Sobre la obra pictórica de Benjamín Rosales

Benjamín Rosales (1976) es un maestro de la materialidad en el arte visual, un verdadero artista matérico, que utiliza texturas y técnicas para dar vida a su visión única del ser humano. Su obra es un reflejo de las complejidades sociales y políticas, así como de las situaciones cotidianas que afectan a la comunidad en la que vive. Las pinceladas de Rosales y las dimensiones antropométricas de sus figuras crean una percepción casi onírica, transportando al espectador a un mundo donde la realidad se funde con la crítica y la reflexión.

Rosales juega con la forma humana como un escultor con arcilla, moldeando rostros y cuerpos que parecen habitar entre nuestro mundo y uno paralelo. Esta deformidad estilística no solo es una técnica estética, sino también una metáfora de las deformidades sociales y políticas que él observa y critica. Las miradas de sus personajes, profundas y penetrantes, son el espejo del alma de su obra. Capturan y retienen la atención del espectador, obligándolo a enfrentar las realidades subyacentes de las situaciones representadas.

El enfoque matérico de Rosales no es solo una cuestión de técnica, sino una decisión deliberada para enfatizar la tangibilidad de las cuestiones que aborda. Las texturas y los materiales que emplea añaden una dimensión táctil a sus obras, convirtiéndolas en experiencias sensoriales completas que van más allá de lo visual. Este uso de la materialidad sirve para subrayar la gravedad de los temas tratados, haciendo que las abstracciones se sientan vívidas y reales.

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En esencia, Benjamín Rosales utiliza su arte como un vehículo para explorar y expresar las

complejidades de la condición humana frente a las adversidades cotidianas. Sus figuras, están llenas de vida y emoción, y sus miradas nos invitan a mirar más allá de la superficie para entender las historias y las luchas que ellas representan. Rosales nos desafía a ver el mundo con nuevos ojos, a través del prisma de su percepción única y críticamente comprometida.

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Conocer la obra de Benjamín Rosales ha sido un goce para mis sentidos. Ser el curador de su obra y observar su proceso creativo, desde la concepción de la idea hasta la realización final, me ha revelado a un artista comprometido y nato. Cada pieza es una prueba tangible de su dedicación y talento innato, un reflejo de su profundo entendimiento y su pasión por expresar las complejidades de la condición humana a través del arte.

Aldo Rodríguez (Culiacán, Sinaloa) es multifacético creador que ha tejido su vida con hilos de música, artes visuales, ciencia y matemáticas. Pionero en la electroacústica y artes digitales en su natal Sinaloa, compositor y director de orquesta, su trayectoria es un mosaico de logros y exploraciones.

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