Paréntesis | Los contornos “desdibujados” de la novela

A propósito de su nuevo libro “Lector delegado: 52 textos para acercarse a la novela”, el poeta y ensayista Ricardo Solís recuerda las aportaciones de Luis Goytisolo sobre la naturaleza de este género literario

Ricardo Solís / Colaborador

  · domingo 1 de diciembre de 2024

La novela es el género literario más difundido y practicado de nuestra época / Foto: Cortesía | Luis Goytisolo | Pinterest

Por estas fechas ha aparecido un libro de mi autoría titulado Lector delegado: 52 textos para acercarse a la novela (Keli Ediciones, GDL, 2024), y no ha faltado quien me pregunte el motivo para discutir el asunto a través de decenas de reseñas que se han publicado en diferentes medios durante los pasados 25 años. Pues bien, no hay misterio, porque como defendía Paul Auster, somos afectos a las historias y ese vicio nos puede convocar a explorar con interés el género literario más difundido –y practicado– de nuestra época, uno cuya diversidad de registros formales puede permitir contarlo todo.

Ahora bien, lo anterior me recuerda que si uno se refiere a la novela como un género literario “de contornos desdibujados” puede parecer no muy novedoso, pero hay que reconocer que el sentido en que lo desarrolló el narrador español Luis Goytisolo en su libro Naturaleza de la novela (Anagrama, 2013) –con el que ganó el Premio Anagrama de Ensayo–, es por lo menos el de un practicante, alguien que se ha dedicado por décadas al ejercicio de la escritura y, por tanto, asiduo visitante de los textos que componen la tradición occidental.

En este sentido, hay que agradecer a Goytisolo que se permita abordar con soltura y solvencia un tema bajo limitantes explícitas y perspectivas no muy populares. En primer lugar, se remite de forma exclusiva a la tradición occidental, lo que hace que el lector no pueda encontrarse con menciones a Cao Xueqin o Murasaki Shikibu –autores de Sueño en el pabellón rojo y Genji monogatari, respectivamente–, pero quizá eso le conduzca a una revisión del siglo XX en la que brillan asimismo por su ausencia obras y escritores latinoamericanos (es más, tampoco aborda a la generación española del 98, algo más raro o poco explicable todavía).

Foto: Cortesía | Pinterest

Leer también: Paréntesis | El teatro itinerante de La Cachimba

En segundo lugar, el autor de Las afueras (1958) no solamente defiende la importancia de la tradición oral en la primera evolución de las formas narrativas que desembocan en lo que llamamos “novela moderna”, un detalle que le hace valorar –con justicia, creo– la influencia radical que nos viene de la difusión de las historias bíblicas desde el púlpito o la prédica misionaria medieval, una forma de “contacto” con estrategias para relatar que marcó el porvenir de la novela (y que le hace ensayar una clasificación sencilla en la que los autores, por las características de sus obras, pueden catalogarse como “bíblicos” o “evangélicos”, según cada caso).

¡Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las noticias directo a tu correo electrónico

De igual manera, Goytisolo se compromete de forma definitiva con el hecho de que “la evolución interna de los géneros literarios raramente puede ser desvinculada del entorno social en que se produce”, lo mismo que de “un público nuevo que, en cierto modo, parece estar esperándola”; así, su esquema de referencias y citas se convierte en un catálogo que va desde algunos autores latinos y del Renacimiento a El Lazarillo de Tormes, Cervantes, Rabelais, Quevedo, Defoe, Sterne, los canónicos del siglo XIX y nombres claves entre los autores estadounidenses que marcaron el pasado siglo (Fitzgerald, Hemingway, Faulkner, por ejemplo).

Me da la impresión, a veces, de que resulta imposible acercarse al ensayo de Goytisolo con la voluntad de discutir; en todo caso, creo más fructífero apreciarlo como un punto de apoyo, un texto breve con el que se puede disentir sin mayores consecuencias, pero –sobre todo– un escrito que proyecta con sapiencia su apasionamiento y su visión sobre el futuro de la novela como “esperanzada”, aunque no evite destacar que se encuentra en tiempos “de crisis” debido a la escasa (y cada vez peor) formación de aquellos que se supone serán sus lectores futuros, entre quienes estarán quienes decidan, después, escribirlas.

Foto: Cortesía | Pinterest

¿Ya nos sigues en WhatsApp? Regístrate con un solo clic en nuestro canal