, si no la que más, que se encuentra al frente de un archivo histórico en nuestra entidad. Gloria Jaziel Gracia Cárdenas, originaria de Hermosillo, es egresada de la Licenciatura en Historia de la Universidad de Sonora, titulada con la tesis “Vagancia: vida y visión jurídica en Sonora (1857-1876)”. Actualmente estudia en la misma universidad, la maestría en Enseñanza de la Historia, en donde desarrolla un tema relacionado a problemáticas que ha visto en la consulta de documentación jurídica, como aspectos meramente históricos, así como paleografía, contexto, disposiciones jurídicas de la época, entre otros; por tanto, para Gloria Jaziel, la consulta de archivos es un problema de investigación que debe ser trabajado y abordado desde la academia, pero también, claro está, desde el quehacer cotidiano en los archivos.

Si bien su acercamiento con los archivos fue en las clases de la universidad, su principal contacto se dio en el año 2019 cuando tuvo la oportunidad de hacer sus prácticas profesionales en el Archivo General del Poder Judicial del Estado. Por entonces, aún no estaba plenamente conformado el archivo histórico, por lo que sus prácticas consistieron en apoyar en su consolidación. Habiendo alcanzado su titulación en 2021, fue en septiembre de ese año cuando se integró, ya contratada, como encargada del archivo histórico del poder judicial, por entonces nuestra entrevistada apenas contaba con 23 años, pero ya había dado pruebas fehacientes de su desempeño e interés por los archivos.

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Hay que señalar que, si bien todos los archivos de todas las dependencias son importantes, el caso del archivo del poder judicial es particularmente interesante, sobre todo el antiguo (siglos XVIII, XIX y parte del XX), porque los documentos penales suelen ser de los pocos que recogen información de gente de las clases menos favorecidas, personas que no solían dejar registro de su vida en periódicos, actas notariales, actos de gobierno, entre otros, sino que su voz suele escucharse a través de sus declaraciones, ya como acusados, acusadores o testigos, por lo que los archivos judiciales se vuelven una importante ventana a las clases populares del pasado.

Al ser interrogada sobre el valor que para ella tienen los archivos, contesta firme que lo principal es que los archivos aseguran “el derecho constitucional de acceso a la información”, pero luego sale su parte historiadora y agrega:

“Como historiadora siempre lo voy a querer ligar con el acceso a la documentación histórica… pero yo creo que también es muy importante el hecho de que registremos todas las actuaciones del gobierno, veo como valor principal eso, que tenemos que rendir cuentas ante la sociedad, y parte de esa rendición de cuentas es que se dejen registros… yéndome al área histórica, pues ahí se encuentran las fuentes primarias, esenciales para conocer el pasado. Los archivos históricos, su fin social, ya como punto último, es ser agentes activos en la educación histórica, en el fomento y divulgación de la historia.”

El archivista tiene que estar interesado

Para ella, un archivista debe ser una persona interesada, porque, dice “puede que tenga cierta formación, pero no le interese… [se necesita] una persona interesada en el acceso a la información, y ese mismo interés va generar que la persona se profesionalice, que busque las herramientas, que acuda a la ley para hacer sus funciones correctamente.” Por tanto, Gloria señala que es importante que los que trabajan en los archivos hayan tenido previamente un acercamiento con los documentos, comenta que en su equipo hay una abogada y una psicóloga que han hecho excelente labor, pero que ambas anteriormente habían tenido contacto con el quehacer archivístico “mis compañeras, por ejemplo, alguna de ellas ha tomado diplomados en archivos, otra ha estado en oficialía de partes, otra más traía trabajo de rescate de archivos municipales”, por lo que la integración fue mucho más orgánica.

Un equipo de mujeres

Precisamente, el equipo que ha conformado en el archivo judicial donde, nos dice, se le han brindado todas las facilidades para hacer su labor, está conformado por cinco elementos, todas ellas mujeres: tres historiadoras, una psicóloga y una abogada. Ellas cinco han estado limpiando, describiendo, catalogando y digitalizando los cientos de legajos antiguos de los ramos civil y penal, que se conservan de los nueve distritos judiciales en que se dividía Sonora en el pasado. Así, nos dice, el trabajo en equipo ha fluido y ha contado con el apoyo de las autoridades; sin embargo, ha tenido retos para alcanzar sus objetivos, siendo el principal el de “sensibilizar a los compañeros, por ejemplo, cuando quisimos hacer transferencia secundaria, tuvimos que enseñarles cómo hacerlo, iniciar los procedimientos desde cero… lo más difícil es hacer que las cosas funcionen conforme a la ley.”

Pero también ha tenido retos como mujer, así, Gloria comenta: “el reto que he tenido, o hemos tenido, es el respeto de los compañeros, que se tome en cuenta nuestro trabajo… ahí prácticamente eran puros archivistas hombres… [necesitamos] que se tome en cuenta que somos licenciadas, que estamos profesionalizadas. Y ha sido difícil, desde el hecho que se nos diga niña, por ejemplo, cuando se refieren a alguna de nosotras.”

