/ domingo 23 de junio de 2024

Paréntesis | La gestión cultural y sus asegunes

Paquita Esquer reflexiona sobre la gestión cultural con una rica relatoría sobre actividades, programas y esfuerzos en los últimos 40 años en Sonora

La definición de gestor cultural es tan diversa como los procesos del campo artístico. No era lo mismo ser gestor cultural en mis tiempos, en los ochenta, pues, cuando lo que hoy se conoce como “gestión de espacio formal para presentaciones”, era ir a pedir prestada la cancha de la colonia. La función de gala era en el cine o la sala audiovisual de alguna institución educativa, o “logística de transporte y viáticos”, conseguir un raite que trajera a los artistas de tal municipio y la mamá de uno de los actores hiciera pozole para los artistas invitados, o Roberto Corella se mochara con totopos quesadillas y salsita en época de vacas flacas.

Tomemos compostura. Es importante traer aquí la definición a la que hace referencia Margarita Maass Moreno, en su publicación Gestión cultural, comunicación y desarrollo, “la cultura, su gestión, práctica y, específicamente, su creación podemos entenderlas, desde la teoría de Pierre Bordieu, como procesos dinámicos de producción, transformación o actualización de símbolos o significados dentro de la dimensión simbólica del campo de la cultura. Ya se ha señalado que campo se define como el espacio de juego, de relaciones objetivas entre individuos o instituciones en competencia por un objetivo idéntico. Es el espacio social “especializado” (Bordieu, 19789:27). Al chile, yo artista me junto con la institución y llegamos al mismo objetivo.

Lee también: Paréntesis | El grito de una niña en el desierto

A principios de los ochenta, se construye la Casa de la Cultura de Sonora, ocho años después, se crea el Instituto Sonorense de Cultura, y en noviembre de 2003, 15 años después para ser exactos, se crea el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA). Las instituciones estatales en los distintos niveles de gobierno empiezan a pensar en la inclusión del arte y la cultura como una necesidad, claro que también como un “adorno” todavía no como un derecho humano, como está establecido y reconocido por la UNESCO (espérense tantito) o en la actualidad donde la iniciativa privada cuenta con mayor presencia y ahora las y los artistas y agrupaciones ya no pueden ser solo un grupo de personas que por amor al arte abanderan un proyecto específico, ahora deben de tener personalidad jurídica, es decir estar constituidas legalmente ante el SAT ya sea como persona física o moral, contar con la opinión positiva y hasta tener los prediales pagados.

Quien se dedica a la gestión cultural tiene la misma habilidad del artista de hacer realidad lo que sueña / Foto: Cortesía | La Cachimba Teatro

No puedo imaginar a Abigael Bohórquez sentado en la banqueta con un cigarro en la mano, tratando de cuadrar sus gastos e ingresos, menos el ISR, el IVA y las facturas no timbradas por procrastinación, serían sin duda el origen de poemas que jamás podremos leer.

Quien se concibe como gestor cultural responde a estos contextos y genera las condiciones propicias para la creación artística y cultural, es decir quien se dedica a la gestión cultural tiene la misma habilidad del escritor, actor, coreógrafo o pintor de hacer real aquello con lo que se sueña y existe solo en la hoja de papel o en el imaginario.

¿Por qué es importante el desarrollo cultural? No sé si el desarrollo cultural es importante como un objetivo a lograr, más bien el desarrollo cultural es resultado de la acción del artista y de los cambios del contexto (a propósito de enchiladas) después con los territorios y ahora el ecosistema, siendo los tres lo mismo, en diferentes tiempos.

Claro está que el campo artístico no es el mismo en la actualidad que a principios del 2000, o en la época posrevolucionaria, o en la edad media, pero los cambios se han dado no por la búsqueda de un desarrollo cultural, sino por la búsqueda técnica y discursiva.

¿Las políticas públicas actuales responden a las necesidades de los diferentes gremios, tanto en los aspectos de infraestructura, derechos, integridad y seguridad social? Eso, no lo creo. Para hacer una comparación, en los noventa se crearon los programas y festivales como fueron el ya mencionado FECAS y, por ejemplo, Un Desierto para la Danza, festivales de los cuales algunos permanecen vigentes. En cambio, en 2019 se publican las Reglas de Operación en el Boletín Oficial del Estado de Sonora, donde se plasman los lineamientos que permiten a la iniciativa privada destinar el 3% de su impuesto sobre la nómina estatal a fondear proyectos culturales con el llamado EFICAS, ampliando el catálogo de los fondos a los que podemos acceder y haciéndonos menos dependientes de los presupuestos públicos, los cuales cada vez son más raquíticos.

