Al explorar y pensarnos desde y con otro cuerpo, la interpretación de “Chivalas” en la obra “Boca de loba” nos ha permitido fantasear con la animalidad, la colectividad y habitar nuestra energía femenina. Esta coreografía ha sido un bello ejercicio para liberarnos y dejar ir lo que a nuestro cuerpo le estorba como los condicionamientos sistematizados de una sociedad que oprime.
“Boca de loba” es resultado de procesos previos: "Estudios sobre eudaimonia" y dos video danzas: “La laguna de la lengua" y "Chivasloobas".
"Estudios sobre eudaimonia" comenzó en agosto de 2022 con José Ramón Corral, Guadalupe Ballesteros y Emiliano Castro por la parte corporal y en la producción con Efraín Alday, Miguel Ríos y Christian Durazo. Buscamos prácticas que nos acercaran al placer, cuestionando los placeres efímeros y el concepto de felicidad en la actualidad. Nos basamos en técnicas somáticas, meditativas y con las diversas maneras de comunicarnos. Al inicio del proceso anotamos nuestros sueños y comenzamos a tener coincidencias en patrones y sensaciones.
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Más tarde, se unieron dos performers: Perla López y Ana Karina Loeza para crear "La laguna de la lengua", donde colaboramos con Pablo Celaya en video, en arte Aranxta Murrieta y Larissa Arce. En “La laguna…”, el concepto de erotismo empezó a revelarse a través del cuerpo y de las texturas que venían desde "Estudios sobre eudaimonia", esta especie de “mucosidad”. En lo sonoro, trabajamos con Beatriz Corona, con la idea de deconstruir la música clásica. Más adelante, en “Boca de loba”, profundizamos en la investigación de las texturas y los sonidos del desierto y del proceso de transmutación del cuerpo en las etapas por las que va atravesando.
Después continuamos con "Chivasloobas", donde se unió Fernanda Ballesteros como dramaturga y performer. A partir de la videodanza, Fer realizó el cuento "La luna hoy es un ojo de Loba". Así comenzaron las primeras exploraciones del concepto Chivala y Loba. En este proceso, la chivala es “una analogía de la educación de la mujer enfocada en placeres falsos, en comodidades sin horizontes, en la misión restringida a las paredes de la casa, en un rol decorativo, en un mecanismo automático, una rutina en la que el silencio y la obediencia son más aceptados que la palabra activa que evoluciona la humanidad”, palabras de Fernanda en la introducción del cuento.
En agosto de 2023 conjugamos todos estos procesos para finalizar con "Boca de loba"; realizamos prácticas para desbloquear la pelvis, el área que tiende a contracturarse debido al lenguaje corporal que manejamos en el sistema. Viendo imágenes de la pelvis femenina, me causó mucha curiosidad ver que los nervios pélvicos son como telarañas, en donde cada mujer tiene una composición distinta y como se conecta con el sistema nervioso.
Me pareció muy bonito ver que cada una es totalmente diferente, un universo distinto. El cuerpo fue la guía para la dramaturgia. A partir de estos estudios y de la escritura que ejecutamos en el salón, fuimos revelando que la obra es un mito del desierto donde llegamos a la transformación, a la muerte a través del erotismo. Fue un proceso muy enriquecedor porque hubo mucho juego con el misticismo, con los sueños, con la meditación y el desbloqueo corporal para llegar a toda la ficción de "Boca de loba".
Los personajes, las chivalas: Lava, Viento, Oasis y Oscuridad, las cuatro hijas de la Loba, indómitas, cuyos movimientos responden al instinto femenino, se desarrollaron en ejercicios donde no hablábamos, solo nos mirábamos para luego bailar mediante el azar, elegíamos una carta que nos indicaba una pauta específica relacionada con la historia de Boca de Loba. Los códigos, patrones de movimiento y texturas tanto de vestuario como de escenografía fueron observaciones constantes y comparativas de la energía femenina y del desierto. Pensábamos mucho en Gustav Klimt, como en cada pintura creaba un universo de patrones que da una lectura profunda por los símbolos y, al menos en mi percepción, me da una sensación de misterio, de un código que tiene distintas interpretaciones.
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Me obsesioné con la idea de la muerte después del fallecimiento de mi papá, de ¿qué sucede en el proceso cuando el espíritu abandona al cuerpo?, ¿a dónde vamos? Ver el cuerpo de mi padre en proceso de partir fue algo que me impactó, creo, de manera positiva porque cuando pienso en esto veo mi cuerpo de manera diferente, como una herramienta temporal, efímera. Hablar de la muerte a través de un mito del desierto para evocar la energía femenina, terreno que tiende a lo curvo, cíclico, a lo horizontal, a lo sensible, sigiloso y extendido, paisaje que siempre me ha conectado con la expansión, con la soledad, con el espejismo. Nos pareció el mejor lugar para desarrollar esta fantasía, esta cueva que acoge a los muertos para ascender a la divinidad, a la Loba, diosa de la muerte y la transformación.
*La directora y coreógrafa sonorense, Gabriela Ceceña escribe sobre el proceso de creación de la coreografía “Boca de loba”, resultado de un proyecto que se desarrolló de manera orgánica durante un par de años y se materializó a través del Estímulo Fiscal para la Cultura y las Artes del Estado de Sonora (Eficas), como parte del proyecto Nuda, con ELGA Constructora como empresa contribuyente.
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