Sin embargo, con el paso del tiempo y con el trabajo realizado, el departamento de archivo histórico se ha ganado el respeto, un respeto muy merecido. Por cierto, el Archivo General del Poder Judicial fue acreedor del reconocimiento al Mérito Archivístico, que recientemente entregó el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Gobierno y el Boletín Oficial y Archivo del Estado, así, ese archivo fue uno de los trece sujetos obligados (de 210 que hay en la entidad), en ser reconocidos, y en gran medida esta distinción se logró gracias al trabajo realizado por este equipo de mujeres en el departamento de archivo histórico. Pero regresando a nuestra entrevistada, nos comenta que además de por el trabajo, se han ganado el respeto por las capacitaciones en materia de archivos que ha recibido todo el personal, lo que ha ocasionado que todos trabajen de manera más integrada y más homologada.

Con relación a su mayo éxito, o su mayor logro, Gloria Jaziel contesta en plural: “La formalización del archivo histórico, aunque todavía está en proceso. Estamos haciendo los instrumentos de consulta y control con estándares internacionales, y sé que si va cualquier usuario a consultar lo catalogado funciona de manera correcta. Tenemos muchos proyectos en puerta, aunque a veces no alcanza el tiempo… estamos trabajando para que se publiquen documentos en Memórica… hemos podido participar en convocatorias, hacemos trabajo de difusión y en general está funcionando el archivo histórico.”

Red de archivistas

Gloria está convencida del trabajo en equipo, no solo lo vemos por sus reiteradas referencias hacia sus compañeras y compañeros de archivo, sino también porque considera que la Red de Archivistas de Sonora es parte medular para el desarrollo de la archivística en nuestro estado:

“Mi acercamiento con los demás archivos ha sido a partir de la red, creo que todos los compañeros de la red tienen interés, creo que Sonora se ha ido profesionalizando, hay muy buenos elementos, como Paty [Ríos] que es un referente hasta nacional en la gestión archivística… yo veo un futuro muy prometedor, la ventaja es que hay personas que quieren apoyar a otros archivos, como el de nosotros, y va a ser clave para que todos estemos homologados y funcione correctamente… aquí en Sonora vamos caminando muy bien.”

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Retos

Al preguntársele sobre cuál para ella es el mayor reto que enfrenta la archivística en Sonora, comenta sin titubeos que es la “sensibilización”, porque, dice, “los instrumentos de consulta nos podemos sentar a trabajar y hacerlos, pero que entiendan que los tienen que aplicar las unidades productoras, que es importante, ahí esta lo difícil… en nuestro caso, por ejemplo, sensibilizar a magistrados, a jueces.” Pero, además de la sensibilización, menciona también el reto de los recursos, por ello, comenta que “a las autoridades les pediría recursos económicos, para profesionalizarlos y para equipar los espacios… tenemos el sueño, y lo tiene el director también, de que haya un laboratorio de restauración, pero se requiere mucho material, equipo, y restauradores.”

Pero no solo es tener recursos y sensibilizar a las autoridades, sino también a la ciudadanía. Gloria es la primera de la entrevistadas en decir claramente “la ciudadanía no tiene la culpa”, refiriéndose a que las y los ciudadanos no son responsables de no conocer los archivos, de no saber su importancia, de no tener idea a ciencia cierta de lo que se hace en su interior, por eso, asegura:

“Tenemos la responsabilidad de acercarnos a la ciudadanía, darles servicios didácticos. La misma ley dice que debemos de tener herramientas pedagógicas para el acercamiento de la ciudadanía… debemos ser un agente activo, en el caso de los archivos históricos en la educación de la ciudadanía, por eso debemos acercarnos a ellos, generar interés, hacer divulgación.”

Documentos judiciales

Como historiadora tiene la fortuna de trabajar en un archivo histórico, pero además la doble fortuna de que ese archivo sea relativo a uno de los temas que más le interesan: la impartición de justicia. Así, cuando nos habla de sus documentos favoritos, indica que son aquellos “de principios del siglo XIX, cuando había complicaciones con la aplicación de la ley y la búsqueda de la justicia en Sonora, cuando la misma ciudadanía, que no eran abogados, que apenas sabían leer y escribir, ejecutaba sentencias. Me llama mucho la atención que hicieran toda esa función judicial.”

Al cerrar la entrevista, y preguntarle si quiere agregar algo, Gloria termina comentando de nuevo la satisfacción de su trabajo, el apoyo de sus superiores, pero concluye refiriéndose a su equipo: “tenemos un excelente equipo de compañeras, todas están interesadas por los archivos… vamos caminando poco a poco.”

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