El arte tiene mucho que ofrecer al público / Foto: Cortesía | La Cachimba Teatro

Esto es un ejemplo, de cómo la política pública se debe adaptar a las realidades sociales, económicas y también creativas. Si la respuesta es sí, cuáles y como han funcionado, y si la respuesta es no ¿qué habría que hacer para que existan? Creo que es más fácil hablar de aquellas que no han funcionado. Ya que las acciones realizadas en apego a la poli tanto han funcionado que es probable que la mayoría de los presentes ya habremos recibido el apoyo de al menos un apoyo ya sea municipal, estatal o federal, con el cual hemos sido capaces de concluir un proceso creativo o simplemente sostenerse.

¿Para qué son necesarias las políticas públicas? El arte especialmente en México requiere de condiciones muy específicas, recursos materiales, talento humano, espacios físicos, líneas de difusión y espacios de reflexión, que son prácticamente imposibles de crear de manera independiente. Siempre se requiere del apoyo de alguna institución ya sea cultural o educativa como lo sería alguna universidad, para mayor información les dejo de tarea leer Sonora Bronco y Culto de Carlos Moncada.

Sin duda los artistas crearán existan políticas o no, esa es su naturaleza, pero el alcance de su trabajo y su impacto en la comunidad estará completamente limitado. En cambio, por medio de políticas públicas diseñadas, implementadas y evaluadas es posible ampliar el impacto de las mismas, favoreciendo de manera positiva a las comunidades que tradicionalmente no tendrían acceso a expresiones artísticas.

Hablando específicamente de La Cachimba, quienes tenemos apoyo de México en Escena para Grupos Artísticos, Roberto Corella, el director artístico del grupo ha formado parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte, hemos tenido EFICAS y PROFEST, puedo decir que el buen uso de estos recursos ha permitido que se lleven a cabo proyectos en zonas marginales del Estado en donde al momento no han llegado siquiera instituciones de salud, y de manera gratuita ser espectadores y partícipes de obras de teatro, coreografías y otras expresiones culturales. Lo cual sería imposible sin contar con el respaldo de uno de estos programas.

¿Cómo fortalecer la profesionalización de los sectores culturales? En primer lugar, si hablamos de profesionalizar el arte, debemos de ser profesionales. Es necesario trabajar de manera conjunta con los integrantes de los grupos ya sean estos miembros permanentes o colaboradores por proyecto por medio de condiciones establecidas en un contrato escrito, claridad en los salarios, o apoyos al artista, compromisos, obligaciones, que exista la forma de brindar seguridad social a los integrantes, y cada vez es más necesario crear protocolos de acción para prevenir y atender el acoso sexual, por su parte, formalidad en los compromisos adquiridos por ambas partes.

En la medida en la que los proyectos se vuelven más complejos también lo hacen los equipos de trabajo, hoy en día se requiere a un equipo de apoyo cada vez más completo, responsable de iluminación, de sonido, de traslado, de escenografía, de manejo de redes, de elaboración de carpetas para convocatorias, etc. Personas que dedican su tiempo a la organización y merecen recibir un salario por lo mismo.

La Casa de la Cultura de Sonora se fundó en los 80 en Hermosillo / Foto: Cortesía | Isabel Cons

En este tema es importante hacer mención del Programa Jóvenes Construyendo, que ha sido un programa por demás importante para varios grupos locales y sus aprendices, ya que permite la capacitación de nuevos cuadros, la retribución económica al mismo, y sobre todo, el encuentro entre generaciones, significando esto, un gran aprendizaje.

