Productores, directores de teatro, investigadores, actores y actrices se reunieron para coincidir y expresar que su único y primordial objetivo es acercar el arte a los lugares donde regularmente no se presenta; en zonas marginadas, en la periferia de la ciudad, en las rancherías y los pueblos olvidados.
Todo esto como parte del Conversatorio “Teatro en territorios liminales”, que se realizó el jueves 18 de mayo en el auditorio del Centro de las Artes de la Universidad de Sonora, como parte del Tercer Festival de Teatro sobre Ruedas organizado por La Cachimba Teatro. Esta actividad forma parte del proyecto Ahí, donde las águilas se atreven. Teatro en territorios liminales, realizado con el apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (Sacpc).
El maestro José de Jesús Vargas, en su calidad de moderador, destacó el trabajo de la gente en Sonora que está haciendo teatro vivo, teatro en las calles, antes de ceder la voz a Roberto Corella, anfitrión y director de la Cachimba Teatro, quien destacó lo liminal en el teatro.
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“El teatro como la vida, es igual a frontera. Tierra en disputa, tierra de nadie. El teatro es un polvorín, así como la vida, revolcada tras revolcada, caerse, levantarse, sacudir el polvo y volver a caminar para seguir cayendo en un juego casi sin fin”. Precisó que, como entes artísticos, se puede decidir dejar de andar, de perseguir el sueño anhelado, dejar de experimentar, de preguntarse, pero, al contrario, se decide enfrentar todas las batallas con o sin certidumbre.
“Las fronteras no nacieron ahí, van y vienen al igual que nosotros; se expanden, se contraen se desplazan, nacen, mueren. Me refiero a las fronteras territoriales, a las fronteras mentales”. El teatro, expresó, por el solo hecho de serlo ya se encuentra en zona de riesgo. “Hacer teatro es navegar constantemente en aguas turbulentas a bordo de una barcaza ligera sin contrapesos sin ancla. El teatro se hace como se puede”. Gracias al maestro Enrique Mijares, dijo, supieron que en Sonora se hacía teatro de frontera, teatro de riesgo, teatro urgente. “Sabemos que lo fronterizo es liminal por los temas que aborda, por cómo los aborda y por el público a quien va dirigido. No podemos detenernos. Las reglas se alteran, se rompen de acuerdo con las necesidades que van surgiendo. Vaya que hemos cambiado. Teatro que enlaza, que une a pesar de todos los distractores. Es un teatro de todas las batallas”.
El festival en datos
Para dar cifras concretas de la labor de La Cachimba Teatro en territorios liminales, Abigail Santoscoy, actriz y encargada de logística de La Cachimba Teatro, dijo que, desde diciembre de 2019, conformaron el teatro móvil y fueron a donde tradicionalmente no hay actividades culturales, a las colonias alejadas.
Hicieron tres montajes nuevos: “La rosa de los vientos” con 58 funciones en el carromato, “Desierto cabaretito” con 20 funciones y “Los juglares del norte. El amor en los tiempos de Shakespeare”, todas gratuitas. Dieron funciones en Itama, la Escuela Cruz Gálvez, en la zona rural, colonias y escuelas de Hermosillo que se encuentran en la periferia y se beneficiaron 15 mil 210 personas.
Voces del teatro en Sonora
Ailin Ruiz, de Lormiga Títeres, la compañía más titiritera del desierto de Sonora, expresó que toda su labor, gira en torno a las infancias felices, y a casi 12 años de su fundación, han realizado eventos diversos como Sábados de teatro, festivales, Puppet Slam México, Cuentos para contar estrellas, Educación continua, museografía, programa editorial y el Carromato de Lormiga Títeres.
Buscan hacer teatro en comunidad con un programa para personas de zonas vulnerables. Aseguró: “Si queremos que la comunidad vaya a los eventos hay que crear vínculos, hacer comunidad, hacer mella”.
Beatriz Salas, encargada del Multicultural Sonora #teatrodelamemoria, expuso que Multicultural surge en Hermosillo en el año 2013 con la inquietud de crear espacios multidisciplinarios y es el resultado de colaborar con artistas locales con el objetivo de promover su arte escénico a nivel nacional.
“El teatro de la memoria es resultado de la reflexión en el encierro, de abrir la caja de los recuerdos y rescatar del polvo antiguas poéticas olvidadas”, señaló.
El objetivo de este proyecto indicó, es mostrar al teatro como un espejo de nuestra sociedad, enfrentando las memorias con el presente. Crear nuevos públicos en zonas no atendidas, generar en el espectador la importancia que brinda la marginación y la creatividad y fomentar valores de respeto, tolerancia, inclusión y amistad.
Otra de las participantes fue Hilda Valencia, directora de Andamios Teatro, quien presentó un video, donde se muestra cómo es que han logrado que el espacio, que anteriormente era una casa abandonada en el centro de Hermosillo, se convirtiera en un lugar único y a donde han llegado personas que han logrado cambiar su vida y aceptar su entorno gracias al teatro y a todo lo que ahí se realiza.
El Conversatorio tuvo dos invitados de lujo, Enrique Mijares, investigador del teatro fronterizo y Rocío Galicia, investigadora titular del Centro Nacional de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (Citru).
Homenaje a Jaime Florentino, el titiritero soñador
Con esa sonrisa que lo caracteriza, Jaime Florentino recibió, dentro del marco del Tercer Festival de Teatro sobre ruedas, un reconocimiento para conmemorar sus 25 años en el teatro, y sobre todo en el mundo de los títeres.
Roberto Corella, anfitrión del evento y director de la Cachimba Teatro, así como Marianna González Gastélum, directora del Instituto Municipal de Cultura y Arte, fueron los encargados de entregar el diploma al homenajeado.
Jaime Florentino agradeció a quienes fueron los pilares en sus inicios como actor en la Academia de Arte Dramático de la Universidad de Sonora, como el maestro Óscar Carrizoza, Arturo Merino y Juan Sergio Núñez, compañero con quien inició en “Los ojos perdidos del dragón” en 1998, su primera participación actoral.
Dijo que dudaba ser merecedor de este homenaje, ya que el 90% de los aplausos se los llevan los títeres, pero éstos cobran vida a través del titiritero y está seguro que, son los títeres quienes lo han llevado hasta donde está.
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Ellos, dice, tienen un valor importante en la vida de las personas, porque agregan un valor educativo, psicológico, terapéutico y tienen un impacto en las infancias, es por eso que quiero que se divulguen, que se sepa de ellos. Que los niños se acerquen y quieran tocarlos, hacer uno.
Jaime Florentino, quien cuenta con un Doctorado en Educación por parte de una universidad de Estados Unidos y fue maestro normalista por más de 25 años, siempre busca la manera de utilizar el teatro y los títeres para acercarse a aquellos niños que no tienen posibilidad de ir al teatro. “Llegar a las plazas a los parques; ir a esos lugares olvidados del arte, es muy bueno que se rescaten esos otros espacios”, expresó.
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