¿Cómo garantizar ser incluidos en las normas laborales, de seguridad social y fiscal? ya que algunas disciplinas tienen acuerdos con el SAT y el pago del ISR (artistas plásticos) Los cambios a las leyes y reglamentos sólo se pueden lograr por medio del cabildeo, exigir y crear propuestas a los poderes legislativos para que el acceso a los derechos laborales para artistas sean una realidad, pero el principal reto para esto es ¿Cómo pagarlo? Integrar a un trabajador al Seguro Social con el salario mínimo representa una inversión mensual de $2,135.40, si tienes un equipo de cuatro personas, son $7,977.12 pesos al mes, por lo que, al año son $93,565.44 pesos, alcanzando casi el 10% del recurso al que podemos acceder por medio de un EFICAS, sin contabilizar el salario, honorarios o apoyo al creador, es por esto que con las condiciones actuales le resulta imposible a una grupo independiente cargar con el 100 por ciento de esta responsabilidad. Subsidio del estado, sería una posibilidad a observar.

La realidad excede la capacidad económica y financiera de las agrupaciones o colectivos, por lo que es urgente que las políticas públicas específicas a este rubro se definan dentro de la realidad de las agrupaciones independientes, si es que se pretende lograr un cambio significativo en el bienestar de los creadores.

Una opción es tomar como modelo el respectivo acuerdo que tienen artistas plásticos del país, pero nos deja con la cuestión de ¿cómo le entregas una puesta en escena al SAT? ¿Cuántos años tenemos que dejar en la bodega a cada actor presentando el monólogo (jejeje)? Y ¿tendrá IMSS en ese tiempo? Segura estoy de que, en este punto, nuestra compañera Nabila nos iluminará al respecto.

¿Qué habría qué hacer para ser reconocidos socialmente como trabajadores de la cultura, como un sector productivo y generador de empleo? Hablando desde la experiencia puedo decir que los resultados nos respaldan, a qué me refiero con esto, cuando la familia, los amigos, el público o las alianzas que buscamos generan trabajos estructurados, medibles, con una planeación y un discurso claro, nos presentamos como profesionistas.

En cambio, si trabajamos de manera informal sin constancia, y sin un control de calidad las personas nos podrán ver como un hobbies, que en realidad que el hobbie de las personas fuera alguna disciplina artística sería sin duda alguna maravillosa, pero me estoy desviando del tema.

Me mantengo en la idea en la que en la medida en la que nos desempeñemos de manera estructurada y comuniquemos de manera efectiva los proyectos, metas, logros, la sociedad nos dará el reconocimiento del que hablamos. Ya lo somos, el mismo INEGI contempla dentro de sus actividades económicas la de servicios de autores, compositores, y otros artistas independientes, privados.

¿Es necesario generar políticas públicas, políticas económicas, programas públicos que nos lleven a crear un programa de desarrollo cultural? Sí, es absolutamente necesario generar políticas públicas, políticas económicas y programas que promuevan el desarrollo cultural. Estas acciones son fundamentales para crear un entorno favorable para el desarrollo de la cultura y las artes. Sin políticas que aseguren el financiamiento adecuado, muchos proyectos culturales no podrían llevarse a cabo, por lo que es necesario que existan fondos y subvenciones que permitan a los artistas y gestores culturales desarrollar su trabajo sin las constantes preocupaciones financieras. Además, el desarrollo de una infraestructura cultural adecuada es esencial para el acceso y la difusión de la cultura, incluyendo teatros, museos, centros culturales, bibliotecas y espacios públicos para la expresión artística.

Las políticas educativas deben incluir la formación artística y cultural desde temprana edad, así como programas de formación continua para profesionales del sector. También es crucial implementar políticas que garanticen los derechos laborales de los trabajadores culturales, incluyendo acceso a la seguridad social, contratos formales y condiciones de trabajo dignas. Finalmente, es importante crear incentivos fiscales para empresas que inviertan en cultura, ya sea mediante patrocinio, creación de espacios culturales o compra de obras de arte.

Todo este trabajo, me parece no tiene como objetivo el llenar el mundo de artistas, sino más bien, llenar el mundo de personas que aprecian el arte, ingenieros, jornaleros, docentes, plomeros, y por el amor de dios políticos que se vean afectados por la maravilla que tiene el arte para ofrecer.

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¿Existe la industria cultural capaz de generar bienestar a las personas y sus comunidades? El término Industria cultural me genera cierta incomodidad, en el sentido de que tiene connotación principalmente de producción y consumo, y claro se habla de productores, y de productos artísticos en muchas ocasiones, pero me parece que la profesionalización y formalización no tiene que traducirse necesariamente en una industria.

Podemos ver a OCESA que realmente trabaja como industria, realiza proyectos increíbles, pero tiene a su equipo creativo como maquiladora enfocada siempre a lo comercial, y ni siquiera así ponen como prioridad el bienestar de los intérpretes.

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La definición de gestor cultural es tan diversa como los procesos del campo artístico. No era lo mismo ser gestor cultural en mis tiempos, en los ochenta, pues, cuando lo que hoy se conoce como “gestión de espacio formal para presentaciones”, era ir a pedir prestada la cancha de la colonia. La función de gala era en el cine o la sala audiovisual de alguna institución educativa, o “logística de transporte y viáticos”, conseguir un raite que trajera a los artistas de tal municipio y la mamá de uno de los actores hiciera pozole para los artistas invitados, o Roberto Corella se mochara con totopos quesadillas y salsita en época de vacas flacas.

Tomemos compostura. Es importante traer aquí la definición a la que hace referencia Margarita Maass Moreno, en su publicación Gestión cultural, comunicación y desarrollo, “la cultura, su gestión, práctica y, específicamente, su creación podemos entenderlas, desde la teoría de Pierre Bordieu, como procesos dinámicos de producción, transformación o actualización de símbolos o significados dentro de la dimensión simbólica del campo de la cultura. Ya se ha señalado que campo se define como el espacio de juego, de relaciones objetivas entre individuos o instituciones en competencia por un objetivo idéntico. Es el espacio social “especializado” (Bordieu, 19789:27). Al chile, yo artista me junto con la institución y llegamos al mismo objetivo.

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A principios de los ochenta, se construye la Casa de la Cultura de Sonora, ocho años después, se crea el Instituto Sonorense de Cultura, y en noviembre de 2003, 15 años después para ser exactos, se crea el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA). Las instituciones estatales en los distintos niveles de gobierno empiezan a pensar en la inclusión del arte y la cultura como una necesidad, claro que también como un “adorno” todavía no como un derecho humano, como está establecido y reconocido por la UNESCO (espérense tantito) o en la actualidad donde la iniciativa privada cuenta con mayor presencia y ahora las y los artistas y agrupaciones ya no pueden ser solo un grupo de personas que por amor al arte abanderan un proyecto específico, ahora deben de tener personalidad jurídica, es decir estar constituidas legalmente ante el SAT ya sea como persona física o moral, contar con la opinión positiva y hasta tener los prediales pagados.

Quien se dedica a la gestión cultural tiene la misma habilidad del artista de hacer realidad lo que sueña / Foto: Cortesía | La Cachimba Teatro

No puedo imaginar a Abigael Bohórquez sentado en la banqueta con un cigarro en la mano, tratando de cuadrar sus gastos e ingresos, menos el ISR, el IVA y las facturas no timbradas por procrastinación, serían sin duda el origen de poemas que jamás podremos leer.

Quien se concibe como gestor cultural responde a estos contextos y genera las condiciones propicias para la creación artística y cultural, es decir quien se dedica a la gestión cultural tiene la misma habilidad del escritor, actor, coreógrafo o pintor de hacer real aquello con lo que se sueña y existe solo en la hoja de papel o en el imaginario.

¿Por qué es importante el desarrollo cultural? No sé si el desarrollo cultural es importante como un objetivo a lograr, más bien el desarrollo cultural es resultado de la acción del artista y de los cambios del contexto (a propósito de enchiladas) después con los territorios y ahora el ecosistema, siendo los tres lo mismo, en diferentes tiempos.

Claro está que el campo artístico no es el mismo en la actualidad que a principios del 2000, o en la época posrevolucionaria, o en la edad media, pero los cambios se han dado no por la búsqueda de un desarrollo cultural, sino por la búsqueda técnica y discursiva.

¿Las políticas públicas actuales responden a las necesidades de los diferentes gremios, tanto en los aspectos de infraestructura, derechos, integridad y seguridad social? Eso, no lo creo. Para hacer una comparación, en los noventa se crearon los programas y festivales como fueron el ya mencionado FECAS y, por ejemplo, Un Desierto para la Danza, festivales de los cuales algunos permanecen vigentes. En cambio, en 2019 se publican las Reglas de Operación en el Boletín Oficial del Estado de Sonora, donde se plasman los lineamientos que permiten a la iniciativa privada destinar el 3% de su impuesto sobre la nómina estatal a fondear proyectos culturales con el llamado EFICAS, ampliando el catálogo de los fondos a los que podemos acceder y haciéndonos menos dependientes de los presupuestos públicos, los cuales cada vez son más raquíticos.

El arte tiene mucho que ofrecer al público / Foto: Cortesía | La Cachimba Teatro

Esto es un ejemplo, de cómo la política pública se debe adaptar a las realidades sociales, económicas y también creativas. Si la respuesta es sí, cuáles y como han funcionado, y si la respuesta es no ¿qué habría que hacer para que existan? Creo que es más fácil hablar de aquellas que no han funcionado. Ya que las acciones realizadas en apego a la poli tanto han funcionado que es probable que la mayoría de los presentes ya habremos recibido el apoyo de al menos un apoyo ya sea municipal, estatal o federal, con el cual hemos sido capaces de concluir un proceso creativo o simplemente sostenerse.

¿Para qué son necesarias las políticas públicas? El arte especialmente en México requiere de condiciones muy específicas, recursos materiales, talento humano, espacios físicos, líneas de difusión y espacios de reflexión, que son prácticamente imposibles de crear de manera independiente. Siempre se requiere del apoyo de alguna institución ya sea cultural o educativa como lo sería alguna universidad, para mayor información les dejo de tarea leer Sonora Bronco y Culto de Carlos Moncada.

Sin duda los artistas crearán existan políticas o no, esa es su naturaleza, pero el alcance de su trabajo y su impacto en la comunidad estará completamente limitado. En cambio, por medio de políticas públicas diseñadas, implementadas y evaluadas es posible ampliar el impacto de las mismas, favoreciendo de manera positiva a las comunidades que tradicionalmente no tendrían acceso a expresiones artísticas.

Hablando específicamente de La Cachimba, quienes tenemos apoyo de México en Escena para Grupos Artísticos, Roberto Corella, el director artístico del grupo ha formado parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte, hemos tenido EFICAS y PROFEST, puedo decir que el buen uso de estos recursos ha permitido que se lleven a cabo proyectos en zonas marginales del Estado en donde al momento no han llegado siquiera instituciones de salud, y de manera gratuita ser espectadores y partícipes de obras de teatro, coreografías y otras expresiones culturales. Lo cual sería imposible sin contar con el respaldo de uno de estos programas.

¿Cómo fortalecer la profesionalización de los sectores culturales? En primer lugar, si hablamos de profesionalizar el arte, debemos de ser profesionales. Es necesario trabajar de manera conjunta con los integrantes de los grupos ya sean estos miembros permanentes o colaboradores por proyecto por medio de condiciones establecidas en un contrato escrito, claridad en los salarios, o apoyos al artista, compromisos, obligaciones, que exista la forma de brindar seguridad social a los integrantes, y cada vez es más necesario crear protocolos de acción para prevenir y atender el acoso sexual, por su parte, formalidad en los compromisos adquiridos por ambas partes.

En la medida en la que los proyectos se vuelven más complejos también lo hacen los equipos de trabajo, hoy en día se requiere a un equipo de apoyo cada vez más completo, responsable de iluminación, de sonido, de traslado, de escenografía, de manejo de redes, de elaboración de carpetas para convocatorias, etc. Personas que dedican su tiempo a la organización y merecen recibir un salario por lo mismo.

La Casa de la Cultura de Sonora se fundó en los 80 en Hermosillo / Foto: Cortesía | Isabel Cons

En este tema es importante hacer mención del Programa Jóvenes Construyendo, que ha sido un programa por demás importante para varios grupos locales y sus aprendices, ya que permite la capacitación de nuevos cuadros, la retribución económica al mismo, y sobre todo, el encuentro entre generaciones, significando esto, un gran aprendizaje.

¿Cómo garantizar ser incluidos en las normas laborales, de seguridad social y fiscal? ya que algunas disciplinas tienen acuerdos con el SAT y el pago del ISR (artistas plásticos) Los cambios a las leyes y reglamentos sólo se pueden lograr por medio del cabildeo, exigir y crear propuestas a los poderes legislativos para que el acceso a los derechos laborales para artistas sean una realidad, pero el principal reto para esto es ¿Cómo pagarlo? Integrar a un trabajador al Seguro Social con el salario mínimo representa una inversión mensual de $2,135.40, si tienes un equipo de cuatro personas, son $7,977.12 pesos al mes, por lo que, al año son $93,565.44 pesos, alcanzando casi el 10% del recurso al que podemos acceder por medio de un EFICAS, sin contabilizar el salario, honorarios o apoyo al creador, es por esto que con las condiciones actuales le resulta imposible a una grupo independiente cargar con el 100 por ciento de esta responsabilidad. Subsidio del estado, sería una posibilidad a observar.

La realidad excede la capacidad económica y financiera de las agrupaciones o colectivos, por lo que es urgente que las políticas públicas específicas a este rubro se definan dentro de la realidad de las agrupaciones independientes, si es que se pretende lograr un cambio significativo en el bienestar de los creadores.

Una opción es tomar como modelo el respectivo acuerdo que tienen artistas plásticos del país, pero nos deja con la cuestión de ¿cómo le entregas una puesta en escena al SAT? ¿Cuántos años tenemos que dejar en la bodega a cada actor presentando el monólogo (jejeje)? Y ¿tendrá IMSS en ese tiempo? Segura estoy de que, en este punto, nuestra compañera Nabila nos iluminará al respecto.

¿Qué habría qué hacer para ser reconocidos socialmente como trabajadores de la cultura, como un sector productivo y generador de empleo? Hablando desde la experiencia puedo decir que los resultados nos respaldan, a qué me refiero con esto, cuando la familia, los amigos, el público o las alianzas que buscamos generan trabajos estructurados, medibles, con una planeación y un discurso claro, nos presentamos como profesionistas.

En cambio, si trabajamos de manera informal sin constancia, y sin un control de calidad las personas nos podrán ver como un hobbies, que en realidad que el hobbie de las personas fuera alguna disciplina artística sería sin duda alguna maravillosa, pero me estoy desviando del tema.

Me mantengo en la idea en la que en la medida en la que nos desempeñemos de manera estructurada y comuniquemos de manera efectiva los proyectos, metas, logros, la sociedad nos dará el reconocimiento del que hablamos. Ya lo somos, el mismo INEGI contempla dentro de sus actividades económicas la de servicios de autores, compositores, y otros artistas independientes, privados.

¿Es necesario generar políticas públicas, políticas económicas, programas públicos que nos lleven a crear un programa de desarrollo cultural? Sí, es absolutamente necesario generar políticas públicas, políticas económicas y programas que promuevan el desarrollo cultural. Estas acciones son fundamentales para crear un entorno favorable para el desarrollo de la cultura y las artes. Sin políticas que aseguren el financiamiento adecuado, muchos proyectos culturales no podrían llevarse a cabo, por lo que es necesario que existan fondos y subvenciones que permitan a los artistas y gestores culturales desarrollar su trabajo sin las constantes preocupaciones financieras. Además, el desarrollo de una infraestructura cultural adecuada es esencial para el acceso y la difusión de la cultura, incluyendo teatros, museos, centros culturales, bibliotecas y espacios públicos para la expresión artística.

Las políticas educativas deben incluir la formación artística y cultural desde temprana edad, así como programas de formación continua para profesionales del sector. También es crucial implementar políticas que garanticen los derechos laborales de los trabajadores culturales, incluyendo acceso a la seguridad social, contratos formales y condiciones de trabajo dignas. Finalmente, es importante crear incentivos fiscales para empresas que inviertan en cultura, ya sea mediante patrocinio, creación de espacios culturales o compra de obras de arte.

Todo este trabajo, me parece no tiene como objetivo el llenar el mundo de artistas, sino más bien, llenar el mundo de personas que aprecian el arte, ingenieros, jornaleros, docentes, plomeros, y por el amor de dios políticos que se vean afectados por la maravilla que tiene el arte para ofrecer.

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¿Existe la industria cultural capaz de generar bienestar a las personas y sus comunidades? El término Industria cultural me genera cierta incomodidad, en el sentido de que tiene connotación principalmente de producción y consumo, y claro se habla de productores, y de productos artísticos en muchas ocasiones, pero me parece que la profesionalización y formalización no tiene que traducirse necesariamente en una industria.

Podemos ver a OCESA que realmente trabaja como industria, realiza proyectos increíbles, pero tiene a su equipo creativo como maquiladora enfocada siempre a lo comercial, y ni siquiera así ponen como prioridad el bienestar de los intérpretes.

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